Una máquina infantil que simula una tragaperras instalada en el área de juegos de un centro comercial es -para la Comunidad de Madrid- "un mero pasatiempo o recreo". Algo que puede ser calificado como "deportivo" para el Gobierno regional en contra de la denuncia interpuesta por una asociación madrileña que lucha contra la ludopatía.
La tragaperras infantil instalada en el centro comercial Islazul (Leganés), situado en el sur de la capital, llamada Big Bass Wheel funciona del mismo modo que una tradicional pero sin premios en metálico: los niños que la usan pueden ganar fichas que pueden ser canjeadas por juguetes.
De esta forma, la Asociación Leganense de Jugadores en Rehabilitación (ALEJER) solicitó formalmente a la Comunidad de Madrid que la retirara del lugar de ocio para los niños por infrigir -a su parecer- el Reglamento de Máquinas Recreativas de la Comunidad. Un texto que impide el uso por parte de menores de edad este tipo de máquinas.
Ahora el Gobierno autonómico se ha pronunciado tras mandar a un inspector al centro comercial y ha decidido archivar la denuncia. En el documento -hecho público por un dirigente de Podemos- se puede leer que la máquina es “de mero pasatiempo o recreo”. La tragaperrras -prosigue el texto- requiere “una acción más o menos habilidosa del usuario al bajar con mayor o menor fuerza una palanca”. Así, concluye, puede “ser calificado como deportivo o infantil”.