Frase del refranero español tradicional, lema de vida o incluso eslogan publicitario, hemos escuchado en muchas ocasiones eso de que en la variedad está el gusto, que la virtud se encuentra en el equilibrio y que la perfección no existe.
Vivimos en una sociedad diversa. Personas de diferentes razas, religiones, edades, identidades, cuerpos y capacidades forman nuestro día a día. Un mundo formando por individuos diferentes cuyas particularidades ayudan a enriquecer todos los ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, esta realidad puede ser ajena para muchos ya que en los ámbitos más institucionalizados -profesional, deportivo, educación, etc.- sigue existiendo una brecha en cuanto a representatividad se refiere. Es decir, todavía queda camino para alcanzar una inclusión real.
Por este motivo, es tan importante que desde las compañías adoptemos un papel activo en la normalización e integración de las personas con capacidades diferentes. Ya sea a través de políticas propias de inclusión desde los departamentos de captación de talento o mediante acciones de responsabilidad social, en las que se deberá contar siempre con la experiencia de las entidades que están en el día a día de estas personas. En esta ocasión, me gustaría compartir la experiencia de Vegalsa-Eroski con una iniciativa local que aúna varios de los pilares de nuestra estrategia de RSE como son la inclusión y la promoción de una vida saludable.
En torno al año 2015, miembros de la Fundación Abrente nos dieron a conocer el proyecto que estaban poniendo en marcha: la carrera de obstáculos por la integración ENKI. Carmen nos contó la iniciativa que estaban poniendo en marcha desde hacía un tiempo y se centraba en una prueba deportiva lúdica, no competitiva, abierta a todas las personas independientemente de su edad o condición y que, a la vez, se prestase como un juego que ayudase a promover la visualización de colectivos y personas con diversidad funcional, así como el respeto y la educación en la diversidad. Ah, y en aquel entonces con una prueba en tres lugares distintos de Galicia. ¿Qué más podía faltar? Poco tardamos en sumarnos a esta iniciativa, en la que venimos colaborando como patrocinador principal desde el año 2016, así como aportando las meriendas que se entregan a finalizar la carrera a todos los participantes, voluntarios y miembros de la organización además de participar con uno de los obstáculos de la carrera con voluntarios de nuestra propia compañía. En seguida nos dimos cuenta de que teníamos que hacer partícipes al resto de la empresa, por lo que el año pasado, activamos un equipo propio, el equipo Vegalsa-Eroski, que participó con medio centenar de personas.
Y es que la experiencia ENKI -ese espíritu del que ya habló Ángel López en su carta “Mundo imperfecto”– trasforma a todas las personas y las hace mejores a pesar de los obstáculos. Ese sentimiento nos llevó a que el año pasado nos sumásemos también a la Carrera RUNKI de los superhéroes, esta vez respaldando una iniciativa en la que pueden participar todos los colectivos de carritos de running de toda España gracias al impulso de ENKI y la Fundación ADCAI. En seguida formalizamos una colaboración que permitiese apoyar el sueño neoyorkino de Mario, Inés y Pedro el año pasado a través de las becas Runki o formar parte de ese impulso para que la bicicleta de José María haga más kilómetros y la tabla de Manuel Emil coja mejores olas en esta edición.
Como compañía, estos son los proyectos que nos emociona. Enki nos ha permitido apoyar acciones que de verdad cuentan. Vinieron a nuestra casa, charlamos, hicimos una foto de recuerdo… En definitiva, personas moviendo a personas. Estas son las relaciones que nos motivan, en las que podemos implicarnos más allá del patrocinio corporativo. Todo el equipo es un ejemplo de compromiso, tenacidad y superación. Siento un gran orgullo de que como empresa hayamos podido aportar nuestro grano de arena a su historia y animo a que otras compañías lo sigan haciendo para convertir estos proyectos en refrentes mundiales.
Todo el equipo de ENKI y RUNKI es un ejemplo de compromiso, tenacidad y superación. Siento un gran orgullo de que como empresa hayamos podido aportar nuestro grano de arena a su historia.