El Carnaval, Entroido en Galicia, vuelve nuestro mundo del revés. Se ha convertido en una época del año en la que se invierte el orden establecido, dejamos de lado la moral y nos liberamos, por medio de máscaras y disfraces, de las ataduras de la vergüenza y los prejuicios. En algunos casos en fiestas urbanas, en villas y ciudades, donde se impone un Carnaval más de "pasarela" con desfiles y concursos. En otros, los de las aldeas o pueblos más pequeños, siguiendo las costumbres ancestrales heredadas de nuestros antepasados.
Aquí mostramos tanto unos como otros, dando especial importancia a los personajes más característicos del Entroido tradicional, aquellos que nos distinguen de otros pueblos. La mayoría se ubican en Ourense, pero en todas las provincias gallegas podemos encontrar alguna muestra popular de nuestro Carnaval.
Los peliqueiros de Laza
Laza es sinónimo de tradición pura, el vértice mejor cimentado del famoso triángulo mágico del Entroido ourensano. En este concello de la comarca de Verín, el Carnaval ha superado dictaduras y censuras para llegar hasta hoy con su esencia casi intacta.
Los peliqueiros, impecablemente vestidos con sus máscaras pintadas con motivos animales y sus chocas o cencerros, recorren las calles al amanecer del domingo de Entroido, a paso ligero y amenazando con su látigo a todo aquel que se interponga en su camino. Nadie puede tocarlos, su identidad es secreta y tienen el derecho de ser invitados en cada casa o taberna. Durante estos días festivos, los peliqueiros de convierten en la autoridad del pueblo.
Ya el lunes, en la Praza da Picota, se celebran la Farrapada y la bajada de la Morena, un personaje con cabeza de vaca que asusta al público mientras sus ayudantes arrojan hormigas y kilos de harina. A esta altura de la película recomendamos ¡huir! pues las hormigas pican lo suyo.
Verín y sus cigarróns
El Entroido de Verín ha logrado mezclar con éxito aspectos tradicionales con el Carnaval urbano al estilo del que ya se ha impuesto en la mayoría de las ciudades gallegas. Se cuida la faceta turística, así que también hay desfiles y carrozas. Pero nada de esto logra restar protagonismo a los dos elementos que han hecho de Verín una de las ciudades gallegas donde el Entroido se vive con más ganas: los cigarróns y las fareladas.
La figura del cigarrón es similar en aspecto a la del peliqueiro, con máscara y chocas, pero su origen se asocia con los recaudadores de impuestos de la Edad Media, por lo que los cigarróns esperan a la gente a la salida de la iglesia para perseguirla, especialmente en la mañana del llamado "domingo corredoiro".
La harina, de nuevo, también tiene un gran protagonismo en Verín, con su famosa Farelada, que consiste simplemente en "enfouzar" todo lo posible al vecino.
Xinzo de Limia, el Entroido más largo
El 2 de febrero el domingo fareleiro dió el pistoletazo de salida al Entroido de Xinzo, que dura cinco semanas y es la fiesta de Carnaval más larga de Galicia. Este domingo día 23 será el día grande en el que las pantallas salen a la calle.
Las pantallas son las máscaras tradicionales elaboradas con una mezcla de harina y agua y aspecto de diablo pícaro. La máscara se completa con una especie de capucha rígida decorada con motivos astrales, animales o geométricos. Lo más curioso es que en sus manos, en lugar del látigo, llevan dos vejigas de vaca secas e infladas como globos que van golpeando para hacer ruido y amenazar a quien les falte al respeto. Porque, como sucede en las comarcas vecinas, nadie puede hacer burla a las pantallas, han de ser respetadas durante el Entroido. Ojo con ellas: van vigilando que todo el mundo vaya disfrazado y, si no lo estás, te acorralarán hasta que les pagues una ronda en cualquier bar.
Aunque los días grandes del Carnaval de Xinzo son este fin de semana, al extenderse durante un mes podemos disfrutar también del domingo Fareleiro, domingo Oleiro y domingo Corredoiro. El domingo de Piñata, además, se organizan juegos populares para los niños en la Praza Maior de Xinzo.
Maceda, el regreso de los felos
Decir "felo" es lo mismo que decir máscara en muchos lugares de la provincia de Ourense. Los felos de Maceda son similares a los célebres peliqueiros, pero con algunas diferencias en su aspecto, sobre todo en las pantallas, que van decoradas con animales de la Serra de San Mamede.
La actitud de los felos también es más entrañable y desenfadada, menos agresiva que la de peliqueiros y cigarróns, rozando la travesura infantil. No obstante, seguimos sin poder tocar a estas figuras, pues siguen representando la autoridad.
El calendario del Carnaval de Maceda abarca desde el domingo fareleiro hasta el martes de Entroido, pasando por el domingo Corredoiro donde los felos son especialmente importantes, y el sábado, domingo, lunes y martes de Entroido, éste último día en el que salen también en el desfile de disfraces y carrozas.
Viana do Bolo, folións y jueves de comadres
El Jueves de Compadres y de Comadres son dos de los acontecimientos más relevantes del Carnaval de Viana do Bolo, Ourense. Giran alrededor de la figura del lardeiro, muñecos colgados por los balcones que representan a los "compadres" y, a petición de las mujeres, también se cuelga un monigote en la Plaza Mayor del pueblo, que no sufrirá daño alguno hasta el martes de Carnaval.
El llamado "domingo Gordo" nos sorprende con calles teñidas de blanco, restos de las batallas de harina que se celebran la noche del sábado. Otra farelada más. Este día el papel principal es para los folións, grupos de músicos donde cada uno toca un instrumento y van desfilando por las calles. Les acompaña la figura del boteiro, que se distingue del de Vilariño de Conso por sus máscaras de estilo africano y sus camisas hechas con tiras de raso de colores. Su papel: cada boteiro va abriendo paso a su folión.
Para rematar el domingo nada mejor que la Androlla, una gran comilona que ha convertido a Viana en epicentro del turismo gastronómico durante estas fechas.
Ya el martes de Carnaval, cuando el Entroido toca a su fin, se queman las figuras de los lardeiros y el monigote de la Praza Maior, despidiendo así unas fiestas mágicas.
Vilariño de Conso, el reino de los boteiros
En Vilariño de Conso el Entroido se resume en tres palabras: cabrito, boteiros y folións. El cabrito se consume en las jornadas del sábado y el domingo, en el marco de una gran fiesta gastronómica en la que se ensalza esta carne, típica de la comarca. El folión se ha amoldado al gusto del turista, en un gran desfile al que se unen los grupos de las distintas parroquias por el núcleo de Vilariño.
Los boteiros de Vilariño de Conso son similares a los de Viana, aunque la máscara es distinta, pero además llevan una monca o bastón adornado con lazos y pompones, que no utilizan esta vez para asustar al público, si no a modo de pértiga para apoyarse y dar espectaculares saltos.
Para cerrar un programa en el que también hay harina y compadres, las dos jornadas festivas del fin de semana se celebra una concurrida verbena nocturna.
Salcedo, el abrazo del Oso
Muy cerca de Salcedo, parroquia del Concello de A Pobra do Brollón, existen unas construcciones circulares de piedra llamadas alvarizas, que contienen colmenas y que podrían haber atraído en otros tiempos a los osos que vivían en los montes de O Courel. Esta es la razón que podría explicar el protagonismo de este animal en los ritos del Entroido de la localidad.
Cada lunes de Entroido, el Oso de Salcedo sale por las calles, acompañado por una comitiva de criados que intentan conseguirle presas entre el público. El Oso va vestido con un traje de pieles de oveja que pesa la friolera de treinta y cinco kilos y se va anunciando con un cinturón lleno de chocas o cencerros para espantar a los malos espíritus. Llegado este punto sólo queda escapar y correr con todas tus fuerzas para no ser engullido por el Oso, que se dedica a ensuciar a toda persona que se le acerque con todo tipo de desechos.
Además de la figura del Oso, que es lo más llamativo de este Carnaval, en Salcedo también se celebra el Jueves de Comadres y varias representaciones teatrales como los Disfraces de Campo.
Xenerais do Ulla, dominando todo el valle
El origen de esta fiesta se remonta a la Guerra de la Independencia contra los franceses y sus protagonistas son los Xenerais, generales, que ataviados con trajes de época y a caballo van recorriendo en comitivas toda la comarca del Ulla: Touro, Boqueixón, Vedra, Santiago, Teo, Padrón, Vila de Cruces, A Estrada y Silleda. Acompañando a la comitiva de Xenerais van las parrandas o grupos de jóvenes vestidos con traje regional, bailando y cantando durante todo el camino.
Pero si hay un elemento llamativo en este Carnaval es el atranque o alto, un enfrentamiento verbal y rimado entre dos bandos de la misma comitiva. Un grupo impide el paso al otro e inician la discusión hasta alcanzar un tono crispado que se convierte en conciliador gracias a la intervención de los generales de mayor rango, a los gritos de:
¡Vivan nuestros coros y comparsas! ¡Viva la gente que nos mira y nos rodea!
Entroido dos Cobres: Madamas y Galanes
Cobres es una pequeña localidad pontevedresa en la que se celebra uno de los carnavales visualmente más atractivos de Galicia, que se remonta al siglo XVIII. En este Entroido se conservan las figuras de las Madamas y los Galanes, que antes estaban presentes en muchos otros carnavales gallegos pero que hoy en día se limitan a unas pocas zonas de Galicia. Sus sombreros están muy decorados con flores y cientos de pequeñas joyas y adornos, llegando a pesar más de 6 kilos, y resultan espectaculares.
Las Madamas y Galanes van recorriendo en desfile las distintas parroquias acompañados de una murga, cantando y bailando e incluso visitando en sus casas a los enfermos. El día estrella del Carnaval es el martes, cuando las Madamas y Galanes entran en el recinto de las fiestas y se da paso a distintas actividades como juegos tradicionales y la Corrida do Galo.
Pontevedra: el reinado de Urco y Ravachol
En 1984 se recuperó en Pontevedra la figura del Rey Urco, o guardián de los Infiernos, y la tradición del Desembarco del rey Urco, con el que se le da la bienvenida a la ciudad. Hay desfiles y verbenas en la Praza da Ferrería, donde también se celebra una gran fiesta infantil.
Concursos de murgas y de elaboración de filloas dan paso a la presentación del otro gran protagonista del Entroido pontevedrés, el Ravachol, el irreverente loro de un boticario muy conocido en la ciudad y muy querido por sus habitantes. Su muerte, en 1913, conmocionó a Pontevedra entera. Hoy en día se le rinde homenaje y, en lugar de rematar en Carnaval como se hace en otros lugares de Galicia con el Entierro de la Sardina, se recrea el funeral del famoso loro, uno de los eventos más curiosos de este Entroido.
Galicia entera se rinde al Carnaval
Pero no sólo en Ourense o Pontevedra hay Carnavales singulares. No nos podemos olvidar de los troteiros de Bande, los vergalleiros de Sarreaus, el Entroido Ribeirao en la provincia de Lugo, los volantes de Chantada o ¡por supuesto! los choqueiros de Monte Alto en A Coruña.
Fiesta desenfrenada y gastronomía típica (orellas, filloas, rosquillas…) van de la mano en cualquier pequeña o gran localidad de Galicia para disfrutar uno de los eventos más divertidos del año: el Carnaval, nuestro Entroido.
Emma Sexto