Cariño, es un vocablo que nos hace pensar en mimos, en ‘agarimo’, en caricias. No obstante, el topónimo de este ayuntamiento, que forma parte de la comarca de Ferrolterra, está datado del siglo X y hace referencia a uno de los elementos que más cosas tienen por contar en el lugar; la piedra (kar).
La localidad se sitúa en el extremo noroeste de la penínusla ibérica y está, además integrada en el proyecto ‘Xeoaparque de Cabo Ortegal’. Un lugar único para perderse y disfrutar de su encanto marinero y conectar, además, con un entorno natural que perfectamente podría haber servido de localización para alguna superproducción como ‘Juego de Tronos’.
Gran potencial el de un muncipio que ofrece un gran abanico de posibilidades turísticas en un territorio del que, además, cerca del 75% está catalogado por alguna medida proteccionista de carácter nacional o internacional.
‘Vila mariñeira’
Como toda ‘vila mariñeira’, el puerto es el corazón de la localidad de Cariño y a partir de donde surgen la vida y el bullicio de este lugar, declarado como conjunto singular por la Xunta de Galicia, en el que se suceden las coloristas fachadas y los balcones adornados con flores.
Existen, no obstante, por la zona de la Avenida de la Constitución, algunas casas de mayor embergadura que albergan parte de la historia de la villa. Con más de un siglo de antigüedad, estos inmuebles con solera fueron erigidos por los propietarios de la próspera industria conservera y de salazón que se convirtió en fuente de riqueza en Cariño.
Visita ‘La Pureza’
Esta fábrica que ha resistido el paso del tiempo, comenzó a operar en 1924, en un momento en el que centenares de conserveras funcionaban en la localidad. Al frente de ‘La Pureza’ continúa la misma saga familiar: Los Docanto.
Todos los martes y jueves, hasta el 31 de agosto, la fábrica abre sus puertas al público en una visita guiada de carácter gratuito que arranca a las 10.30 h. Una opción diferente para conocer, de primera mano, el secreto de la longevidad de esta conservera que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, sin renunciar al espíritu artesanal.
Turismo activo
Si las preferencias del visitante pasan por dar un toque de aventura a la visita, ‘O Club do Mar’ de Cariño organiza salidas en kayak, con partida desde la rampa del puerto.
Esta actividad tiene lugar los miércoles, de 19.30 a 20.30 h., y los sábados, de 19.00 a 20.00 h., por un precio de 10 euros por persona y hay previstas, también, salidas los domingos, en un recorrido más extenso, de 11.00 a 14.00 h., a un coste de 15 euros.
Un plan que permite a los turistas entrar en plena comunión con la naturaleza y disfrutar de la ría y sus aguas cristalinas, en una opción, además, apta para toda la familia.
De calas y playas
A pesar de que el tiempo no está acompañando excesivamente este verano, es imposible obviar las bellas playas y calas que salpican el municipio pesquero. Con opciones más urbanitas, como la de la Concha y la Basteira, una larga playa de arena fina, dividida en dos partes, que cuenta, especialmente en el entorno de la Concha, con una destacable zona dunar.
Además, en la zona antigua, se encuentra la pequeña cala llamada Peiral do Campo o del Mallorquín, a la que se accede a través de unas escaleras y que cuenta con una zona de acantilado y varios islotes y, aunque es una playa pedregosa, resulta ideal para la práctica de deportes como el submarinismo.
El origen de todo
Cariño es Ortegal en estado puro y viajar, además, a un lugar con una tremenda historia. Tanto es así que, desde el ayuntamiento, explican que mucho antes de la aparición de los dinosaurios, Cariño ya era una realidad.
Y es que las rocas de la zona del Cabo Ortegal son unas de las más longevas de todo el planeta y, en el municipio, podemos observar formaciones tan famosas como los tres ‘Aguillóns’. Un viaje al origen de todo, donde confluyen el oceáno atlántico y el mar cantábrico, generando con el batir de las olas algunos de los acantilados más destacados del continente europeo.
Así, esta localidad de menos de 4.000 habitantes, se consolida como uno de los puntos geográficos que permiten adentrarse en los ecos de la Historia, a través de sus rocas, aguas, flora y fauna; transportándonos al mismo ‘Centro de la Tierra’, en el que Ferrolterra y Galicia tienen mucho que contar y, en este caso, lo harán, seguro, con sumo Cariño.