Se ha fugado Claudio Augusto Santana Dos Santos. Este ciudadano brasileño tendría que haber comparecido ayer en un juzgado de Tarragona para que se repitiese su juicio, pero no ha aparecido. Ahora está en busca y captura. Pero ¿quién es exactamente Claudio Augusto Santana Dos Santos y por qué se le juzga? Un hombre que mató a una prostituta durante un juego sexual que se le fue de las manos.
Sucedió una calurosa noche de verano. El 16 de agosto de 2016, Claudio, brasileño residente en Salou, se había quedado de ‘Rodríguez’. Para aprovechar que su esposa se había ido de viaje a Francia, contrató los servicios de una prostituta durante toda la noche por 450 euros. La chica, además, le trajo 12 gramos de cocaína por los que al hombre le pagó 370 euros más. Una juerga de casi mil euros en casa de Claudio consistente en una sesión de sexo sádico. Le dio igual a este brasileño que su propio hijo de 9 meses estuviese durmiendo mientras tanto en la habitación de al lado.
La prostituta era Sara M.S., una española de 28 años, menuda y liviana. Apenas pesaba 50 kilos. Claudio, en cambio, es un hombre de complexión fuerte y más de 90 kilos de peso, que presumía de tener mucha experiencia en los juegos sado. Pero su desproporcionado consumo de cocaína y la cantidad de alcohol que entró en su cuerpo esa noche hicieron que perdiese el control de la situación.
Cocaína, alcohol y un bebé de 9 meses
Claudio la ató y realizó con ella diversas prácticas de “sexo fuerte” durante varias horas, tal y como reconocería después el acusado en sede judicial. Una noche entera de gritos y sexo sadomasoquista durante el cual, acusado y víctima “se comieron” más de diez gramos de cocaína.
En un momento dado, Claudio le amarró a Sara los brazos a la espalda; desde atrás se echó encima de ella, la agarró del cuello y empezó a apretar. “A mucha gente le gusta que los asfixien para tener más placer”, aseguró Claudio en su declaración, para justificar que en ese momento estaba practicando hipofixia (provocar asfixia a una persona para que llegue al orgasmo). Él ya la había practicado en varias ocasiones y creía que sabía controlarla.
El hombre, puestísimo de todo, apretó y apretó… hasta que la chica “se paró”, según declaró el hombre al juez. Pensó Claudio entonces que Sara había tenido un desvanecimiento provocado por la droga, por el alcohol o por las horas de sexo duro que llevaba en el cuerpo, pero enseguida le tomó el pulso y la temperatura. La había matado.
Se metió la coca y luego avisó a la canguro
Claudio entró en shock. Como no sabía qué hacer, estableció un claro orden de prioridades: primero se metió el gramo y medio de cocaína que todavía le quedaba. Después llamó a su esposa para explicarle que acababa de estrangular a una prostituta en casa, pero que el niño no se había despertado. Finalmente avisó a la canguro para que cuidase del crío mientras él iba a entregarse a la policía. Claudio, tal y como explicaron después los agentes en el informe, colaboró en todo momento.
Durante el juicio, además, Claudio se rompió en numerosas ocasiones. Era consciente de que el sado se le había ido de las manos de forma irremediable. Insistió en que la mujer falleció de forma accidental, que estaba muy bebido y drigado, que él nunca le había hecho daño a nadie (no tenía antecedentes penales) e insistía en que él mismo fue a confesar ante la policía.
Claudio Augusto Santana Dos Santos fue juzgado por la Audiencia de Tarragona el pasado mes de febrero. Fue condenado a 3 años y medio de cárcel por homicidio imprudente, dado que se le aplicaron los atenuantes de confesión, afectación tóxica y afectación alcohólica. Una condena muy alejada de los 15 años de cárcel que pedía la Fiscalía.
Claudio se esfumó en noviembre
El caso fue juzgado por un tribunal popular, y la Fiscalía vio durante el proceso una serie de irregularidades en el redactado de las preguntas que debían formularle al acusado. Por ese motivo, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) estimó el recurso y ordenó repetir el juicio. Claudio quedó en libertad provisional, con el pasaporte retirado y la obligación de asistir al juzgado cada lunes, a espera de la celebración de la nueva vista.
Una que vista tendría que haberse celebrado el 5 de febrero por la mañana, pero Claudio Augusto no ha aparecido por sede judicial. Se encuentra en paradero desconocido, por lo que se ha emitido contra él una orden de busca y captura. Y es que el acusado se ha saltado todas las citaciones. En noviembre dejó de asistir los lunes a firmar en el juzgado, tal y como era su iobligación. En diciembre fue citado por la sala, pero no apareció. Lo mismo pasó el mes de enero.
Por ese motivo se le ha revocado la libertad provisional y el tribunal ha dictado una orden nacional e internacional de búsqueda, detención e ingreso en prisión. Dudan que se haya vuelto a Brasil, porque no dispone de pasaporte. Pero ni siquiera su abogado defensor sabe dónde está Claudio. No lo ha podido localizar y su teléfono está inoperativo. Nadie sabe dónde ha ido Claudio, al que la juerga le arruinó la vida.