En los últimos años, el puerto de A Coruña se ha posicionado como un referente en el tráfico de cruceros, tanto para las navieras como para los cruceristas, en su tránsito hacia Canarias y Madeira, u otros destinos como Norte de Europa y el Mediterráneo, en función de la época del año y del tipo de naviera que nos visita, configurándose incluso como escala previa de algunos viajes transoceánicos.
Si bien los coruñeses estamos acostumbrados a ver a estos turistas por la ciudad en unas franjas horarias determinadas, paseando por la Marina y haciendo algunas compras, ¿conocemos realmente qué es lo que demandan? ¿qué es lo que les gusta de nuestra ciudad y cuál es el perfil de crucerista que nos visita? En este artículo se pretende hacer una caracterización de estos visitantes, y desmontar algunos de los “mitos y leyendas” que rodean al crucerista en su escala en el puerto de A Coruña.
Por ponernos en situación, en el puerto de A Coruña recalan más de 30 navieras diferentes cada año, algunas de ellas son independientes, como MSC, Saga Cruises y Fred Olsen Cruise Lines, por ejemplo; mientras que otras están vinculadas a grandes grupos o corporaciones, como es el caso de Carnival Corporation o Royal Caribbean Cruise Lines Ltd, las cuales engloban a diversas navieras con públicos y perfiles diferentes. La visita de las navieras suele centrarse en las franjas horarias entre las 7.00 h y las 18.00 h, ya que suelen hacer travesía nocturna, y aprovechar para visitar las ciudades por el día, estando un promedio de unas ocho horas en el puerto.
Como en todos los negocios, cada naviera tiene su público objetivo y tanto los barcos como la tripulación están preparados para atender y satisfacer las necesidades de sus clientes, de manera que puedan disfrutar de una experiencia única. Así, algunas navieras están enfocadas hacia un público senior, que solemos recibir en A Coruña fuera de la época estival. Otras están dirigidas a un más público familiar, como los cruceros temáticos de Disney que previsiblemente visitará nuestro puerto por primera vez en 2022. En el puerto de A Coruña predominan los pasajeros “senior”, con edades superiores a los 55 años, que representan más de un 65% del total, concentrándose sus escalas sobre todo en primavera y otoño.
La oferta que se puede encontrar en los barcos es también muy distinta. Basta con subirse a varios de ellos para comprobar cómo los grandes buques con capacidad para varios miles de pasajeros son enormes complejos vacacionales flotantes, donde el barco es un destino turístico en sí mismo, y donde los pasajeros pueden disfrutar de una variada oferta de restauración, numerosas piscinas, y un sinfín de actividades de ocio muy diversas, teatros con espectáculos, discotecas, zona de tiendas, capilla, zonas de juego infantil, peluquerías, etc. Otras navieras ofrecen productos más exclusivos, en los que la estancia semanal puede rondar los varios miles de euros, y donde sus clientes demandan rutas y experiencias únicas e inolvidables. Suelen ser barcos más pequeños, donde cada detalle está minuciosamente cuidado, siendo habitual encontrarse una ratio muy elevada de tripulantes por cada pasajero (algunos barcos cuentan con un tripulante por cada pasajero, o incluso hay casos en los que el barco viaja con más tripulantes que huéspedes). Silversea, Seacloud y Le Ponant son algunos ejemplos de estas navieras de lujo. Otras navieras como Hurtingrunten o Hapag Lloyd podrían clasificarse como “cruceros de expedición”, ya que visitan lugares singulares como la Antártida o el Polo Norte. Y el caso más extremo de crucero de extra lujo es “The World”, donde los cruceristas son propietarios de las suites, y deciden cada año el itinerario que realizan alrededor del mundo, habiendo visitado en varias ocasiones el puerto de A Coruña.
Como se puede deducir de las líneas anteriores, el público al que se dirigen las distintas navieras es muy distinto, por lo que es muy difícil poder realizar una generalización que represente a todas las navieras, de manera que las conclusiones que se mencionan aquí se referirán a los datos promedios y agregados, basados en el análisis y monitorización que se realiza de cada una de las escalas que el puerto recibe.
A nadie se le escapa tampoco que el COVID ha supuesto un parón de la industria de cruceros sin precedente, habiendo estado cerrados los puertos españoles al tráfico internacional de cruceros, desde que se decretó el estado de alarma en marzo de 2020 hasta el 7 de junio de 2021, cuando se abrieron los puertos nuevamente al tráfico de cruceros internacional. Desde entonces, tanto las navieras como los puertos se han tenido que adaptar a los nuevos protocolos y medidas establecidas por las autoridades sanitarias (en constante revisión, en función de la evolución de la situación epidemiológica), como el establecimiento de grupos burbuja, limitaciones de aforo, aislamiento de positivos y sus contactos estrechos, etc.
Según los últimos datos agregados anuales de los que se dispone, correspondientes al ejercicio 2019 y anteriores, la nacionalidad prevalente del crucerista que visita el puerto de A Coruña es la británica, que representa aproximadamente un 50% de los pasajeros totales, seguido de los alemanes, que suponen más de un 30% del total. El peso total de los americanos ronda el 5% y el resto lo componen pasajeros de nacionalidades muy distintas. Esto es debido a que las principales navieras que recalan en el puerto de A Coruña son británicas (como P&O, Fred Olsen y Cunard), así como alemanas, como Tui y Aida, lo que hace que atraigan a pasajeros de esas nacionalidades. El puerto de A Coruña está también muy bien situado con respecto al puerto de Southampton, puerto anterior y posterior de muchas de las rutas de cruceros que recalan en el puerto, por lo que el mercado emisor británico tiene un fuerte peso en el tráfico de cruceros en el puerto de A Coruña.
Según los datos reales obtenidos de las escalas en puerto, sólo un 28% de los cruceristas contrata excursiones organizadas por las compañías navieras a través de los turoperadores (agentes que se encargan de realizar las excursiones para las navieras), mientras que el resto son pasajeros que visitan la ciudad libremente o eligen otras alternativas por su cuenta. De este 28%, menos de la mitad, es decir, sobre un 13% del total de los pasajeros, eligen la excursión a Santiago de Compostela, sin duda, de un gran interés por el indescriptible atractivo de su casco histórico, la Catedral y el Camino de Santiago.
Como coruñesa que soy, no puedo dejar de resaltar que A Coruña destaca por su riqueza natural y patrimonial, y entre las posibilidades de visita que las navieras ofrecen destaca por supuesto la visita a la Torre de Hércules, faro romano milenario, y el más antiguo en funcionamiento del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en junio de 2009. Otras visitas incluyen el Mirador de San Pedro, la red de los cuatro museos científicos, rutas por la ciudad vieja, algunas rutas gastronómicas y de tapas por el centro de la ciudad. A los británicos les suele llamar bastante la atención la historia de Sir John Moore y la visita al Jardín de San Carlos suele estar entre sus preferidas. Según los datos de los que se dispone y las encuestas que se realizan, los cruceristas suelen gastar más en comercios pequeños y optan por este tipo de compras frente a los grandes centros comerciales, llevándose una muy buena impresión de la ciudad. La mayoría de ellos suelen gastar en bares y restaurantes sobre un 30% de su presupuesto total de gasto, y otro 30% suele ir destinado al pequeño y mediano comercio, siendo el resto de partidas enfocadas al ocio y entretenimiento y otros gastos como transporte.
El 80% de los cruceristas recomendarían A Coruña como destino turístico y, en general, las expectativas que tienen de la ciudad antes de su visita son menores a la satisfacción general que se llevan una vez visitado el destino.
Por ello, creo que es interesante que la ciudad sepa y comprenda cuál es el perfil de pasajero que nos visita y lo que demandan, con el fin de poder particularizar la oferta de servicios a sus necesidades. También tenemos un gran potencial para captar a estos repetidores, muchas veces asiduos de las mismas compañías navieras, que quieren volver con más tiempo para poder disfrutar de los tesoros que nuestra ciudad esconde.