La Audiencia Provincial de Navarra decretó este jueves la libertad provisional, bajo fianza de 6.000 euros y con el añadido de medidas cautelares, de los cinco miembros de La Manada que permanecían en prisión tras haber sido condenados el pasado mes de abril a nueve años de cárcel por abusar sexualmente y en grupo de una joven madrileña en los Sanfermines de 2016.
La decisión llega dos semanas antes de que el próximo 7 de julio arranque la fiesta mayor de Pamplona, cuando se cumplirán dos años de los hechos. La fiesta va a estar salpicada, por desgracia, por la polémica decisión. El año pasado, durante las jornadas sanfermineras, se repartieron folletos para evitar las agresiones sexuales. En los últimos meses, en Pamplona se ha generado un movimiento ciudadano para recuperar el espíritu positivo de la fiesta, para desterrar la imagen de las agresiones sexuales y los abusos como los perpetrados por 'La Manada'.
Nada más conocerse la decisión del mismo tribunal que condenó a los cinco amigos sevillanos que forman La Manada, colectivos feministas iniciaron una ola de convocatoria de protestas que aún continúan. Si ayer miles de personas salieron a las calles de la capital navarra o de Barcelona, hoy se prevé que lo hagan en Madrid o Zaragoza.
El pasado mes de abril, la condena por abuso sexual y no por agresión despertó una tormenta política y social que, ya en ese momento, conllevó multitudinarias manifestaciones bajo el lema "no es abuso, es violación". Ahora, las calles, y en especial numerosos colectivos feministas, vuelven a cuestionar la legislación en torno a los delitos de índole sexual.
La decisión de ayer fue adoptada por el mismo tribunal que condenó a La Manada. De los tres jueces que lo forman, el único magistrado que se posicionó a favor de que los cinco condenados continuasen en la cárcel fue José Francisco Cobo Sáenz, el presidente.
Una vez los miembros de La Manada queden en libertad, podrán esperar fuera de prisión la respuesta a los recursos presentados por las partes ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), que deberá ratificar o modificar la sentencia originaria.
Se prevé, según fuentes judiciales consultadas por este periódico, que el alto tribunal navarro revise el caso a finales de verano o principios de otoño.
En su decisión de este jueves, los tres magistrados consideran que no se dan las circunstancias de riesgo de fuga ni de reiteración delictiva, a pesar de que se está a la espera la fecha de juicio del caso de Pozoblanco, donde una joven cordobesa denunció a cuatro de los cinco condenados por abusar sexualmente de ella en el interior de un coche.
La decisión de la Audiencia de Pamplona es recurrible ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJN. Sin embargo, este recurso, en el caso de que se presente, no anula la ejecución de la libertad provisional decretada ahora. Los condenados podrán abandonar la cárcel en el momento en el que cada uno de ellos abone la fianza impuesta.
El pasado lunes, la Audiencia de Navarra inició el estudio de la petición de puesta en libertad formulada por los abogados defensores de los condenados. El pasado 1 de diciembre de 2017, tras la vista oral del juicio celebrado en noviembre, la Audiencia Provincial de Navarra rechazó la puesta en libertad de los cinco acusados, como habían solicitado sus defensas.
Ahora, a punto de cumplirse los dos años máximos de prisión provisional (con posibilidad de ampliación argumentada) y a la espera de la respuesta a los recursos presentados por las partes, La Manada vuelve a poner un pie en la calle. En estos casi 24 meses, estos han sido los protagonistas de un caso que no ha dejado indiferente a nadie.
La víctima: el juicio paralelo
Desde que presentó la denuncia en Pamplona el 7 de julio de 2016, la joven madrileña, por aquel tiempo de 18 años, ha sufrido un juicio paralelo por parte de determinados sectores de la sociedad y, principalmente, por Agustín Martínez, el abogado de cuatro de los cinco hombres que abusaron con prevalimento sobre ella.
Se puso en tela de juicio su relato, se investigó mediante detectives su vida privada y, una vez durante el juicio, se le cuestionó hasta por su forma de sentarse o por los eslóganes que lucía en algunas de sus camisetas cuando se reunía con amigas.
Tras conocerse la sentencia que daba la razón a la víctima, varios foros de internet difundieron sus datos personales y fotos del sumario donde La Manada realizaba un trato vejatorio hacia ella.
'La Manada': “saltos de alegría”
Los cinco miembros de ‘La Manada’ recibieron con alegría en sus respectivas prisiones la decisión del tribunal de que podrán salir a la calle en cuanto paguen los 6.000 euros de fianza.
En Pamplona, desde el día que ingresaron, aún permanecen Ángel Boza, José Ángel Prenda y Jesús Escudero. En Alcalá Meco están el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena y el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero. Éste último basó su petición de quedar en libertad en que va a ser padre próximamente tras dejar embarazada a su pareja durante un vis a vis.
Los tres condenados que están en la prisión navarra recibieron la noticia dando "saltos de alegría", tal y como contaba ayer EL ESPAÑOL. En los próximos días, quizás en horas, se espera que todos ellos abonen la fianza y vuelvan a quedar en libertad. En Sevilla, familiares y amigos los esperan creyendo todavía en su inocencia pese a estar ya condenados, aunque no por violación y sí por abusos sexuales con prevalimento. Cuando sucedieron los hechos tenían entre 24 y 27 años. Tres de ellos contaban con antecedentes penales.
El tribunal: sólo el presidente se mantiene firme
Dos años después de que La Manada ingresara en prisión, sólo el presidente del tribunal que los ha condenado a nueve años de cárcel, José Francisco Cobo, ha abogado por la prórroga de la prisión provisional sin condiciones.
Cobo es el único de los tres jueces que componen el tribunal que, desde la primera petición de libertad, en 2016, y también en la sentencia, se ha posicionado siempre a favor de la permanencia en prisión de los imputados y ahora de los condenados.
Hasta ayer se posicionaba junto a él su compañera Raquel Fernandino, que ahora ha apostado por permitir la vuelta a la calle de los cinco miembros de ‘La Manada’ y unirse a la postura del juez Ricardo González. Éste siempre apostó por la libertad de los presos tanto durante la instrucción como en la posterior sentencia, en la que emitió un severo y controvertido voto discrepante.
González llegó a decir en dicho voto recogido en la sentencia que acabó condenado por 2 a 1 a los cinco amigos sevillanos: "No aprecio en los vídeos cosa distinta a una cruda y desinhibida relación sexual en un entorno sórdido".
La fiscal: sigue su lucha
La fiscal Elene Sarasate recibió ayer otro varapalo judicial y, probablemente, anímico. En un caso que la ha atrapado desde el primer momento, Sarasate vio cómo el contenido de la sentencia reducía en mucho los 22 años de prisión que el Ministerio Público solicitaba para La Manada.
Ella reclamaba que el tribunal condenase a los cinco imputados por agresión sexual (violación). Sin embargo, finalmente se quedó en el delito de abuso sexual con prevalimento. Sarasate ya ha presentado un recurso en apelación por “infracción de ley” ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJN al mantener su consideración inicial de que “los hechos son constitutivos de un delito de agresión sexual (violación) y no sólo de abuso sexual”.
Durante la lectura de sus conclusiones finales en el juicio, Sarasate dijo mientras La Manada la escuchaba con atención: “La intimidación fue gravísima, e impidió resistencia o huida no le quedó más remedio que someterse. Mantuvo una actitud pasiva, de no resistirse, eso es lo que se ve. Una mujer de rodillas, con cinco hombres rodeándole, siempre en posición de inferioridad. En ningún momento tuvo una actitud activa, estaba con los ojos cerrados, no había ningún signo de que hubiera participación, ni una sonrisa, ni un gesto ni una palabra. Dejó que aquello pasara cuanto antes. La sitúan y la colocan como a ellos les interesa en cada momento”.
Pozoblanco: las cuentas pendientes
El 1 de mayo de 2016, dos meses antes de los hechos de San Fermín, una joven cordobesa de 21 años vecina de Pozoblanco sufrió una situación similar a la de la víctima de Pamplona. Fue con cuatro miembros de La Manada. De los cinco condenados, el único que no estaba presente era Ángel Boza. Dentro de un coche, con ella estado de inconsciencia, quizás drogada, la toquetearon, la besaron y se grabaron.
Así, Prenda, Escudero, Guerrero y Cabezuelo deberán sentarse ante el juez en los próximos meses y continuar su periplo por los juzgados. El siguiente caso que les espera es el de los presuntos abusos sexuales cometidos sobre otra mujer dos meses antes de los hechos de Pamplona. Se prevé que en otoño se conozca la fecha de la celebración del juicio.
Como en la capital navarra, grabaron vídeos. En uno de ellos, de 46 segundos, todos toquetean a la mujer mientras el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena la besa sin que ella haga ningún tipo de gesto de acompañamiento o muestre voluntariedad. Estos hechos se conocieron tras la detención de La Manada en Pamplona. La Policía analizó sus teléfonos móviles y vieron que habían distribuido dichas imágenes en varios chats en grupo de Whatsapp.
Hasta el momento, la única entrevista que ha concedido la joven ha sido con EL ESPAÑOL. Fue a finales de abril de 2018. "Voy a llegar hasta el final con el juicio", decía rotunda la joven. "No quiero hundir a nadie, pero sí que se haga Justicia".