Entre los márgenes de las provincias de Pontevedra y Ourense, la Serra do Suído se alza como una auténtica frontera natural en forma de sistema montañoso, a lo largo de unos 200 kilómetros cuadrados. La variedad de ecosistemas visibles en la zona es tan diversa que el conjunto se encuentra integrado dentro de la Lista de lugares de interés de la Unión Europea. Este vasto territorio agreste abarca parte de los municipios de Avión y Beariz en la vertiente ourensana, y los de A Lama, Fornelos de Montes y Covelo en Pontevedra.
En las zonas más elevadas, la presencia de multitud de aves convierte a O Suído en un emplazamiento idóneo para el birding, pues en la quietud de la montaña los cantares de estos alados se magnifican. Los amantes de la naturaleza también pueden aprovechar las posibilidades que ofrece la zona para la práctica de senderismo y ciclismo, y para los más curiosos, este sistema montañoso esconde retazos de su pasado y etnografía, como en los restos de una antigua necrópolis y mámoas de paleolítico; los numerosos foxos, unas tradicionales trampas para la caza del lobo; o los emblemáticos chozos, unas construcciones que servían de hogar a los ganaderos de la zona.
La Serra do Suído limita al este del cordón rocoso con el río Miño; por el sur se abren camino el Val de Mondariz, Monte Pedroso y el Faro de Avión (con un desnivel de 1.151 metros), donde nacen los ríos Tea y Oitavén; mientras al norte de la misma se localizan los altos del Paraño y la Serra do Testeiro. Los paisajes en todo el territorio se entremezclan entre zonas salvajes repletas de braña y matojales; laderas enteras coronadas por bosques autóctonos y otras especies, como los robles, abedules y pinos; y ya en las riberas de los ríos y arroyos, estampas donde la naturaleza se muestra en su máximo esplendor
Etnografía, pasado y tradición
Durante siglos, el pastoreo fue una de las técnicas de subsistencia más empleadas en las zonas del interior de Galicia. Por lo general, los labregos de los alrededores llevaban el ganado, normalmente durante los meses de verano, a unos lugares denominados "sesteiros", que se distribuían según la aldea de procedencia, como el sesteiro de Abelenda, Boeixos o Rodeiro, entre otros. En la Serra do Suído todavía se conservan símbolos de la arquitectura popular más singular en cuanto a esta actividad se refiere: lo chozos, unos pequeños refugios de una sola planta, construidos en granito, y pensados para que los ganaderos de las parroquias aledañas pudiesen pasar en ellos largas temporadas de trabajo y al mismo tiempo protegerse contra cualquier inclemencia del tiempo. Las ruinas de estas singulares construcciones conforman su particular Ruta dos Chozos, y la mayoría pueden visitarse desde la carretera de Neva, Mangüeiro, o en el trayecto que existe desde Espiñeiro a Hedreira.
También, en uno de los altos de la sierra, en Portela da Cruz (viniendo de Beariz hacia Pontevedra), podremos encontrar vestigios de una antigua vía de comunicación, conocida como "Verea", que atravesaba todo O Suído hasta llegar a la Graña, ya en Pontevedra. Este camino real resultaba de vital importancia para las gentes de la zona, ya que enlazaba con otros itinerarios que continuaban hacían Castilla o el País Vasco. Otro de los lugares más destacados del mapa de O Suído es el “Foxo do Lobo de Campo”, en Covelo. Estos llamativos recintos en forma de "V" estaban hechos en piedra y podían tener una longitud total de varios cientos de metros, lo que permitía la caza de lobos y cualquier otro animal considerado dañino. El foso de Covelo fue parcialmente reconstruido y su estructura presenta una particularidad, ya que la "V" está dividida por un muro que acoge en su vertiente este un chozo tradicional.
De rutas para descubrir O Suído y sus aves
Una de las mejores formas de descubrir todo este diverso paisaje natural ―conocido por muchos como el techo de las Rías Baixas― y su riqueza ornitológica, es hacerlos a través de sus rutas de senderismo y bicicleta, o incluso recorriendo los lugares más característicos de O Suído en coche. Turismo de Galicia propone desde su página web algunos itinerarios que abarcan el grueso de la zona y acercan a los visitantes las diferentes especies de alados de la sierra, desde aves atlánticas (como él bisbita árboreo o el escribano cerillo) a otras mediterráneas (roquero rojo o curruca cabecinegra, por ejemplo), rapaces (buitre leonado o la culebrera europea) e incluso especies más pequeñas como el piquituerto común.
La primera de estas rutas, de unas cuatro horas de duración, se realiza en coche a lo largo de unos 37 kilómetros desde Gaxate a Beariz, con el punto de salida en la PO-255 del primer municipio. La mejor época para llevar a cabo este itinerario es de marzo a septiembre, ya que de esta manera podremos admirar las numerosas aves como los estorninos negros, camachuelos, collirrojos tizones o currucas cabecinegra, entre otras especies. El siguiente trayecto, también para realizar en coche, recorre Santiago do Covelo y el Alto da Fontefría hasta llegar al extremo más elevado del Parque Eólico do Suído, en A Cabreira, ubicado en la zona sur del sistema montañoso a unos 1056 metros de altitud. En este punto podremos divisar algunas especies tan singulares como la culebrera europea, el aguilucho cenizo y, durante algunas épocas, también el aguilucho pálido.
La tercera de las sendas se encuentra al alcance de casi cualquier visitante, pues esta ruta de senderismo y bicicleta supone uno de los itinerarios más sencillos, de a penas 2 o 3 horas de duración si se realiza a pie. El trayecto abarca los límites de Graña (Covelo), donde anidan especies como el trepador azul o el búho chico, y se extiende hasta la subestación eléctrica de Porto da Anca, en la que se pueden observar especies como el aguilucho cenizo o la bisbita campestre. La última de la propuestas parte de Seixido a Portela da Cruz, en A Lama. En esta primera zona destaca la presencia del mosquitero ibérico y el estornino negro. En el trayecto, que tiene una duración total de unas 3 o 4 horas a pie, la perdiz roja, el escribano montesino o el esmerejón, son otras de las variedades de aves que pueden verse con mayor facilidad.