Sencilla, divertida y muy amiga de sus amigos. Así se define la coruñesa Anita Tembleque. La influencer acumula en su perfil de Instagram (@anita_tembleque) algo más de 123.000 seguidores, pero su verdadera vocación es la educación. Comenzó a estudiar la carrera de Educación Primaria en plena pandemia de la Covid-19, pero antes se graduó en Administraciones y Dirección de Empresas (ADE). "Soy un poco todoterreno", nos asegura. Acaba de regresar a A Coruña, la ciudad que la vio crecer (y no solo en el número de seguidores en sus redes sociales), después de vivir una maravillosa experiencia en Australia. "Hay un montón de sitios naturales impresionantes, pero la morriña tira mucho", confiesa Anita Tembleque, antes de revelar al equipo de Quincemil sus próximos retos.
Graduada en ADE, estudiante de Educación Primaria y también instagramer. ¿Es posible compatibilizar todo?
Empecé en las redes sociales en 2011, cuando tenía 13 años. Soy una persona bastante creativa, me gusta dibujar, hacer vasijas, un montón de frikadas… Instagram me sirve para publicar fotos que considero que son bonitas, además de para expresar esa creatividad. Cuando terminé el bachillerato empecé a estudiar Administración y Dirección de Empresas (ADE), al tiempo que seguía con Instagram, aunque siempre ha sido algo secundario para mí. Nunca he dicho que quiera ser influencer, para mí es una actividad secundaria. Además, ahora estoy terminando mi segunda carrera, Educación Primaria, que es a lo que me quiero dedicar.
¿Educación y redes sociales?
Yo creo que ambas actividades son compatibles, ya que en las redes sociales publico una parte de mi vida más personal que no tiene que ver con mi trayectoria profesional. Si me surge algún tipo de colaboración genial, pero yo sé perfectamente que las redes sociales en algún momento van a tener su fecha de caducidad, por lo que hay que tener un abanico amplio de posibilidades en la vida, no solo enfocarse en una única cosa.
¿Cuándo empezaste a profesionalizar tus redes?
Organizo las publicaciones que voy a ir subiendo para ver como queda más bonito el feed de Instagram. No es tan bonito como parece, hay mucho trabajo detrás. Puedes ir a sacarte fotos y luego hay 50.000 que no subes porque no son bonitas. Al final subes las cuatro en las que sales bien y que tienen buena luz.
Acumulas algo más de 120.000 seguidores en Instagram, ¿pensabas que alguna vez esto sería posible?
No me cambia nada la vida, nunca me lo había planteado, pero sí es verdad que era una meta que tenía. Se fue dando y al final estoy contenta. Sin embargo, lo cierto es que mis objetivos en la vida son otros, aunque lo cierto es que Instagram va a formar parte de ella, aunque de manera secundaria.
Además de Instagram, también estás iniciándote en Tik Tok, donde tienes alrededor de unos 4.000 seguidores
Subo el contenido que me apetece, para divertirme sinceramente, porque es Instagram lo que me tomo más en serio. Iré subiendo cosas, pero más de coña, menos serias.
¿Qué tipo de contenido te gusta subir?
De todo. Mucha gente me dice que tendría que enfocar mi cuenta al deporte o la moda, pero es que no puedo porque me gustan varias cosas. Quizás es un error mío, pero soy muy polifacética y no quiero subir solo vídeos del gimnasio o de viajes.
En redes sociales mostramos la parte bonita de nuestra vida, pero… ¿Tus seguidores conocen a la verdadera Ana?
Yo creo que no, o sea, estoy segura que la gente que no me conoce tiene una imagen mía que no es real. No suelo mostrar mi vida personal y privada en mis redes sociales, rara vez muestro a mi pareja. A él no le gusta mucho, pero es que a mí tampoco me gusta exponer tanto mi vida personal porque no tengo nada que demostrar a nadie. Subo lo que me apetece cuando me apetece y no tengo ningún tipo de presión. Me lo tomo así y para mí eso es muy sano porque hubo una época en la que subía muchísimas historias de lo que hacía en cada momento. Estaba más pendiente del móvil que de mi vida real, estaba todo el rato viendo cuanta gente me había dado like, pero ahora me da igual.
Entonces… ¿Cómo te defines tú?
Soy una persona normal, sencilla, divertida y muy amiga de mis amigos. Todo el mundo que está en Instagram es normal, yo no le veo nada de especial. Llevo en esto desde los 13 años y cuando vivía en Madrid mucha gente me paraba, pero no me acabo de acostumbrar.
¿Y las críticas? ¿Qué tal las llevas?
He recibido muchas críticas, pero ahora ya menos. Antes me decían que por qué subía fotos en bikini, que que era lo que pretendía. También he tenido algún comentario esporádico en el que me decían que era "una guarra", pero ahora mismo no recibo críticas.
¿Alguna vez te planteaste no subir contenido por ello?
Me lo he planteado muchas veces. Por ejemplo, cuando subo una foto en bikini estando morenísima y llega el mítico baboso que te dice cualquier burrada, me pregunto que para qué la subo. A veces digo es que para qué la subo si total, qué mas da. Ese pensamiento sí que te ronda la cabeza, sobre todo cuando era más pequeña, aunque ahora ya me da más igual. Cuando tienes 18 o 19 años sí que te afecta más, pero ahora es muy diferente a como me lo planteaba.
¿Has sentido el apoyo de tus padres?
Mis padres me han apoyado en absolutamente todo. Mi mayor fuente de apoyo siempre han sido mis padres, aunque lo cierto es que esto no lo he hablado mucho con ellos, pero sí con mis amigas. La gente va a hablar siempre, seas quien seas. Tu círculo puede ser más pequeño o grande, pero siempre la gente va a hable. Tú no puedes gustarle ni caerle bien a todo el mundo, aceptas ese hecho y sigues con tu vida.
¿Ellos entendían esto de dedicarse a las redes sociales?
Cuando era más me pequeña me gustaba mucho sacarme fotos en la playa, de vacaciones… Imagínate una persona con 16 o 17 años, tus padres ven la gente que te sigue y los comentarios, y te dicen que controles un poco tu perfil de Instagram. Ellos saben desde el principio que yo no quiero enfocar mi vida solo a esta red social, ya que tengo otros proyectos. Saben que soy una persona con mucha confianza en mí misma y que tengo muchas opciones en la vida, por eso me dejaron fluir.
Cambiando de tema… ¿Qué tal tu experiencia en Australia?
Estuve alrededor de un año, fue una experiencia increíble que se la recomiendo a todo el mundo. Creo que toda persona entre los 20 y 30 años debería irse un año fuera porque te abre mucho la mente. En 2018 me fui a trabajar unos meses a Estados Unidos, pero la experiencia se me quedó corta y entonces ahí fue cuando dije que me quería ir a Australia. Si es verdad que podríamos habernos quedado por allí, pero decidimos volver. La razón es que si nos hubiésemos quedado, ya no volveríamos nunca más. Es un país increíble. En Australia hay un montón de sitios naturales impresionantes, pero la morriña tira mucho.
¿Echaste de menos A Coruña?
Sí, una de las principales razones por las que extrañaba A Coruña es que yo allí (en Australia) no vivía en la playa. Allí hacía vida de persona adulta que tiene un trabajo. Obviamente, en Instagram no voy a publicar lo aburrido, no voy a publicar una foto en una oficina trabajando. El día a día en Australia es muy diferente porque aquí tú terminas de trabajar e igual te vas a tomar unas cañas, quizás un jueves o un viernes, pero allí no.
Y ahora que estás de vuelta… ¿Cuál es tu zona favorita de A Coruña?
Yo he vivido toda mi vida en A Zapateira, pero me encantan las playas de Arteixo, además de las de A Coruña ciudad. La zona de La Marina me flipa, también la Ciudad Vieja y todo el Parrote. A Coruña es una ciudad que tiene alma, que tiene vida y que tiene historia. Brisbane (Australia) es una ciudad muy nueva, pero aquí vas a la parte antigua y la sensación es muy diferente. Lo echaba de menos.