La cosa da para película. Corría la mañana del 9 de diciembre de 1985. La redacción de la revista Interviú recibió una llamada de un joven que quería confesar un asesinato. A un lado de la línea, un periodista de la revista, al otro, Manuel García, el novio de Pilar Baeza que en ese año mató a su amigo Manuel López con la complicidad de ella. Querían dar la exclusiva antes de entregarse. Se fotografiaron junto al pozo al que habían arrojado al asesinado y dieron su versión, aunque con muchas mentiras de por medio.
A Pilar Baeza, que ahora es la candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila, le ha vuelto su pasado en forma de pelota curva. EL ESPAÑOL ha publicado el pasado fin de semana en exclusiva que en 1985 su novio, un amigo llamado Juan Carlos Torres y ella planearon y llevaron a cabo el asesinato de Manuel López, un joven panadero de Leganés (Madrid) que entonces tenía 24 años y que presuntamente habían violado a Baeza.
Según la versión de los acusados, el asesinato se produjo por venganza. Es por eso que el 8 de septiembre de 1985, Manuel García y Juan Carlos llevaron a Manuel López a un pozo en el término municipal de Villanueva de Perales y lo mataron a tiros. El cadáver permaneció en el pozo tres meses hasta que, el 8 de diciembre del mismo año, Juan Carlos y confesó el crimen.
Era cuestión de tiempo que también cayeran arrestados Baeza y su novio. Es por eso que antes de hacerlo llamaron a la revista Interviú para darles la exclusiva el día 9. Hicieron el reportaje y la revista les puso en contacto con dos abogados para que les defendieran. Al día siguiente, el 10, se entregaron. Ya habían contado su versión. Eso sí, la contaron como quisieron.
Una versión en la que los asesinos plantean los hechos con visos de haber sido instruidos previamente por un abogado, citando elementos que actuaran en el posterior juicio como atenuantes de la probable condenada. De tal manera que ella no se enteró de nada antes del asesinato y que su novio, 'el Lolo', no quería matar al supuesto violador de Pilar Baeza y antes de los hechos había consumido drogas.
Lógicamente, en el reportaje no se habla de si la pareja pactó una cantidad económica por su confesión periodística antes de entregarse a la Policía, una práctica muy común en determinadas revistas de la época, ya fuera en metálico o sufragando el coste de los abogados.
La versión de los acusados
El relato de la revista, a la que ha tenido acceso este diario, comienza con el supuesto aborto de Baeza. Según su versión, Manuel López la obligó a acostarse con él a punta de pistola y, como resultado de ello, quedó embarazada. Por eso, la pareja supuestamente se vio obligada a viajar a Portugal para abortar. Ella cuenta que en principio no quería decir nada a nadie, pero que con la primera falta de la menstruación no tuvo más remedio que contarle los hechos a su novio y él reaccionó de la forma que ya se conoce.
En la revista, el novio de Baeza recuerda cómo mató a su tocayo. Cuenta que llegaron por casualidad al sitio en el que se produjeron los hechos y que se enzarzaron en una disputa después de que el panadero le hubiera estado diciendo lo buena que estaba Baeza. “Aguanté, tenía miedo de él porque era mucho más corpulento que yo y porque siempre llevaba pistola, por eso eché la escopeta en el maletero. Pero cuando volvíamos hacia madrid, que habíamos estado bailando y bebiendo toda la noche, ya no pude contenerme más y le dije que si tenía cojones que bajara del coche y me dijera todo aquellos que me venía diciendo de mi novia”, relató Manuel García a Interviú.
“No quería matarlo, sólo quería darle un susto. Quería que sintiera lo que sintió Pilar el día que él le puso la pistola en la cabeza y le obligó a quitarse la ropa. Lo que sentí yo cuando ella, con lágrimas en los ojos, me explicó lo que había sucedido”, añadió. “Pero en ningún momento quería matarle. Las cosas ocurrieron demasiado deprisa, estábamos algo bebidos y habíamos tomado unos tripis”, contó.
En el reportaje, Manuel Gutiérrez aseguró que cuando empezó la pelea en el lugar en el que más tarde mataría al panadero, sintió miedo. Él se le acercaba desafiante y por eso le pegó dos tiros. “Todo ocurrió en unos segundos. Disparé, cayó al suelo y se levantó como si hubiera tropezado contra la tierra una pelota de goma. Yo no sabía lo que hacía y volví a disparar cuando comenzó a correr hacia la carretera. Ya no se volvió a levantar”, aseguró al periodista, mintiendo.
Para más inri, el reportaje estaba ilustrado con fotografías de Baeza y su novio junto al pozo al que arrojaron a Manuel López tras asesinarlo. La fotografía se tomó un día después de que la Policía y los Bomberos retiraran el cadáver del panadero el día anterior.
Las múltiples contradicciones de su relato
Pero Pilar Baeza y su novio Manuel García mintieron. El relato que trasladaron a Interviú cuenta con numerosos hechos falsos que luego se probaron como tal en la sentencia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL y por la cual Baeza, su novio, y el compinche Juan Carlos fueron condenados a 30 años de prisión cada uno por homicidio y tenencia ilícita de armas. A los dos hombres se le sumó además el delito de inhumación ilegal, por tener al asesinado en un pozo exactamente tres meses.
La primera mentira que contó Manuel García fue en su relato del asesinato. Según aparece en el reportaje de Interviú, él da a entender que llegó al lugar donde mató al panadero por casualidad. Que le había calentado tanto la cabeza que actuó por impulso. Según se demostró en la sentencia, en cambio, el asesinato estaba bien calculado.
Según la sentencia, tanto Pilar como su novio y Juan Carlos eligieron la fecha en la que lo llevaron a cabo, el 8 de septiembre, “buscando el lugar idóneo para ello, optando a tal fin por un descampado existente (...) donde existía un pozo, lugar al que habían acudido con anterioridad y conocían los tres procesados”.
El novio de Baeza también aseguró en Interviú que la escopeta con la que mató al panadero la había hurtado él mismo de la armería Deportes Baeza, que era de los padres de Pilar y en la que ella trabajaba, en un descuido. Mentira de nuevo. Según la sentencia, el arma se la facilitó la propia Baeza a su novio para llevar a cabo el asesinato, con premeditación. La escopeta, que estaba siendo reparada en la tienda y que nunca se volvió a recuperar, la cogió Pilar al terminar la jornada laboral y la volvió a introducir después de que se produjera el asesinato.
Manuel García también incurrió en contradicciones al relatar el asesinato. Dijo que había sido espontáneo, que no quería matarle, que fue para darle un susto y que le pegó sólo dos tiros. En realidad, los hechos probados de la sentencia demuestran la absoluta premeditación que hubo en torno al homicidio y no fueron dos, sino cuatro, los disparos que acabaron con la vida de Manuel López. El último disparo, según recoge el documento, se lo pegó en la cabeza, además, lo que demuestra la intención de rematar a la víctima.
Del “no quería matarlo” que aseguró el asesino en el reportaje a la absoluta premeditación y el relato del asesinato que recoge la sentencia, hay un trecho. Pero ellos lograron contar su versión y gracias a ello Interviú les facilitó el contacto con los letrados Juan Lozano y Marcial Amor. Habían logrado su objetivo.
La familia víctima contra la idea de la violación
Tras el revuelo mediático que se ha armado a raíz de la publicación de la noticia. La familia de Manuel López ha aparecido en numerosos medios de comunicación para asegurar que no violó a Baeza. De hecho, en la sentencia no aparece como hecho probado ni la violación, que siempre es según el testimonio de ella, ni el supuesto aborto que realizaron en Portugal, el cual ni siquiera se menciona.
La última en aparecer en los medios ha sido Manuela, la madre del panadero asesinado. Ella ha asegurado que quiere “defender la memoria” de su hijo. "No quiero que metan la palabra violador porque no lo ha sido", ha relatado este miércoles en el programa Cuatro al Día. "Cuánto me gustaría que ella me dijera que era mentira todo. Todos hablaban de mi hijo como El violador de Leganés", ha añadido.
La propia Pilar Baeza no ha querido explicar por qué no denunció la violación. Este martes dio una rueda de prensa en la sede de Podemos en Ávila, en la que se reafirmó en el cargo, y dijo que no denunció porque era el año 1985. "Le pregunto a Pilar por qué no se ha arrepentido. Han pasado muchos años y seguimos sin saber por qué lo hicieron", ha dicho Manuela este miércoles.