Los niños y niñas definen sus valores y sus ideas a partir de los que establecerán las pautas del futuro personal y, por tanto de la sociedad como tal, en ese momento de su vida que se están transformando en adultos: la juventud. Actualmente, el 83 % de los jóvenes ya gasta más en marcas con propósito, y si miramos hacia los mayores de 65 años el porcentaje disminuye al
39 %.
Es así que queda patente que las nuevas generaciones están preocupadas por los valores que aplican a toda su vida, desde cómo quieren comprar, a las causas que quieren apoyar. La generación Z nació con una pantalla debajo del brazo y crece en un entorno incierto y que cambia constantemente. Se trata de una generación que se está cuestionando todo lo anterior, que es más emprendedora y que revolucionará el ámbito laboral, los valores de las marcas e incluso el propósito de la vida.
Para estos jóvenes temas como la sostenibilidad, la conciencia medioambiental, el reciclaje, la diversidad, la inclusión y la igualdad están presentes en sus decisiones y en su modo de entender las cosas.
¿Escuchamos a los adolescentes?
Nos resulta raro ver a adolescentes liderando movimientos que cambian el mundo. Nos resulta más raro todavía ver a adolescentes que desarrollan proyectos de emprendimiento que solucionan problemas reales de las sociedades. Nos resulta raro ver a adolescentes que en definitiva hablan de “cosas de adultos”.
¿Y por qué nos resulta raro? No hay más que leer algunos de los libros que hablan sobre ellos: ¡Socorro!, tengo un hijo adolescente o ¡Renuncio! Tengo un hijo adolescente,¡ y no sé qué hacer!
Hasta hace relativamente poco, los jóvenes no tenían la capacidad de hacerse oír, pero eso está cambiando porque ya conocemos a diferentes adolescentes y jóvenes en el mundo que están creando un nuevo concepto sobre lo que son también los adolescentes, qué les motiva y qué cosas hacen.
Jóvenes, activistas, empáticos, líderes y muy preocupados por problemas sociales. Son una nueva generación que trabaja desde hace años pero que vemos y escuchamos hoy. Nos demuestran que son capaces, que están cambiando las cosas y que tacharlos de apáticos y centrados en sí mismos no los representa.
Greta Thunberg, Malala Yousafzai, Emma González, Jack Andraka y Amika George son algunos de los adolescentes que se han convertido en personas influyentes que capitanean proyectos que mejoran el planeta.
Deberíamos cambiar nuestra manera de ver la Infancia y la adolescencia para poder poner el foco sobre sus posibilidades e ideas. Nos centramos en que los niñ@s son el futuro y no vemos que ellos pueden aportar aquí y ahora, porque tienen una visión de la realidad diferente marcada por valores que hoy más que nunca necesita nuestro planeta. Ellos son el presente y es ahora cuando tenemos que apostar por desarrollar todas sus capacidades.
Trabajar con la infancia para avanzar
La realidad es que no generamos espacios donde escucharlos y trabajar con ellos. No sienten que pueden hacer cosas y hasta ahora tampoco contaban con referentes que les inspirasen. A continuación, algunas ideas para que desarrollen todo su potencial:
Trabajar las habilidades
Es necesario que trabajemos las capacidades personales de los jóvenes para que puedan adaptarse a un mundo que cambia a un ritmo cada vez mayor y donde habilidades como la flexibilidad, el trabajo en equipo, la capacidad emprendedora o la comunicación son necesarias para desarrollarse. Es el momento de darle la importancia necesaria.
Crear espacios de reflexión
Empecemos por escucharlos, pero de verdad. Escuchar qué opinan, porqué, qué proponen, … . ¿Alguna vez les hemos preguntado algo?, ¿Sabemos realmente qué opinan?, ¿Qué tienen que decir sobre su futuro?
Innovar para construir
La visión de los consumidores y gobernantes del futuro tiene mucha importancia hoy. Conocer qué ideas tiene una generación con unos valores e inquietudes diferentes a los adultos que dirigen el mundo debería ser esencial para poder tomar decisiones.
Dejemos que hagan
Sé de lo que hablo. He visto durante los últimos años a adolescentes poner en marcha proyectos con esfuerzo, ilusión y creatividad. Nuestro trabajo como sociedad es generar un ambiente donde puedan “hacer”.
Conscientes de esta realidad, desde Líbolis, desarrollamos proyectos que buscan educar en valores y desarrollar las competencias de los más jóvenes. Lo hacemos codo a codo con marcas que apuestan por el futuro trabajando hoy con la Infancia. Ponemos en marcha acciones y proyectos que son un espacio de reflexión e innovación para este público. Es necesario ser el altavoz de las opiniones e ideas de los jóvenes y en ello estamos.
Apostemos por sus capacidades para transformar el mundo. Porque en ellos está la semilla del cambio.
Noemí Bellas Mella, CEO de Líbolis.