Blanca Esther Marqués Andrés, de 48 años, es la tercera mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. Se suma a la lista de víctimas mortales de la violencia machista en España en 2017, en la que también están Matilde de Castro, de 44 años, así como una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce. EL ESPAÑOL contará la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 871 asesinadas por sus parejas o exparejas.
Lunes 16 por la tarde. Un hombre se acerca a la comisaría de Policía de Burlada (Navarra). Se llama Francisco Javier Nieto Jiménez y quiere denunciar que su pareja ha desaparecido, pero acaba confesando que él mismo la ha estrangulado y la ha tirado al río Ulzama. Ella es la tercera víctima mortal de la violencia machista desde que empezó 2017. Pero más allá de la cifra hay un nombre: Blanca Esther Marqués Andrés.
Tenía 48 años y había nacido en Soria. Su familia se mudó a Burlada por motivos laborales cuando ella era pequeña. Su madre había sido la directora de las antiguas escuelas públicas, según cuenta Diario de Navarra. "Su padre, militar y médico practicante, murió hace casi tres décadas. Su madre, Vicenta, tiene 91 años. Tenía tres hermanos: Rosa, Arturo y Carmelo", añade el periódico.
Blanca se crió en Burlada, localidad en la que acabó trabajando como administrativa: primero en un centro de salud, y más tarde en el Gobierno foral. Su último puesto dentro del Gobierno de Navarra, desde hacía un par de años, era en el departamento de Derechos Sociales.
Quienes la conocieron cuentan que su mayor pasión era viajar. Por eso se diplomó en Turismo por la Universidad Nacional de Educación a Distancia en 2009. También era una persona "muy comprometida con la igualdad, totalmente luchadora, con un carácter fuerte en el sentido de que defendía aquello en lo que creía", explica Ana Ruiz, psicóloga y amiga de la fallecida. Blanca era también delegada sindical en Comisiones Obreras.
Este artículo no plantea la pregunta de cómo es posible que una persona concienciada sobre la violencia machista haya sido víctima. "Cualquiera puede serlo", apunta Ana Ruiz. Los retazos de su personalidad solo forman parte de un recuerdo crudo y reciente de quienes la querían. "A veces se tiene la falsa creencia de que las mujeres maltratadas son sumisas. Si no se atreven a denunciar o no saben detectar que son víctimas la culpa nunca es de ellas, el fallo no es de ellas. Blanca siempre iba a las concentraciones contra la violencia de género, defendía la igualdad, estaba muy concienciada sobre lo que sufren las mujeres. ¿Qué indica esto? Que siempre hay que estar alerta sobre la pareja", añade la psicóloga y amiga de Blanca.
La estranguló y la tiró al río
Blanca y Francisco Javier Nieto Jiménez, de 50 años, vivían juntos en Burlada desde hacía unos meses, en el número 10 de la calle Las Maestras. Salían juntos desde hacía un año y medio, y compartían su pasión por viajar. Recientemente habían ido a Nepal. Él había comprado año y medio atrás el bar Alazne (situado en la misma calle en la que vivían ambos) para hacerse cargo de él, aunque recientemente lo había alquilado y él solo era propietario del local.
Ana Ruiz, psicóloga y amiga de Blanca, reconoce que el entorno no había detectado una actitud de maltrato por parte de él: "Eso no significa que de puertas para adentro no actuara de otra manera. Los maltratadores a menudo mantienen una actitud de cara a la galería, y en el ámbito doméstico cambian por completo. Por eso es muy importante educar en la prevención. Hay actitudes que nos parecen pequeñas pero no lo son. Estos micromachismos podrían ayudarnos a detectar que podemos estar en peligro".
"El amor es amar, cuidar y respetar"
El agresor confeso no tenía denuncias previas por malos tratos. Tampoco pesaban sobre él órdenes de alejamiento. De hecho, en sus redes sociales compartía mensajes como "El amor no es tener novia, ni besar, ni tener sexo. El amor es amar, cuidar, respetar y dedicar tiempo a alguien".
Francisco Javier Nieto acudió el pasado lunes 16 de enero a la comisaría de la Policía Nacional de Burlada. Allí confesó que el sábado había estrangulado a Blanca y, después, la había arrojado al río Ultama. En su declaración sostuvo que el detonante de lo sucedido había sido una discusión acerca de un viaje el sábado, cuando fue asesinada. No fue hasta el domingo por la mañana, según su declaración, cuando arrojó al río el cuerpo envuelto en una alfombra.
La jueza ha decretado el ingreso en prisión (provisional comunicada y sin fianza) de Francisco Javier Nieto, imputándole un delito de homicidio, según el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Además, la titular del Juzgado asegura que existen indicios que dan veracidad al relato del imputado.
Tras confesar el crimen, el equipo de buzos se trasladó hasta el Puente de Arre, donde aseguró haber arrojado el cadáver de Blanca. Sin embargo, las fuertes lluvias que ha habido en los últimos días están dificultando la labor de búsqueda. La fuerte corriente del agua, que además está turbia, impide la visión. Desde el Gobierno de Navarra aseguran que "será difícil saber dónde está cuerpo debido a la crecida del río de estos días". A pesar de ello, muchos vecinos de Burlada se han organizado en batidas para buscar el cuerpo en puntos próximos a la orilla, zonas de menor dificultad y riesgo.