La duda planea sobre el currículo académico de la clase política española. Desde que el pasado mes de abril se destapara el caso que puso entre las cuerdas a la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que acabó con su dimisión, no han parado de surgir escandalosas acusaciones que salpican directamente a la primera línea política. El último en ser señalado ha sido el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que habría cambiado su ficha personal en el Congreso para incluir el máster que llevaba aparejado la Licenciatura de Derecho que obtuvo por la Esade de la Universidad Ramón Llull.
Tan sólo Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, puede presumir de salvarse del entramado educativo. Es el único presidente de un partido que no ha sido cuestionado acerca de sus estudios universitarios.
Iglesias realizó su tesis doctoral, Multitud y acción colectiva postnacional. Un estudio comparado de los desobedientes: de Italia a Madrid, entre los años 2000 y 2005 bajo la dirección de Heriberto Cairo Cauru, un referente en la institución académica, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y el punto de cohesión ideológica de la cúpula de Podemos.
Bajo la supervisión de Cairo también completaron sus estudios otras importantes figuras de la formación morada como Íñigo Errejón, a quien también tuteló su tesis doctoral La lucha por la hegemonía durante el primer gobierno del MAS en Bolivia (2006-2009): un análisis discursivo”. Como Decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Cairo defendió el asalto a la capilla del centro. Entre las asaltantes se encontraba Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid. “Es una expresión de la pluralidad de creencias religiosas, tendencias políticas e ideologías existentes en el centro”, dijo entonces el gallego.
Pablo Iglesias el único con un título no cuestionado
El líder de Podemos se ha convertido, sin buscarlo, en el único candidato creíble de esta democracia, al menos en lo que se refiere a la veracidad de su currículo académico. Este martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue señalado y acusado de plagio tan sólo un día después de que la ministra de Sanidad, Carmen Montón, dimitiera tras descubrirse que gran parte de su trabajo fin de máster había sido copiado.
El presidente, defensor de la educación pública completó sus estudios doctorales en la Universidad Camilo José Cela, privada, donde defendió su tesis Innovaciones de la diplomacia económica española: Análisis del sector público (2000-2012), que fue calificada con la máxima puntuación, cum laude.
“Por mucho que traten de desprestigiarme, me siento orgulloso de mi tesis universitaria. No ensuciarán lo que tanto esfuerzo me costó”, aseguró el líder del PSOE en redes sociales. Por eso, ante las fuertes críticas que le acusan de haber copiado gran parte de su trabajo y de haber recibido ayuda para redactar la tesis, el presidente ha decidido hacer público el documento, que hasta ahora podía ser consultado a puerta cerrada en la universidad.
Las cuatro diferencias entre la tesis de Sánchez e Iglesias
A pesar de que ambos son doctores, las diferencias en cuanto a la implicación académica de los doctorandos son evidentes. Sánchez empleó dos años y nueve meses en completar su estudios doctorales y defender su menguada tesis de 342 páginas, mientras que Iglesias invirtió cinco años hasta que concluyó y defendió su tesis, que consta de 574 páginas.
En ambos casos el tribunal evaluador estuvo compuesto por miembros afines a los examinados. El tribunal de Sánchez estuvo compuesto por el profesor Santiago Pérez Camarero, que se doctoró dos meses antes que el presidente del Gobierno. Igual le sucedió a Ricardo José Rejas Muslera, cuya tesis se titulaba “Procesos de gestión de riesgos legales para proyectos de desarrollo de software” y nada tenía que ver con la que se defendía en la sala. Además, Alejandro Blanco y Juan Padilla, dos de los miembros del tribunal compartieron con Sánchez la misma directora de tesis, María Isabel Cepeda.
Por su parte, el tribunal evaluador de Pablo Iglesias estuvo compuesto por varios miembros que posteriormente formaron parte de la formación política Podemos, entre los que se encuentran Ariel Ernesto Jerez, que actualmente ocupa el cargo de coordinador estatal del área de Mundo Rural Sostenibilidad y Soberanía alimentaria de Podemos; Jaime Pastor Verdú, uno de los impulsores de la formación política y miembro del Consejo Ciudadano de la Comunidad de Madrid. También formó parte del tribunal, Paloma Román Marugán, que en 2013 participó en el libro que coordinó Pablo Iglesias: ‘Cuando las películas votan. Lecciones de ciencias sociales a través del cine’ y es colaboradora en algunos de los espacios televisivos de Iglesias como La Tuerka o Fort Apache. El cuarto miembro fue Pedro Ibarra Güell y Donatella Della Porta, ambos vinculados a la izquierda política de Podemos.
Por otro lado, la implicación académica de Iglesias, que continuó vinculado a la universidad como profesor titular interino en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid entre los años 2008 y 2014 , difiere de la implicación de Sánchez. El presidente se centró en la actividad política tras finalizar sus estudios y defender su tesis, que desde este jueves será pública.
El misterioso máster de Pablo Casado
La iniciativa de Sánchez, que ha ofrecido su trabajo académico al público, no a inspirado al líder del Partido Popular, Pablo Casado, cuyo máster en Derecho Autonómico y Local también ha sido puesto en entredicho.
A día de hoy, Casado no ha hecho público su trabajo fin de máster. Tampoco ha aclarado las irregularidades que se le atribuyen respecto a la asistencia de las clases, convalidación de asignaturas o fechas de matriculación y por las que se le acusan de cohecho impropio y prevaricación administrativa.
El líder del PP, que está aforado como diputado y sólo puede ser juzgado por el Tribunal Supremo, ha solicitado este jueves al Alto Tribunal que rechace abrir una investigación en torno a su máster. Alega que no hay indicios de la comisión de los dos delitos que se le atribuyen y que, en todo caso, estos estarían prescritos. Una decisión que no contenta a la opinión pública, que continúa reclamando los documentos y sitúa entre las cuerdas al palentino.