"Se lo debía, yo ya maté a su madre". Durante su estancia estos meses en la cárcel como principal sospechoso del crimen del pantano de Susqueda, Jordi Magentí Gamell le dijo esa frase a un preso de confianza en la cárcel de Puig de les Basses. Le contó que su hijo había sido el autor de los asesinatos de Paula Mas Pruna y Marc Hernández López.
Hasta ahora, los Mossos d'Esquadra, según adelanta La Vanguardia, no han tenido nunca una sola duda de que Magentí, detenido a finales del pasado mes de febrero, era el autor material de los crímenes del pantano. Ahora, ha trascendido que Jordi ha intentado evadir su responsabilidad sobre el crimen inculpando a su hijo.
El preso de confianza que escuchó las palabras de Magentí las compatió luego con el director de la cárcel, ubicada en el costero municipio de Figueres. Entonces, los Mossos se acercaron hasta el presidio para tomarle declaración. El hombre trasladó a los investigadores detalles sobre los crímenes del pantano que todavía no habían trascendido. Solo Magentí pudo habérselos contado.
No le dieron crédito
En un primer momento, los mossos no dieron crédito a las revelaciones que conocieron a través de este preso realizadas por el principal sospechoso del crimen de los jóvenes procedentes de la comarca del Maresme. En un intento de justificar por qué su ADN estaba en los cadáveres, se situó a sí mismo en la escena del crimen. Pero intentando evadir su responsabilidad.
Los primeros días en prisión, Magentí estaba muy nervioso. En esos primeros instantes negaba por todos los medios y ante cualquiera haber sido el autor del crimen. Aseguraba que no tenía nada que ver con las muertes de Marc y de Paula.
Uno de los primeros móviles que se manejaban es que los jóvenes, de manera fortuita, pudieran haber descubierto algo que Magentí no quería que nadie viese, como por ejemplo alguna de las plantaciones de marihuana que su hijo y él mantenían en el lugar. Sin embargo, está ya descartado este extremo, pues los investigadores tienen prácticamente confirmado que el lugar del crimen fue la zona del pantano conocida como ruinas de la Rierica. Este era el lugar que el sospechoso utilizaba siempre que iba de pesca a la zona, un lugar que conocía a la perfección.
Con esta nueva revelación, Magentí ha intentado justificar por qué los Mossos hallaron su ADN en la escena del crimen, en la moochila de Marc, en el kayak que utilizó para trasladar los cadáveres y arrojarlos luego al fondo de las aguas.