José y Pablo Bouza Rivas, así se llaman los dos hermanos que regentan la popular bodega O Bacoriño, que desde 2004 ocupa una de las arterias principales de Ferrol Vello. Con trayectoria previa en un local de la Carretera de Castilla a su paso por el vecino concello de Narón, ambos fráteres decidieron trasladar su negocio al barrio más antiguo de la ciudad naval con la intención de aprovechar la misma oportunidad que le daban al entorno para revitalizarse.
Un largo bagaje
La pasional aventura entre los Bouza, el vino y los fiambres se remonta a su juventud, cuando ambos comenzaron sus pinitos en el mundo de la hostelería en un restaurante familiar de Miño sin saber que se dedicarían a esta actividad toda la vida. Así, José y Pablo han pasado de ser jóvenes a veteranos de la profesión con la atención al cliente, el trato cercano con la gente y la vocación de servicio como fundamentos principales de su filosofía de trabajo.
Un espacio entrañable
Esta vinacoteca ferrolana se localiza en un acogedor local de marcada inspiración rústica en el que predomina la piedra. Decorado con tres emblemáticos murales del difunto artista ferrolano José González Collado, el espacio fue concebido para tomar el aperitivo previo a la comida o cena, ya sea en un restaurante o en casa: "Aquí la gente viene a picar algo bueno en un ambiente amigable, tradicional e informal", señala Pablo Bouza.
Gusto por lo auténtico
Como es obvio, el establecimiento hace una clara apuesta por el vino, especialmente el gallego, sin olvidar las denominaciones de origen de La Mancha, Rioja, Ribera del Duero o Jumilla, entre otras. En total, hasta 550 referencias de vinos se pueden encontrar en una bodega amplia y variada donde las haya. Pero no queda ahí la cosa: embutidos ibéricos cuidadosamente seleccionados (desde jamones hasta quesos y cecinas), anchoas, croquetas o tortillas complementan la bebida para hacer las delicias de los consumidores en un negocio muy exigente con el proveedor, pero a la vez fiel.
Reducto de gloria
Curiosamente, el nombre del local no proviene de Baco, la versión romana de Dioniso, el dios griego del vino; su denominación hace referencia a la propia voz gallega "bacoriño", que en algunas zonas de Galicia significa "cerdito" o "lechón". No obstante, el término juega con su asociación mitológica para combinar bajo un único nombre los dos productos estrella del establecimiento: el embutido y el vino.
Actualmente, O Bacoriño cuenta con dos empleados que atienden el negocio junto a unos dueños muy apreciados en la zona por su cercanía, su trato familiar y la buena relación calidad-precio de su especializada carta: "Estamos empezando a notar que, además de nuestros clientes de siempre, ahora también viene mucha gente joven atraída por nuestra oferta", señalan sus propietarios. Con todo, reconocen que Ferrol está atravesando un buen momento a nivel gastronómico, donde las nuevas generaciones están emprendiendo de forma diversificada ante una ciudadanía que puja por la industria del paladar.