Es lunes, llueve y apenas pasa gente por la calle Real. Los pocos coruñeses que circulan por ella apenas se paran a mirar escaparates. Cada vez son menos los negocios que nutren la avenida peatonal por excelencia del centro de la ciudad.
La crisis del coronavirus, y la particular del comercio local, han provocado numerosos cierres este último año. Locales como el de Garrote o Intimissimi han colgado el cartel de "Se alquila", mientras que otros se encuentran en liquidación por cierre.
"No sabemos cuánto aguantaremos en esta situación. No nos aseguran seguir abiertos si la cosa no mejora", comenta un empleado de una tienda. Prefiere no revelar su nombre ni la empresa para la que trabaja. "Ha sido un año terrible", continúa.
Responsables de otros negocios rehúsan hacer declaraciones. "No está la cosa para salir en los medios", zanja otro comerciante. Ningún sector se libra de la crisis que atraviesa la ciudad. Locales de hostelería, zapaterías, tiendas de moda… Ha habido cierres de todo tipo en la calle Real.
Rebajas eternas
Si uno se fija en los escaparates de la zona verá que muchos continúan en rebajas. Incluso la Dépor Tienda se ha convertido en un Outlet. Una liquidación que sirve de metáfora de una calle Real que dista mucho del esplendor que lucía hace apenas una década.
Pese a ello, hay que celebrar aperturas. Como la de Buenasuegra, un local de hostelería que inspira su cocina en la gastronomía venezolana. También hay una tienda de la marca de gafas Hawkers o la marca de joyas Apodemia. La cadena de ropa y zapatillas 4 Elementos también abrió sus puertas los meses previos a la pandemia.
También hay "clásicos" que se mantienen. Es el caso de Bonilla a la vista, Sargadelos o Vazva. No todo está perdido, pero quien sabe si esos locales vaciados recientemente volverán a ser ocupados en un futuro próximo o correrán la suerte del emblemático McDonald’s.