Dormir en una cama cápsula tras una caminata de decenas de kilómetros puede sonar extraño de primeras, pero los hoteles cápsula son algo ya habitual en Japón y poco a poco están aterrizando en Galicia con cada vez más acogida. Así lo corroboran las decenas de peregrinos de diferentes nacionalidades que cada mes hacen el Camino de Santiago y que escogen esta opción como la más óptima para su descanso.
No son muchos, pero cada vez más van proliferando los alojamientos que siguen esta filosofía y por ahora se reparten principalmente entre las provincias de Lugo y Pontevedra, poniendo sobre la mesa una experiencia diferente a la de los albergues tradicionales con grandes espacios donde se suceden innumerables literas.
Al contrario de lo que se pueda pensar, los responsables de estos hostales destacan de las cápsulas la privacidad que aportan a la hora de dormir en una misma habitación con desconocidos y suelen tener unas medidas estándar de dos metros de largo por uno de ancho. El Bulezen Urban Hostel y el Dpaso Urban Hostel son las opciones más destacadas para cápsulas en Pontevedra y el Zendoira, Andaina y el Cross se ubican en la provincia de Lugo.
Bulezen Urban Hostel (Pontevedra)
La responsable del Bulezen, Noemi, apostó por este tipo de alojamiento porque considera que las cápsulas "ofrecen más privacidad y confortabilidad en habitaciones compartidas que las literas convencionales de los albergues". Destaca que ofrecen todos los servicios que necesitan los peregrinos y clientes en general "pagando un precio más reducido que en un hotel o aparthotel en el centro de la ciudad".
Las zonas comunes están adaptadas a la capacidad del hostel y pensadas para sociabilizar y apunta que "esto ayuda sobre todo a quienes viajan solos". "El trato es más familiar porque la gente pasa más tiempo en las zonas comunes y a la cápsula van cuando quieren descansar", asegura. Como inconvenientes, enumera que en el albergue no tienen recepción 24 horas y que los clientes deben aceptar unas normas para facilitar la convivencia "pensadas para beneficiar a la mayoría".
Una de las reglas principales ha sido establecer un horario de cierre nocturno "para limitar durante unas horas el trasiego en las habitaciones de capacidad múltiple", aclara. Cada cápsula está equipada con armario interior, luz, cargador de USB, enchufe y taquilla exterior y proporcionan ropa de cama y toallas y da acceso a las zonas comunes que incluyen aseos y duchas, zona de estar, cocina, comedor, lavandería y terraza exterior, así como wifi en todo el establecimiento y zona de aparcamiento para bicicletas.
La mayoría de la clientela son peregrinos pero también acogen a equipos deportivos cuando hay algún evento en la ciudad y turistas en general e incluso a alguna familia con niños mayores de 5 años. En función de la temporada y la capacidad de la habitación los precios son desde 23 euros. "Somos otra opción de alojamiento que surge para cubrir una necesidad que aparece con el crecimiento de las ciudades", asegura.
Dpaso Urban Hostel (Pontevedra)
Los hermanos Miguel Ángel Vidal Araújo y Manuel Vidal Araújo son los encargados del Dpaso Urban Hostel de Pontevedra y apostaron por este concepto porque querían "literas diferentes a las convencionales y que fuesen nuestra seña de identidad". A este tipo de hostel no le ven inconvenientes: "venimos a sumar", aseguran.
En sus instalaciones disponen de baños completos e independientes compartidos, duchas amplias, secador de pelo, secador de manos, suelo radiante o aerotermia. "Dentro de la habitación compartida la propia orientación de las literas hacen que tengas una cierta intimidad", apuntan. Cada cliente cuenta con una taquilla con llave dentro del propio habitáculo, estantería, luz propia, luz de punto nocturna, enchufe, puerto USB, sábanas, funda de almohada textil higienizada y empaquetada, edredón nórdico, máquina de bebidas y aperitivos, microondas, horno eléctrico, frigorífico y menaje de cocina opcional.
"Cada huésped que entra tratamos de de incorporarlo a la familia Dpaso Urban Hostel Pontevedra, con un trato muy familiar. Hay personas que vienen haciendo el Camino, otras de visita, a realizar alguna gestión, por un día…", exponen, a la vez que resumen su modelo de negocio: "compartir sí, pero con intimidad, sin masificaciones y que cada persona pueda disfrutar de su espacio". Para una mayor personalización, cada cama tiene su nombre.
Zendoira (Palas de Rei, Lugo)
Iria y su socio decidieron montar algo en la localidad lucense de palas de Rei porque es su pueblo de origen, de donde eran naturales sus abuelos. "Teníamos claro que aquí ya había muchos albergues y que teníamos que ofrecer algo diferente que no hubiese, por eso, y ya que nos gusta tanto viajar, nos fijamos en las literas cápsula de Japón", cuenta.
Empezaron a investigar y reconoce que vieron el inconveniente de que las de Japón eran más reducidas en tamaño, pero apostaron por adaptar estos espacios a los gustos locales. "Decidimos que todo un lateral se pudiese abrir para que no hubiese sensación de agobio y con un carpintero adaptamos las cápsulas a nuestro gusto. Hicimos una litera cápsula de largo de dos metros por uno de ancho, más grande que la litera normal y dentro tiene luz, dos enchufes, taquilla, estantería, cortina y mucha intimidad", detalla.
Sobre la intimidad, la responsable del alojamiento asegura que "eso en el Camino se agradece mucho, porque aunque estés con gente a todas horas, a la hora de dormir quieres estar con el móvil o leer con la luz encendida", ejemplifica. Además, estos espacios están hechos de madera, por lo que aíslan el ruido y facilitan que no entren olores, algo habitual al concentrarse mucha gente en el mismo espacio.
Los precios están entre 13 y 15 euros dependiendo de la plataforma de reserva y los viajeros que más reciben son peregrinos, aunque dejan claro que están orientados a todo tipo de clientes. "A este tipo de hoteles viene sobre todo gente joven que reserva una planta entera para el grupo si vienen a eventos o festivales, unidos a colegios o familias con hijos que reservan habitaciones privadas en pensión, los padres en habitaciones normales y los niños en literas", cuenta.
Estos meses alojan sobre todo a gente coreana, ya que cuentan orgullosos que "son un alojamiento popular en Corea" al haber salido en redes sociales de algunos influencers. Sobre el concepto de hoteles cápsula, Iria concreta que "están en auge porque cada vez le gustan a más gente", aunque advierte que hay que pensarlo bien antes de emprender en ello porque "es algo que igual está de moda hoy y mañana no".
Una vez que el peregrino reserva, al margen del alojamiento en cápsula le dan otros servicios como acceso a cocina, lavandería autoservicio, secador de pelo en recepción (muchos albergues no tienen) y a mayores una cafetería, que está ubicada en un antiguo contenedor marítimo que han reconvertido para uso hostelero. Disponen de servicio de menú para grupos grandes, menú cena, desayuno o cenas buffet, todo unido a un código de acceso para entrar y salir libremente sin ser estrictos con los horarios como en otros albergues.
Andaina (Sarria, Lugo)
Ramiro Fernández Teijeiro es el dueño del Andaina y apostó por este tipo de hotel cápsula para dar "una oferta diferente a lo disponible". Cuenta que la principal ventaja es que, aún siendo un alojamiento compartido, cada cliente tiene su propia intimidad y su espacio.
Cada cápsula incluye una taquilla para guardar mochilas y enseres, luz, enchufe y USB para cargar dispositivos electrónicos, además de otros servicios adicionales del alojamiento como cocina, comedor, lavandería, televisión, Internet a través de fibra óptica, Netflix, Wi-Fi, salón, servicio de toallas, sábanas opcionales y mantas en la propia habitación.
Los colchones son de 190×90 y detalla que se han llegado a alojar personas de hasta dos metros de altura. La mayor parte de sus clientes son peregrinos del camino de Santiago, aunque también el público en general y el precio es de 13 euros por noche. Sobre el concepto cápsula, el responsable subraya que "es innovador y todo eso está de moda".
Cross (Lugo)
Isabel López es la propietaria del Hostel Cross, en el centro de Lugo a pocas calles de la Catedral. La apuesta por cápsulas en su caso se debió a la privacidad que dan. "Aunque son cápsulas en habitación compartida tienes una cortina y tu propio espacio", aclara.
Las ventajas, según la propietaria, se centran en que "son algo diferente" y los precios son asequibles para todos los públicos en general con una media de 15 euros por persona y noche. Este precio incluye sábana y toalla desechable, manta, taquilla con llave y enchufe. Las cápsulas son de 110 x 200 y acogen sobre todo a peregrinos pero también a grupos deportivos y hasta a integrantes de despedida de soltero.