Cuando le pusieron las manos encima, Patricia Parodi respondió con la frialdad de un témpano. “Ya no me sorprende nada”, dijo ante los agentes de la Policía Nacional que habían acudido a detenerla hasta su majestuoso chalet. Vive a unos minutos a pie de los campos de golf de Valderrama o de la elitista Escuela Internacional de Sotogrande, donde tiene matriculada a la mayor de sus dos hijas. De media, cada alumno paga al año alrededor de 17.000 euros. La otra niña, de dos años y medio, todavía no va al colegio ni a la guardería.
El arresto de Patricia Parodi se produjo el pasado martes 5 de marzo. La pareja del narco vestía un chándal rosa de la marca Adidas y calzaba unas deportivas blancas. “Era lógico”, se le escuchó murmurar también a su padre, que se acercó hasta allí tras conocer la noticia.
El hombre fue testigo de cómo los agentes del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (GRECO) registraban la mansión en la que vivía junto a sus niñas. Patricia pagaba algo más de 2.000 euros mensuales por el alquiler de aquella casa con piscina y parque de juegos.
La Policía sostiene que Patricia se había instalado allí hacía un tiempo y que los gastos corrían de parte de su novio, Antonio Tejón, alias 'El Castaña', considerado el mayor traficante de hachís del Estrecho y proveedor de mafias de media Europa: franceses, italianos, holandeses... A Patricia le encontraron 10.000 euros en efectivo y joyas por valor de más de 80.000, según explicó la Policía a través de un comunicado.
Pese a que la pareja de Patricia Parodi está en prisión desde junio del año pasado, ella, sin trabajo conocido, vivía en un inmenso chalet de la calle Lentisco en Sotogrande, la urbanización de la ‘jet set’ que busca sol y discreción entre Cádiz y Málaga.
Patricia, de 37 años, se negaba a abandonar su vida rodeada de lujo. Residía allí con las dos hijas que tiene con Antonio, con quien empezó una relación allá por el 2012. Pero, en realidad, ella era la 'otra'. Antonio tenía dos relaciones de forma simultánea. Una, con Saray, su mujer de toda la vida y con la que tiene cinco hijos. Otra, con la propia Parodi.
Con su novio entre rejas, Patricia Parodi seguía frecuentando Marbella para pasearse por la ‘milla de oro’ de Puerto Banús, donde se compraba bolsos de más de 3.000 euros. También continuaba vistiendo ropas de Gucci, Louis Vuitton o Prada. En un solo día de compras llegaba a gastarse 5.000 euros, aseguran los investigadores.
La mujer sabía que el dinero le llovía del cielo. El menor de los hermanos apodados ‘Los Castañas’, líderes de la mayor organización de tráfico de hachís que opera en el Campo de Gibraltar, le seguía llenando la cartera con billetes manchados por la droga.
Ella sostiene lo contrario. Asegura que la relación con Tejón está rota y que ahora es pareja de un multimillonario. Eso contó también delante de la Policía y del juez. Así lo explican a este reportero fuentes del bufete de abogados que la defiende.
En libertad con cargos
Pero Patricia nunca dejaba de lado La Línea de la Concepción (Cádiz), donde nació, se crió y ya de joven conoció a Antonio Tejón. Casi a diario, la ‘barbie’ del narco se subía en su todoterreno Volkswagen Tiguan y recorría los 20 kilómetros que separaban su mansión de su familia y de la casa en la que creció.
Allí, su padre, Antonio, empleado de banca, le pidió más de una vez que dejara a ese hombre y que llevara una vida más modesta, cuentan personas cercanas a los Parodi.
Sin embargo, Patricia nunca escuchó a su padre. Hasta que se dio de bruces con la realidad el día que la detuvieron. La Fiscalía Antidroga la acusa de blanquear parte del dinero que su novio ha ganado trasladando desde Marruecos decenas de toneladas de hachís en potentes lanchas neumáticas. Ella, aseguran fuentes policiales a EL ESPAÑOL, “era la gran beneficiaria del negocio ilegal de su pareja”.
Pese a todo, Patricia no pisó una celda. Tras detenerla y pasar a disposición judicial, el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de La Línea le impuso como medidas cautelares la prohibición de salir del país y la obligación de presentarse en sede judicial los días 1 y 15 de cada mes.
[Más información: 'Los Castañitas', la vida de lujo de los dos hermanos que controlan el 70% del hachís en España]
Citas a escondidas: oculto tras un casco
A Patricia Parodi se le detuvo por su relación con Antonio Tejón, pero antes él había caído en manos de la Policía precisamente por ella. Para saber por qué hay que remontarse a principios del año pasado.
Antonio Tejón, que se encontraba en busca y captura, no podía frenar sus ansias de amor y la necesidad de ver a sus dos hijas. Por eso tenía una cita ineludible cada semana con Patricia, a la que ya se le vigilaba muy de cerca desde principios del pasado año. Sabían que la pareja se veía con asiduidad y que ella podría conducirles hasta su novio.
Aquellos encuentros siempre se producían a escondidas y en la intimidad. El pequeño de 'Los Castañas' los programaba a principios de semana. “Normalmente, lunes o martes”, explican fuentes del GRECO. Al narco le daba igual correr riesgos y que lo pudieran seguir, aunque tomaba numerosas precauciones y contaba con un ‘ejército’ de fieles que le custodiaba hasta llegar al punto de encuentro.
Al caer la noche, Antonio salía de uno de sus múltiples escondites en La Línea, se subía a una moto de pequeña cilindrada, se cubría la cabeza con un casco y acudía a una vivienda de dos plantas en el número 45 de la calle Vistalegre.
Allí, le esperaba la mujer con la que le había sido infiel a su antigua pareja y de la que se había enamorado hacía unos años. Llevaban meses sin convivir juntos a diario por temor a que lo detuvieran. Aquella chica que lo esperaba era Patricia Parodi, una amante del dinero sin fin que, a juicio de los investigadores, sólo le podía regalar el ‘gran narco’.
Nacida en La Línea como él, en el seno de una familia de clase media -hija de un empleado de banca y de una funcionaria-, Patricia prefería vivir con miedo y estar junto a su 'chico', a tener que abandonar los bolsos y las ropas caros, las cenas con marisco, los coches de gran cilindrada o los viajes en AVE a Madrid en clase preferente para ver jugar al Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Pero a mediados del año pasado comenzó a caer todo ese castillo de naipes. Agentes del GRECO cazaron a Antonio Tejón en una de sus visitas furtivas a Patricia. Semanas antes, consiguieron ver al pequeño de 'Los Castañas' entrando en aquel adosado sin quitarse el casco. Patricia había llegado unos minutos antes que él. A los agentes les había llevado meses poder acercarse tanto a su presa más codiciada. Cuando lo vieron, supieron que era él. Tenía su misma fisonomía y caminaba igual que el narco más buscado.
Una niña agarrada a un muñeco
La Policía decidió ir a por él la noche del 6 de junio de 2018. Antonio estaba perseguido por la Justicia desde febrero de 2017, cuando se cobijó en las calles de su ciudad natal. Cinco meses antes, el GRECO de la Costa del Sol trató de detener tanto a él como a su hermano mayor, Francisco Tejón. Ambos, junto a otros miembros de su banda, huyeron a Marruecos en una lancha para retornar tiempo después.
Pero aquella noche de junio de 2018 no logró huir, aunque lo intentó a través de la azotea de la casa. Dentro, en el comedor, estaban Patricia y una niña temblorosa y que chillaba mientras se agarraba a un peluche. Era la hija mayor de ambos. En su intento de fuga, varios agentes se lanzaron encima de Antonio Tejón, que a causa de la caída comenzó a sangrar de la nariz. En ese momento, Saray, la otra mujer en la vida de Antonio, se encontraba embarazada.
Desde entonces, el narco se encuentra en prisión. Cinco meses después, su hermano mayor, Francisco, conocido como Isco, se entregó a la Justicia después de protagonizar un videoclip con un cantante de reguetón. Aparecía rodeado de mujeres en bikini durante una fiesta. Aquello molestó de forma notable a las fuerzas policiales.
Ahora ha caído Patricia Parodi. Se le han bloqueado varias cuentas y se le han intervenido varios coches, entre ellos una furgoneta de su padre, con la que también se movía para eludir la vigilancia policial. Sin embargo, la Policía se la devolvió a las pocas horas de la detención-
“Ella sabía que tarde o temprano iba a caer”, explican fuentes del GRECO de la Policía Nacional. “Sin oficio ni beneficio, porque no tiene trabajo conocido, cantaba demasiado el alto nivel de vida que llevaba. Los armarios de su casa ya los quisiera cualquier boutique".
Patricia Parodi tenía bolsas de ropa sin entrenar en su habitación. Los investigadores piensan que se había cobijado en Sotogrande para que su tren de vida pasase desapercibido. "Pero era cuestión de tiempo que la detuviésemos y que el juez la imputara. Sólo dándoles donde más les duele, en el dinero, se puede acabar con estas grandes organizaciones”. Y también con quienes se lo lavan.