Roi Lis siempre tuvo en mente montar un bar, una idea que siempre compartía con su hermano Diego; pero por A o por B nunca veían el momento de lanzarse a la aventura. Sin embargo, en diciembre de 2014 el paro sorprendió a estos dos hermanos que, en lugar de quedarse en su casa encerrados, decidieron poner en marcha el proyecto del que siempre habían estado hablando.
¿Y qué mejor que el local de la abuela para lanzarse al mundo de la hostelería? Eso fue lo que pensaron Roi y Diego, quienes, pese a no contar de primeras con el visto bueno de su abuela, se envalentonaron y abrieron el local en la calle Capitán Troncoso. Ahora, a sus 97 años, "la Teresa" es clienta habitual del bar de sus nietos.
Dejaron atrás sus carreras, Diego en el sector logístico y Roi en el periodístico, para convertir el antiguo bajo de su abuela, donde durante décadas estuvo la famosa taberna ‘Galatea’, en un local con un cierto aire internacional.
Cerca de 12.000 hamburguesas elaboradas y más de 80.000 cañas servidas en estos cuatro años son cifras que demuestran el éxito de La Teresa. En su interior nos reciben sus propietarios. Nos sentamos en la mesa a charlar con Roi y Diego. Esta es su historia.
La unión hace la fuerza
¿Cómo surgió la idea de abrir La Teresa?
Diego: Fue una historia un tanto rocambolesca. Ni mi hermano ni yo estábamos en el sector de la hostelería, pero por circunstancias de la vida los dos nos quedamos en el paro. Teníamos este local que es de la Teresa, nuestra abuela- por eso el local lleva el nombre de ella-. Aquí siempre hubo local de hostelería, pero en octubre del 2014 se quedó vacío; y en diciembre, por circunstancias, los dos nos quedamos sin trabajo. A mi hermano le dio un día la tolaina: "¿Por qué no montamos un local?" A él le gustaba mucho cocinar. Yo le dije que sí y en julio de 2015 abrimos sin tener una experiencia previa.
Roi: Siempre tuve la idea de montar un bar. Yo vivía en Barcelona y veía muchos sitios que podrían funcionar en A Coruña. Cuando mi hermano venía a Barcelona por trabajo e íbamos a locales, yo le decía de "montar algo en el bajo de la abuela". Así durante muchos años y al final justo se quedó libre y nos aventuramos.
¿Cómo llevó vuestra abuela que montaseis un bar en su bajo?
Diego: Bueno…(se ríe). Al principio no muy bien. Creo que no nos veía en el tema, hoy ya está acostumbrada. Ella sabía perfectamente lo sacrificado que es la hostelería porque en este bajo siempre hubo un local del estilo.
Estais rodeados de más locales de hostelería, ¿cómo se convive con la competencia?
Roi: Muy bien, cuantos más haya mejor. Es más, no es competencia. Cuanto más ambiente haya en la calle, mejor. Se nota mucho los días que cierra algún bar por descanso. No es competencia, es atracción.
¿En qué se basa el éxito de La Teresa?
Roi: Es un sitio muy familiar, agradable. Tenemos mucho cliente fijo, muchas cenas grandes… Nos hemos especializado en grupos grandes. Tenemos un público muy femenino.
La carta de La Teresa es muy variada.
Roi: Ahora estamos cambiando la carta, pero es comida internacional. Tenemos un poco de toques árabes, tailandeses, mejicanos…Todas son elaboraciones muy sencillas pero tocando un poco la gastronomía de todo el mundo. Se trataba de escapar de lo que antes era esta calle, que solo ofrecía raxo y pulpo, y diferenciarnos.
¿Cuál es el plato estrella de La Teresa?
Roi: Tenemos platos que están desde el principio: los fingers de pollo, hamburguesas y nachos con guacamole. Estos son los que más se piden. El curry de pollo también lleva con nosotros desde el principio, y es también uno de los platos estrella. Ahora estamos cambiando la carta. Por ejemplo, vamos a abandonar la moda del bao y cambiarlo a otro formato, pero manteniendo el relleno de rabo de vaca guisado. También se vende mucho el guiso de calamares tailandés con nuddles.
Las hamburguesas son uno de vuestros sellos de referencia, ¿qué tienen de especial las hamburguesas de La Teresa?
Roi: El pan es de panadería y la carne es ecológica. No es una hamburguesa nada extraña: la típica de queso, tomate y lechuga. Tenemos otra con queso brie y cebolla caramelizada, y ahora también hacemos una vegetal con garbanzos y espinacas. No tiene ningún secreto, está buena en su conjunto, y además las patatas están muy ricas (se ríe).
Y qué mejor manera de terminar una buena comida que con un postre.
Roi: Sí, en la Teresa todos los postres son caseros. Hacemos un brownie espectacular, y eso que no lleva mucho tiempo con nosotros. Antes de cambiar de cocinero teníamos una mousse de chocolate, pero decidimos empezar a hacer el brownie con una receta secreta que encontré.
¿Cómo definiríais las elaboraciones de La Teresa?
Roi: Es comida sencilla y casera. Cada semana se elaboran todos los platos nuevos desde cero, no hay salsas compradas. Son todo elaboraciones sencillas y hechas con mucho cariño.
¿Y el local?
Roi: Es un local acogedor. De hecho hubo alguien que nos dijo que parecía una calle de París, por la terraza con flores y mesas. Es una terraza bonita, con los ventanales… Pero dentro es muy sencillo. La barra y las mesas son recicladas, también el mueble del fondo.
Diego: Es muy familiar, muy de andar por casa.
¿Cómo ha sido la evolución de La Teresa?
Roi: Desde el principio trabajamos muy bien, es una calle de fin de semana porque por la semana si hace mal tiempo la gente ya no cruza la plaza de María Pita. Estamos muy contentos, los fines de semana es prácticamente imprescindible reservar. En verano trabajamos mucho y en invierno también organizamos cosas: hacemos catas, conciertos, sesión vermú…
También os aventurasteis al tema del cáterin.
Roi: Sí. Al principio nos ofrecieron ir a algunos mercados y eventos que organizaban en A Coruña, y a partir de ahí ya nos fueron llamando más. Así, fue cuestión del boca a boca. Lo que sí que hacemos mucho son eventos privados: prebodas, bodas, cumpleaños…
Hemos hecho dos bodas exprés. Una de una chica que me conocía a mí del colegio y que quería casarse porque mandaban a su novio a EE.UU y necesitaba sacarse el visado. Se casaron aquí un lunes. Después hicimos otra a una clienta que vive por aquí y, por último, una tercera a raíz de esta última.
Al estar ubicados en el centro, recibiréis clientes muy diferentes, ¿alguna anécdota?
Roi: Hay unos marineros que vienen al puerto y que en los últimos tres veranos han venido específicamente a beber aquí. Son tres guiris, se piden sus pintas y se pasan media noche aquí bebiendo. Vienen todos los años sobre la misma fecha. Es bastante curioso. También hay una familia francesa que vino dos años seguidos y que también estaba viajando en barco.
Diego: ¿Anécdotas? Mucha gente nos pregunta si hacemos nosotros la cerveza. "La cerveza la hacéis vosotros, ¿no?", nos preguntan. Ojalá, pero no es el caso (se ríe).
Después del éxito de La Teresa, ¿tenéis en mente algún otro proyecto?
Diego: Siempre hemos hablado, pero es complicado. En A Coruña ya hay demasiados locales. Siempre pensamos en hacer un local más pequeñito, distinto a lo que hay; pero hay tantísimos locales. Ya nos da bastante curro este (se ríe). Quizá en el futuro. Hemos tenido propuestas para hacer cosas fuera de A Coruña con un formato igual. Hemos tenido ofertas para hacerlo en Vigo y en Ourense. Pero es complicado compaginarlo fuera de A Coruña, aquí nos cubrimos entre los dos. En hostelería tienes que estar, no puedes dejar tu negocio en manos de nadie por mucha confianza que tengas.
Y como buenos empresarios de la hostelería…
¿Preferís la hamburguesa u otro plato de la Teresa ?
Roi: Yo, otro plato.
Diego: Yo también, y eso que las hamburguesas están buenas.
¿Sois más de caña o de vino?
Roi: De caña
Diego: De caña
¿El café solo o con leche?
Roi: Solo
Diego: Solo
¿Postre o café?
Diego: Si es de chocolate, postre.
Roi: Yo también, postre.
¿Con qué postre de La Teresa os quedáis?
Roi: Con el bizcocho de zanahoria, porque es diferente. Hacemos un bizcocho de zanahoria y boniato con una crema de requesón, toffee y nueces que está muy bueno.
Diego: Yo también.