Más allá de los hórreos y cruceiros, el molino conforma otro de los elementos etnográficos más representativos del rural de Galicia. En todo el territorio podemos encontrar un buen número de estas típicas construcciones de piedra, siendo los molinos de agua los más comunes y empleados a lo largo de los siglos. No obstante, también existen varios ejemplos de molinos de viento e incluso de mareas o aceas, estos últimos verdaderas joyas del patrimonio gallego de los que apenas queda rastro en la comunidad. De hecho, y a diferencia de los tradicionales, estos molinos aprovechaban la fuerza provocada por el ascenso y descenso del nivel del mar para hacer funcionar sus mecanismo de molienda.
Uno de los molinos de aceas más emblemáticos y conocidos de Galicia se encuentra en la zona de Xuvia, en el corazón de la localidad coruñesa de Narón. Este antiguo espacio para la molienda está considerado uno de los más grandes de Europa, convertido durante el siglo XIX en un auténtico lugar referencia en lo que se refiere a la producción de harina. Lo cierto es que el Muíño das Aceas de Narón también funcionó en su día también como una fábrica para la manufactura de este producto alimenticio tan preciado, formado en su conjunto por los almacenes, una casa adosada al molino y la propia presa. En la actualidad, este conjunto etnográfico constituye uno de los grandes atractivos de este entorno fluvial enmarcado en el interior de la ría de Ferrol.
Breve historia del Muíño das Aceas de Narón
La historia del Muíño das Aceas de Narón empezó a escribirse a mediados del siglo XVIII, convirtiéndose muy pronto en uno de los principales productores de harina del territorio gallego. El conjunto en cuestión empezó a construirse junto a una inmensa presa en el estuario entre dos ríos naroneses por orden de Santiago Beaujardín, vicecónsul de Francia; y Juan Lembeye, asociado y único propietario tras disolverse la empresa en 1796. De hecho, este molino de mareas formaba parte, junto con el de Xubia, de una importante red de molienda francesa declaradas Reales Fábricas por Carlos IV ya en 1798.
Lo cierto es que la estructura de este molino de mareas era mucho más grande que cualquier otro de río que pudiese encontrarse en aquel entonces por las distintas rutas fluviales de Galicia. Además, en el caso particular del Muíño das Aceas de Narón, el agua entraba a las instalaciones a través de una compuerta giratoria que podía acumular en su presa, la mayor de Galicia y la Península Ibérica, una capacidad superior a los 50.000 metros cúbicos de agua marina, lo cual permitía a sus propietarios moler y procesar unas ingentes cantidades de trigo.
Una de las curiosidades más interesantes sobre este molino naronés tiene mucho que ver con el trigo procesado y su procedencia durante el siglo XIX, época en la que la actividad de la empresa le había llevado a situarse entre las principales fábricas de harina de Galicia. El caso es que el cereal utilizado para la molienda era conservado en barriles herméticos de robles e importado en fragatas y bergantines desde el Báltico, la antigua Prusia, Ucrania e incluso Baltimore o Filadelfia (el famoso trigo americano).
Entre molinos, cultura e historia en Narón
El Muíño das Aceas de Narón no es el único que podemos encontrar en la localidad y de hecho, existe una ruta que permite descubrir la importancia de este patrimonio histórico y cultural del norte de Galicia. La Ruta de los Molinos de Narón se adentra en los paisajes naturales de la ría y el río Xuvia y los históricos molinos, presas, puentes y antiguas iglesias existentes en la zona. Todos ellos, constituyen en el presente huellas visibles de la importante red industrial que se asentó en el entorno basándose en la actividad de los molinos y que más tarde dio lugar a la puesta en marcha de todo tipo de fábricas (papel, moneda…) en la comarca. Eso sí, no es una ruta recomendable en época de lluvia intensa pues por su proximidad al río existen varias zonas inundables.
El punto de partida de la Ruta de los Molinos se encuentra en el entorno del Monasterio de San Martiño de Xuvia (también llamado del Couto), un milenario y emblemático cenobio declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1972 y que en hoy día forma parte de la ruta xacobea del Camino Inglés. La senda avanza a continuación hasta el lugar en el que se emplaza el Muíño das Aceñas, el último de los grandes molinos industriales de la época de la Ilustración en cesar su actividad; para más tarde visitar tanto el magnolio centenario como el molino de Xuvia, otro de los grandes símbolos de la revolución industrial en Ferrolterra. De hecho, en la actualidad y tras su rehabilitación, este último espacio conforma un espacio museístico y etnográfico que mantiene vivos tanto la historia como el patrimonio industrial de Narón.
El itinerario continúa después hacia el entorno de la Presa del Rei, un espacio natural declarado como Zona de Especial Conservación (ZEC); así como el molino de maquía de Entrerríos, situado en la confluencia entre los riachuelos Castro y Xuvia. En su tramo final, la ruta enfila su camino hacia el puente románico de Pieles, la Fuente de Odín, la antigua iglesia de Doso y el área recreativa de Pedroso. En definitiva, todo un recorrido de enorme belleza y singularidad que permite a sus visitantes descubrir el encanto natural y tradicional de Narón.