Se ha hecho de rogar, pero el verano ya está aquí. En esta época del año los días son más largos y las agradables temperaturas son la excusa perfecta para pasar la tarde en la playa, ya sea leyendo una buena novela o jugando a las cartas con amigos. Los más atrevidos también tienen la opción de darse un refrescante chapuzón en las gélidas aguas de las playas de Ferrol.
La playa de Doñinos, la playa de Santa Comba, la playa de Ponzos y la playa de San Xurxo son algunas de las grandes favoritas, si bien suelen ser bastante frecuentadas por locales y turistas en los meses de julio y agosto, por lo que aquellos que busquen desconectar y descansar del ajetreo del día a día, quizás deberían buscar otros arenales más tranquilos.
En Ferrol, son varias las opciones, pero las playas fluviales también se presentan como una alternativa perfecta (y más teniendo en cuenta el oleaje que suele haber en la zona). Muy cerca de Neda se ubica el área recreativa Ponte da Cobeluda, donde los visitantes podrán disfrutar de una piscina natural de grandes dimensiones en la que pasar una agradable tarde de verano.
Es un lugar perfecto para aquellos que quieran aprovechar el día en un sitio tranquilo, fresquito y libre de arena. Y es que el área recreativa cuenta con zona de césped y varios árboles que protegen a los usuarios del sol, además de barbacoas y baños de uso público. También cuenta con una zona de juegos para los más pequeños de la casa y un chiringuito, que reabrió el año pasado, pero se desconoce si lo hará esta temporada.
El área recreativa Ponte da Cobeluda está a un paso de Ferrol y para llegar hay que tomar la AP-9 y después desviarse por la AC-862, aunque también existe la posibilidad de realizar el recorrido por esta última carretera para ahorrarse el peaje de la autopista. Desde Neda, tan solo son 10 minutos de camino en coche y también hay que coger la AC-862.
La playa fluvial más impresionante
Otra opción que no pasa desapercibida es la playa fluvial de As Pontes, que está a 40 kilómetros de Ferrol y a 68 de A Coruña. Se trata del lago artificial más grande de Europa y en él sus visitantes pueden darse un refrescante chapuzón, realizar diversas actividades acuáticas, como kayak o paddle surf, o incluso participar en la prueba de obstáculos que la zona acoge de manera anual, la Samurái Race.
Este gran lago fue creado por Endesa para rellenar el hueco de una antigua mina que abastecía a la central térmica de la localidad y hace algo más de una década se transformó en un espacio ideal para el ocio y el deporte. Aparcar no será un problema, ya que la zona cuenta con una zona amplia para estacionar los vehículos.