(Edición del 21 de junio de 2021. Nota aclaratoria al final).
Agentes de la Policía Nacional han detenido en Barcelona a Oswaldo Aulestia, un veterano falsificador de obras de arte de 72 años sobre el que pesaba una orden de búsqueda y detención con ingreso en prisión emitida por la Audiencia Nacional en 2016 para su extradición a Estados Unidos y otra reclamación por un juzgado de Barcelona desde el año 2017.
El fugitivo habría comercializado de forma masiva en aquel país obras falsificadas de reconocidos artistas internacionales. Su principal habilidad era la de colocar las obras o elegir el papel de las litografías a falsificar, según explicó la Policía Nacional a este diario.
Escurridizo como una anguila
Desde la recepción del escrito de Interpol interesando la detención del conocido falsificador, los investigadores habían llevado a cabo innumerables gestiones para la localización de un fugitivo que adoptaba extremas medidas de seguridad y autoprotección para eludir la acción de la Justicia. Fruto de las constantes pesquisas los agentes localizaron al reclamado, a la salida de un domicilio de Barcelona, ciudad donde tiene su residencia legal.
Las autoridades estadounidenses reclaman su extradición al considerarle autor de innumerables delitos contra la propiedad intelectual tras haber comercializado de forma masiva obras falsificadas de artistas mundialmente reconocidos. Porque aunque colocó cuadros por toda Europa, Canadá y hasta Japón, su mercado favorito era el norteamericano. Allí consiguió endosar falsificaciones por valor de 4 millones de euros. Especialmente en el estado de Illinois, donde encontró los contactos necesarios para vender todas sus obras.
Por tal motivo la Audiencia Nacional española emitió en noviembre de 2016 una orden de búsqueda y detención con ingreso en prisión para su extradición a Estados Unidos. Paralelamente en diciembre de 2017 un juzgado de la ciudad condal también había requerido la localización y detención del mismo falsificador por presuntos delitos contra la propiedad intelectual e industrial.
Operación Artista
Oswaldo Aulestia fue el elemento central de la ‘Operación Artista'; una investigación policial desarrollada en el año 2000 que acabó con sus huesos y los de otras diez personas (seis españoles y cuatro italianos) en prisión. Trabajaban con galeristas de Barcelona, Granollers y Lliçà de Munt que eran los que recibían las obras y las enviaban a Northbrook, un municipio de Illinois próximo a Chicago.
Según cuenta la Policía Nacional, la habilidad de Oswaldo dentro de la trama de falsificación era que sabía elegir el papel de las litografías a falsificar y en algún caso reproducir alguna firma. En ningún caso pintó ni dibujó ninguna de las obras falsificadas, tal y como se apuntó en la primera edición de esta pieza.
Salió de la cárcel y siguió Oswaldo con su actividad delictiva. Durante aquella primera época estableció relaciones con delincuentes italianos, que fueron los que trabajaron con él después. El FBI se puso manos a la obra. Alertaron a las autoridades españolas del fraude y la justicia americana pidió su extradición. Fue denegada, explica la Policía Nacional.
La conexión italiana
Durante estos últimos diez años ha seguido colaborando con sus socios italianos. Concretamente con un empresario de Milán que era el encargado de imprimir la obras de arte. De vez en cuando, esas falsificaciones se dejaban ver por Ebay. Las autoridades estadounidenses siguieron solicitando su extradición. En diciembre de 2017, un juzgado de Barcelona emitió otra orden de localización y detención contra él como presunto autor de delitos contra la propiedad intelectual e industrial.
De esta operación no se encargaron los Mossos d’Esquadra, como suele ser habitual en este tipo de casos en Cataluña. Fue la Policía Nacional la que se puso manos a la obra para capturar a Aulestia El Grupo Segundo de la Sección de Crimen Organizado de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Barcelona, en colaboración con el Grupo de Fugitivos de la Comisaría General de Policía Judicial han sido los cuerpos que, finalmente, han hecho que caiga.
La detención se ha producido esta semana, cuando el veterano falsificador se encontraba pasando unos días en su domicilio del Eixample. Oswaldo Aulestia fue arrestado y pasará a disposición judicial. En Estados Unidos lo siguen reclamando. Él puede negarse a una extradición, aunque si finalmente el juez español lo autoriza, será enviado a EEUU.
(Nota del redactor: En la primera edición de la noticia se le atribuyó a Aulestia la autoría de cuadros falsificados. No es cierto. Esa información incorrecta llegó a EL ESPAÑOL a través de la Policía Nacional, durante el proceso de ampliación de la información, tal y como tenemos documentado. Procedimos a reproducir la nota de prensa y dicha ampliación. Ahí se coló un fallo que fue producto, tal vez, de alguna traducción errónea de los documentos procedentes de EEUU. Sea como sea, Oswaldo no es un talentoso artista que pintase aquellas obras falsificadas. Su principal papel en la trama era elegir el papel de las falsificaciones, según confirma la Policía Nacional. Poco más.
En dicha pieza, como licencia literaria, llamamos a Aulestia 'Maradona de los pinceles'. Aclarado el error, en esta nueva edición han sido corregidos los fallos. Oswaldo Aulestia no es el Maradona de los pinceles ni de ninguna otra cosa. En ningún caso pintó o dibujó los cuadros falsificados. Ni siquiera hay constancia de que sepa usar pinceles. Su papel era mucho menos creativo.
A Aulestia fuimos a visitarlo a Barcelona el 11 de mayo de 2021 para hacerle una entrevista. Aún no conocíamos el error. Él intentó colarnos una historia de su vida de la que no nos creímos absolutamente nada. Fue ahí, al desconfiar, cuando revisamos el caso e identificamos el fallo. Después lo contrastamos con la documentación judicial estadounidense y mediante conversaciones con la Policía Nacional. Tras ello, hemos procedido a corregir los errores.
Por tanto: Aulestia no es un reputado pintor ni realizaba los cuadros. Él, en la trama de las falsificaciones, se limitaba a elegir el papel de las litografías y a imitar alguna firma. Eso es todo. Aquí fue reproducido el error y por ello valga desde aquí esta fe de erratas; desde la responsabilidad periodística, para pedir disculpas, subsanar el fallo y alertar a los incautos a los que les quieran colar otra historia).