El arquitecto municipal Rodolfo Ucha, elegido hijo adoptivo de Ferrol

El arquitecto Rodolfo Ucha será hijo adoptivo de Ferrol tal y como el alcalde, Ángel Mato y la concejala de Patrimonio Histórico, Eva Martínez, anunciaron hoy alegando que "la ciudad está en deuda con él", de ahí "este homenaje a su trayectoria profesional". La Xunta de Portavoces del Ayuntamiento acordó esta mañana iniciar los trámites para la concesión del título y se trata de una propuesta que parte del gobierno local y que el alcalde y la concejala confirmaron esta mañana tras la reunión de los portavoces de los grupos.

El próximo 27 de enero se cumplen 40 años de la muerte de quién fue arquitecto municipal durante el primer tercio del siglo XX y dejó destacadas obras, sobre todo de estilo modernista. “Su huella quedó directamente ligada a nuestra ciudad en algunos de los edificios más emblemáticos que tenemos en el casco histórico, aunque no solo en él”, dijo el regidor, que recordó también que su “dilatadísima carrera continuó hasta los años 70”.

Mato avanzó que entre este año y el próximo, en los que se celebrará el 140 aniversario del nacimiento de Ucha, el Ayuntamiento va a poner en marcha una serie de iniciativas, la primera de las cuáles es, precisamente, el nombramiento como hijo adoptivo, “aprobada por unanimidad de los portavoces”. Por su parte, la concejal de Patrimonio Histórico aseguró que es una “honra” poder desarrollar esta iniciativa transversal “en colaboración con otras concejalías, como las de Urbanismo, Turismo y Educación”.

A su vez, el Ayuntamiento está trabajando en un programa que incluye, entre otras acciones, la elaboración de una unidad didáctica para trabajar a lo largo del próximo curso en los centros escolares de la ciudad, la edición de un libro sobre la obra del arquitecto y la actualización de la ruta modernista, que ya se está revisando. La ciudad “está en deuda con Ucha, creo que en eso coincidimos todos”, y el ayuntamiento va a hacer un “importante esfuerzo” por poner en valor tanto su obra como su figura, concluyó Martínez Montero.