Fernando Pina dio el paso de comprarse un eléctrico hace cuatro años, en enero de 2015. Ahora fomenta el uso del Vehículo Eléctrico como delegado en Madrid de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos.
"Antes de este coche, tenía un coche de gasolina. Yo vivo en un municipio por la zona noroeste de Madrid y generalmente voy hasta el centro", recuerda Fernando.
"Empecé con la inquietud ecológica. Había que cambiar a los eléctricos. Los gasolina, aunque para viajes largos eran buenos, contaminan mucho". También resalta el importante gasto que tenía a diario en estacionamiento, ya que para acudir a su trabajo necesitaba dejar el coche en zona SER. "Gastaba hasta 15 euros al día, y con el riesgo de recibir alguna multa si me despistaba. Y eso que antes no había ni zonas restringidas ni protocolos anticontaminación".
Ciudades con Madrid o Barcelona ya han aprobado restringir el tráfico de diésel o gasolina en determinadas zonas de la ciudad. Además, el Borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética menciona que pretende obligar a los municipios de más de 50.000 habitantes a establecer zonas de bajas emisiones y de movilidad eléctrica.
Desde esta reflexión han transcurrido cuatro años. El delegado, tras probar el vehículo de un amigo y leer opiniones en varios foros de usuarios, decidió comprar un eléctrico. "Probé el Renault Fluence y noté la suavidad, la ausencia de vibraciones, la aceleración, el silencio, la comodidad de tener solo una marcha... pero estaba muy limitado. Decidí esperarme y más tarde me gustó el Renault ZOE".
Cuenta que, contando con planes de ayuda del gobierno y entregando su antiguo vehículo, obtuvo un descuento de 10.000€. "Antes casi no había demanda y las ayudas duraban dos y tres meses. Ahora duran dos o tres días", lamenta Pina.
La matriculación de Vehículos Eléctricos en España aumenta año tras año, pero aún la cifra es baja respecto a la de gasolinas o diésel. Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), en 2013 se matricularon 2.586 VE; 8.042 en 2016 y 14.842 en 2017.
Hace tres años, apenas se podían encontrar Puntos de Carga en España. Además las baterías gozaban de menos autonomía. "Antiguamente podía hacer 180 km. Tenía una batería de alquiler y me apunté a una campaña que lanzó Renault para renovar la batería por otra con el doble de autonomía", explica el delegado. "Cada cuatro años de investigación se ha logrado duplicar la autonomía de las baterías".
Sobre el habitual argumento que esgrimen los conductores que quieren retrasar el mayor tiempo posible el cambio al eléctrico, considera que carece de sentido y que lo más económico y ecológico es el VE. "Antes, los que comprábamos eléctrico éramos superecologistas... luego te das cuenta de que antes me gastaba un dineral en gasolina, mantenimiento y estacionamiento", razona Fernando.
Echando cuentas
Ismael Huete, mecánico de Reparaciones Huete, calcula para EL ESPAÑOL el gasto en mantenimiento que puede tener un coche diésel o gasolina de gama media basándose en su experiencia. La estimación se ha realizado utilizando el ejemplo de un conductor que utiliza su coche a diario para trabajar y que realiza unos 15.000 kilómetros al año.
"Lo normal es que se realicen revisiones cada 20.000 kilómetros. En cuatro años, se realizarían dos o tres revisiones. Las dos primeras son más económicas porque hay poco que revisar, y supondrían un gasto de unos 80 euros la primera y unos 120 la segunda. A partir de la tercera se encarece bastante", detalla el mecánico.
En los gasolina, hay que cambiar bujías, pastillas de freno, aceite y probablemente un juego de neumáticos. Las revisiones de diésel son un poco más caras, ya que se esfuerzan más en emitir menos gases contaminantes, por lo que utilizan más filtros y productos como la urea. "En total hablaríamos de unos 600 euros por las tres revisiones del gasolina y unos 50 o 100 más si se trata del diésel. Solamente sería para el mantenimiento, suponiendo que no haya averías", describe Huete.
En cuatro años, Fernando ha llevado su vehículo a dos revisiones al concesionario oficial. "Me he gastado 50 euros en el mantenimiento tras cuatro años. Casi no hay nada que revisar. La presión de los neumáticos, el líquido del limpiaparabrisas", dice Pina.
El gasto en combustible es punto fuerte de los VE. En España, la carga equivalente a 100 kilómetros de trayecto cuesta entre 0,50€ y 1€ (si se recarga en casa en horas nocturnas), dependiendo de la tarifa de luz contratada. En Puntos de Carga Rápida que no sean públicos, cargar el 80% de la batería en 25-30 minutos cuesta alrededor de los 5 o 6 euros.
El argumento de la falta de infraestructura
Es el 'gran inconveniente' del eléctrico. La falta de Puntos de Carga. Pues bien, actualmente hay 3803 frente a las casi 11.500 gasolineras que hay repartidas por toda España. A mediados de noviembre Endesa describió su nuevo plan para instalar 108.500 Puntos de Carga en los próximos cinco años, de los cuales 8.500 serán públicos. A su vez, los primeros 2.000 estarán instalados entre 2019 y 2020.
Iberdrola por su parte tampoco se queda atrás; prevén instalar 25.000 en toda España entre espacios públicos y privados. Su objetivo es instalar un Punto cada 100 kilómetros con el objetivo de poder recorrer el país de punta a punta.
"Hoy en día, con la red que se está montando intento siempre cargar fuera de casa, en Puntos de Carga gratuitos", explica Fernando. Cuenta que tiene conocidos que han llegado a gastar 10 euros recorriendo 15.000, 20.000, y hasta 30.000 kilómetros cargando en sitios públicos, centros comerciales o grandes tiendas.
"Tengo un amigo que vive en un piso y no tiene punto de carga propio. Se ha ido hasta Barcelona haciendo dos paradas. Tiene un vehículo igual que este. Y solo carga en puntos públicos. Su gasto es 0€".
Consciente de la desconfianza que existe entre una gran parte de los consumidores, aconseja: "Que lo pruebe. Que lo pruebe y se dará cuenta de lo que es un coche eléctrico. Que lo pruebe y que haga números. Que vea si en su uso le encaja".