El Morriña, el Noroeste, Noites do Porto. Luis Miguel, Juan Luis Guerra, Maná, Bryan Adams, Rod Stewart. Los conciertos de la plaza de María Pita. La temporada lírica de Amigos de la Ópera, la Orquesta Sinfónica de Galicia. Son argumentos que refuerzan este año (y los anteriores, en el caso de los ciclos y festivales) el peso de A Coruña como ciudad ofertante y promotora de espectáculos y actividades musicales.
El Gobierno local, a propósito de la elección de Riazor como sede del Mundial de fútbol de 2030, no ha dudado en realzar la condición de A Coruña como sede referencial de citas culturales una vez esté reformado el estadio, convertido en un recinto "multiusos"; una operación aún pendiente de concretar y financiar entre las administraciones y un agente privado especializado en la gestión de grandes eventos. Se incluyen conciertos, como los que ya hubo sobre el verde de Riazor hace dos veranos en una edición del Morriña y hace tres décadas con el Concierto de los Mil Años.
Pero la música en la ciudad no se limita a grandes conciertos que atraen a miles de espectadores al Coliseum y a los muelles, a los teatros o al Palacio de la Ópera, a las plazas en temporada de fiestas. En el ecosistema musical de A Coruña conviven todo el año otros segmentos y actores que no cuentan con generosos respaldos publicitarios para sufragar gastos, que se las arreglan como pueden para ajustar fechas y horarios con los que promocionar sus proyectos, y que están muy lejos de ese sueño utópico de poder vivir de la música que parece reservado solo para unos pocos bendecidos con el aliento del éxito, el prestigio y la popularidad.
"Nos gustaría que no se distorsionara el mercado musical, con ayudas de administraciones que reparten 20 millones para festivales y eventos, un dinero que nunca llega a las salas pequeñas, aunque lo pedimos"
Con motivo del Día del Músico, hoy 22 de noviembre, Quincemil recoge las opiniones de algunos de esos otros dinamizadores musicales que, en la sombra y desde la modestia, también contribuyen a hacer de A Coruña y su área una ciudad y un entorno concienciado con su talento y su potencial musical. El pasado 3 de noviembre compartieron posturas en la tercera edición de la Xornada de Mostra e Debate del sector musical de la ciudad, celebrada en la sala Garufa. Son tiempos difíciles, coinciden; no les faltan ilusión, ganas ni esfuerzo.
"A la deriva en un mar de olas grandes"
David Alvarado es músico, guitarrista con 35 años de experiencia. Ha trabajado con multinacionales y sellos independientes y variedad de artistas y grupos en directo y en estudio. "El sentimiento de muchos músicos es que estamos a la deriva en un mar de olas cada vez grandes", concluye. Su pesimismo tiene como fuentes la "oferta musical descomunal, en muchos casos de cuestionable calidad" que permiten los avances de la tecnología ("grabar desde casa con un simple ordenador"), y que además generan nuevos hábitos de consumo ("publicar más de 100.000 canciones al día en plataformas de streaming").
Alvarado alaba por una parte que A Coruña tenga espacios y ámbitos musicales diversos (los teatros, las salas, los festivales), pero lamenta que "no sean suficientes" para dar cabida a la alta demanda por tocar y obliguen a esperar "entre tres y cinco meses" para actuar. Defiende que la ciudad, "viva y cosmopolita", debería dinamizar su escena musical, sobre todo en invierno, con diálogo entre el sector, administraciones y patrocinadores.
"La música es quizá la forma de expresión artística más universal y ancestral. Identidad de culturas y una de las formas de cohesión y conexión más potentes que tenemos como civilización. Es prácticamente imposible entender la vida sin música. Tratemos de cuidarla de la misma forma que ella nos cuida a nosotros", proclama.
Talento joven que necesita ser escuchado
Mucha menos experiencia tiene Sunwalk Records, un joven sello independiente nacido hace un año en A Coruña con la inspiración de Michael Jackson y la Motown que desde la humildad de recursos y medios se propone dar los primeros empujones a músicos locales "de gran calidad y que necesitan ser escuchados y crecer". Trabaja con jóvenes que quieren hacerse oír con sus propuestas de pop, electrónica, hip hop, funk o disco, a quienes apoyan en la fase de producción y grabación, realización de fotos, vídeos y diseños gráficos y promoción y organización de conciertos, explica uno de los socios, el también músico, compositor y bailarín Enrique do Rosario.
"Existe un oligopolio de empresas conexas que cada año facturan más e introducen sus productos musicales en todas partes. El resto estamos peor y no podemos vivir de la música mínimamente. No hay industria salvo que te fiche una gran compañía y mueva una campaña de publicidad para venderte para lo que escucha el público. Los demás publicamos hoy una canción y se nos olvida", opina Do Rosario. Propone, aunque admite la dificultad de sacarlo adelante, la creación de una plataforma "que pueda resolver problemas comunes del sector sin que ninguna parte pierda su esencia".
Entretenimiento y cultura
En Cambre palpita otro proyecto musical también joven, el de la Asociación Cultural Musicambre. Sergio Pena es el presidente. Su razón de ser es la promoción de la música en vivo con festivales solidarios, conciertos de divulgación cultural y jam sessions donde caben el rock, el blues, el country, la canción de autor, el jazz y la música medieval. Dedican parte de su actividad a la formación instrumental, "todo para cumprir o obxectivo de dinamizar a música e crear un verdadeiro ambiente musical".
"Nos últimos tempos a sociedade ten uns novos hábitos de ocio que afectan gradualmente ao modelo tradicional de consumo de entretemento e cultura"
"Cremos que a música popular urbana ten moitas caras e que a cultura musical tamén abrangue dende as pequenas actuacións de taberna ata os concertos en salas e teatros. Para potenciar a música é preciso coñecer o sector para facer un diagnostico claro e propoñer ou tomar medidas. É evidente que o paradigma cambiou nos últimos tempos e a sociedade ten uns novos hábitos de ocio que afectan gradualmente ao modelo tradicional de consumo de entretemento e cultura. É un tema sumamente complexo", resume Pena, que destaca la preocupación por la caída de público en eventos, para lo que propone "aplicar estratexias de marketing" por encima del patrocinio de las administraciones públicas.
Salas y promotores
"Si no hay una primera vez, no habrá una segunda". Lo dice muchas veces Tomi Legido, promotor cultural, vicepresidente de Clubtura, la asociación gallega de salas de música en vivo, y programador de conciertos de la sala Mardi Gras de A Coruña, cuando dedica parte de su trabajo a la difusión de talentos desconocidos o emergentes. "Lo comparo con las canteras deportivas y pienso en esos chavales que destacan en el fútbol a los que se les tiene que dar progresión".
Hoy las salas de la ciudad tienen su programación hecha hasta julio del próximo año, con bandas extranjeras que hacen gira o con músicos nacionales y locales, parte de ellos con pocos años de rodaje que buscan en el escenario el lugar donde madurar, crecer y triunfar. Por ello Legido reclama apoyos suficientes para que los promotores y las salas no tengan que pelearse contra la frustración de tener que cerrar, como le ocurrió hace unos años a BabaBar.
"Nos gustaría que no se distorsionara el mercado musical, con ayudas de administraciones que reparten 20 millones para festivales y eventos, un dinero que nunca llega a las salas pequeñas, aunque lo pedimos. En Galicia no se articulan medidas para promocionar la salida de los músicos a otras zonas, con las que ayudar a financiar la furgoneta, el kilometraje... En cambio, se subvencionan giras y proyectos consolidados", señala.
"En España muy pocos músicos viven de la música, la mayoría no se lo pueden permitir. Recomiendo invertir en ponerse en manos de un promotor, un gestor o asesor que orienten"
De trabajar con bandas y promocionar su música también tiene mucho que contar Fernando Tanxencias, que además de promotor de conciertos en distintas salas de la ciudad y la provincia es escritor y periodista musical, con dos décadas de experiencia en la revista Popular 1. "Ser músico es una carrera de fondo y si alguien aspira a vivir de ello tiene que trabajárselo y asumir riesgos porque al principio se pierde dinero. En España muy pocos músicos viven de la música, la mayoría no se lo pueden permitir. Recomiendo invertir en ponerse en manos de un promotor, un gestor o asesor que oriente en esa carrera", expone.
En las salas coruñesas, el promotor advierte la "saturación de artistas de todos los estilos y colores", una alta demanda que complica la ocupación de fechas y una diversificación de oferta fomentada por la aparición de nuevos espacios (La Disfrutona del Orzán, Malavida). Aunque también nota que delante de los artistas escasea la audiencia joven y el público "es cada vez mayor".
En 2025 habrá en A Coruña otro Morriña, otro Noroeste, más ópera, más fiestas. Vendrán a tocar Lenny Kravitz y Alanis Morissette. Y las salas coruñesas y los sellos, promotores y músicos jóvenes y veteranos seguirán corriendo, tratando de no desfallecer, esa carrera de fondo.