Os Grobos, el bosque encantado de Os Ancares
La Comarca de Os Ancares acoge uno de los bosques más bonitos de Galicia, en el que castaños centenarios y helechos un verde vibrante conviven con grandes formaciones kársticas arropadas por el musgo
24 septiembre, 2022 06:00Es difícil imaginar un paisaje con más magia que la que desprende el pequeño Bosque dos Grobos. Situado en el Valle del Narón, entre los municipios lucenses de Becerreá y As Nogais, Os Grobos parece casi irreal, sacado del universo Tolkien en el que un hobbit puede aparecer de un momento a otro.
Su vinculación con el mundo del cine no se queda ahí, pues el Bosque dos Grobos fue el escenario elegido por Pedro Olea en 1970 para rodar parte de su película “El bosque del lobo”, basada en la historia de Romasanta y protagonizada por José Luis López Vázquez. Otro cineasta, Eloy Enciso, también ambientó algunas escenas de su largometraje “Longa Noite” en este bosque.
Su valor como espacio natural está fuera de toda duda, ya que este singular enclave boscoso se encuentra protegido por la Red Natura y forma parte de la ZEC-Zona de Especial Conservación Cruzul-Agüeira. No es extraño, entonces, que cada vez sean más los amantes de la naturaleza que se acercan a Becerreá para disfrutar de los encantos de Os Grobos.
Sin embargo, llegar hasta el Bosque dos Grobos no es tarea fácil. Se encuentra muy próximo a la carretera N-VI y, aunque no hay espacio para aparcar en esa zona, son muchos los visitantes que deciden dejar su vehículo en el arcén, con el peligro que supone y el consiguiente riesgo de multa. Hay varios carteles advirtiendo de la prohibición de aparcar en la entrada.
Lo más recomendable (y seguro) es dejar el coche en la cercana aldea de Cela y desde allí ir caminando hasta el bosque, cruzando un fascinante souto de castaños. Tampoco es sencillo localizarlo: no hay indicadores ni señales que conduzcan hasta su emplazamiento. ¿El motivo? El Bosque dos Grobos no es un espacio público, si no propiedad privada en manos de varios dueños que, por el momento y mientras se respeten sus normas, permiten el acceso al bosque de forma libre y gratuita.
Estas normas son tan simples y tan obvias como no dejar basura en la zona, no subirse a las rocas y no recoger castañas u otros frutos, que los propietarios ponen a la venta. También recomiendan, por la seguridad e integridad física de los visitantes, tener cuidado con los restos de hojas y maleza que se acumulan en el suelo, ya que pueden ocultar agujeros y provocar accidentes o caídas.
Una vez se llega al Bosque de Os Grobos la imagen es idílica. Ante los ojos del visitante se abre un intrincado laberinto de formaciones kársticas cubiertas por completo de musgo de intenso color verde. La sucesión de rocas va formando atractivas cuevas y pasadizos. El río Narón, afluente del Navia, es el encargado de nutrir estas tierras, dotándolas de una vegetación espesa y húmeda entre la que sobresalen grandes helechos, pero también castaños centenarios, robles y avellanos. También hay algunas especies que en la Europa Atlántica sólo crecen sobre roca caliza, muy escasa en Galicia, de ahí la singularidad de este bosque.
La visita es muy recomendable en cualquier época del año, pero es en primavera cuando los tonos verdes cobran más fuerza, y en otoño el momento en el que las hojas de los árboles forman una tupida y atractiva alfombra color ocre. La luz es escasa y se cuela a cuentagotas entre la vegetación, como corresponde a un bosque de gran frondosidad.
El Bosque dos Grobos es un enclave espectacular pero pequeño. Conviene combinar su visita con otros espacios naturales colindantes como el Bosque de castaños de Agüeira (Souto de Agüiera) o el cercano Encinar de Cruzul, incluidos en la Ruta das Calizas. Junto al último hay un viaducto, el Puente de Cruzul, construido en época de Carlos III. A pocos kilómetros, entre los municipios de As Nogais y Cervantes, se halla otro lugar único, el Hayedo de Pintinidoira, uno de los escasos hayedos que hay en Galicia.
Otros puntos de interés cercanos son la Torre de Doncos, Bien de Interés Cultural, con mirador incluido, el Castillo de Doiras, de origen medieval, reconstruido en el s. XV o el Castro de Santa María, un enclave castreño de los s. I-II.
No hay que olvidar que estamos en la Comarca de Os Ancares y que muchos de sus lugares clave están muy cerca del Bosque dos Grobos, como la aldea prerromana de Piornedo o Navia de Suarna con su curiosa fortaleza medieval. O Cebreiro y la Serra do Courel también pueden visitarse en un corto trayecto de 20 kilómetros desde Os Grobos.
Emma Sexto