Lourido, medio siglo de la primera peluquería unisex de A Coruña
Carlos Lourido es todo un ilustre de las tijeras y los peines. En Os Mallos forjó su fama, que lo llevó a ganar el Peine de Oro y lo encumbró como el peluquero oficial del Súper Dépor
14 enero, 2020 06:00Este 2020 se cumple medio siglo de la apertura de la primera peluquería unisex de A Coruña. Es ni más ni menos que Lourido Peluqueros. En 1970 echaba a andar esta barbería situada en la calle Ramón Cabanillas, en Os Mallos.
Al principio, Carlos Lourido, lucense de nacimiento y coruñés de adopción, solo trabajaba el género masculino. Pero llegó un momento que tuvo que contratar a un segundo peluquero, una persona que había trabajado también en peinados femeninos. Un día, una mujer entró en la barbería y le pidió a Carlos que le cortase el pelo. Este terminó accediendo. Tiempo después llegaron los premios nacionales (le ganó un Peine de Oro a Llongueras) y las portadas en la prensa.
Carlos es responsable de la "mejor permanente de España" y el rubio platino de los jugadores del Dépor para celebrar el título de Liga. De momento, no han decidido cómo celebrarán su medio siglo de historia. "Habrá que hacer algo, digo yo", señala Carlos Lourido.
¿Tu padre ya era barbero?
Mi padre ya lo era, sí. Yo empecé a los 8 años a cortar el pelo en su peluquería. Igual que hizo más tarde mi hija, que a los 5 años ya se cortó ella misma el pelo. Se metió un rape de carallo con la mejor tijera que había en aquel momento en el mercado. Así fue, que salió peluquera también. En Someso les enseñaba ella a las profesoras.
¿Cuándo te trasladaste a A Coruña?
Yo soy de la zona de Lugo, de Riotorto. Me fui a la mili en el 67, a Ferrol. Fui barbero y gaitero mientras estuve de servicio. Empecé a cortar la barba a navaja y me perfeccioné un poco más. Tenía en A Coruña un vecino que tenía una pensión. Mi novia, que terminaría siendo mi mujer, y yo le hablamos para venirnos a vivir aquí. Me buscó trabajo de barbero aquí. Aprendí a hacer muchas cosas. Lavar cabezas, peinar, afeitar a navaja… Al final abrí mi propio negocio y me convertí en la primera peluquería unisex de la ciudad.
¿Fue una época de mucho trabajo?
Sí, la verdad. Sin embargo, el día que más trabajo tuve fue un sábado y solo hice un peinado.
¿Era para alguna boda?
Que va. Era para un hombre. De aquella, se peinaban más que las mujeres, porque te venían con el pelo largo y lo querían bien peinado y alisado. Tuve mucho éxito, porque era de los pocos que sabía hacer eso. Por eso salté a los campeonatos nacionales. Tengo el Peine de Plata y el Peine de Oro. Los tengo escondidos, que son de oro y de plata de verdad. También fui de jurado y tuve que organizar mi propia gala al haber ganado el Peine de Oro. Tuvimos que llevar dos autobuses llenos de gente desde A Coruña a Madrid.
Lourido también tiene fama por haber peinado a varias generaciones de jugadores del Dépor.
Por aquí pasaron todos los jugadores del Súper Dépor. Fran, Djalminha, Mauro Silva, Donato… Todavía sigue viniendo Songo’o. Tenían muy buen pelo, la verdad. Surgió por aquel entonces una anécdota muy curiosa. Un día vino Djalminha a cortar el pelo. Vinieron varios del equipo aquel día, pero cortarle el pelo a Djalminha era como cortárselo a Messi o Cristiano Ronaldo. Lo convencí para teñirse de rubio. Cuando se vio en el espejo, hubo que raparle la cabeza. Y eso que al manager el gustó mucho también.
¿Ahí surgió la promesa de teñir a los jugadores de platino si ganaban la Liga?
Efectivamente. Estábamos muy bien clasificados y me prometió a teñirse si ganábamos la Liga. Y cumplió. Tuvimos que ir a los vestuarios y los teñimos con guantes para terminar rápido y que pudiesen subir al palco a saludar a la gente. Aquello fue un auténtico bum. Dio la vuelta al mundo.
¿Marcó tendencia en la ciudad?
¿Tú sabes la cantidad de mechas y tintes que tuvimos que hacer? Fue extraordinario. Todo el mundo se tiñó de rubio. Tendríamos que hacerle un monumento a Djalminha por aquello. A los niños los teñíamos de tres en tres porque no dábamos a basto.
También me han comentado que tuvo mucho éxito la permanente que le hicisteis a Julio Salinas.
Bueno. La permanente de Julio Salinas fue la más famosa de España. En todo el mundo, si me apuras (bromea). Fue lo máximo. Se pusieron muy de moda las permanentes desde aquella.
Tenía buen pelo Julio de aquella.
Y todavía lo tiene. También venía Patxi, pese a que jugaba en el Celta. Tenía que venir agachado para que no lo reconocieran.
¿Cómo es adaptarse a las nuevas modas?
Nosotros procuramos estar siempre en la cresta de la ola. Si se lleva corto, lo cortamos corto. Si la moda cambia, nosotros cambiamos también. Todo lo que sale, aquí lo aplicamos. Nosotros nos hemos llegado a adelantar a las modas.
¿Tus hijos quisieron seguir los pasos de su padre?
Mi hijo Pablo, cuando cerraba, se venía aquí a escondidas. Le cortó el pelo a un amigo. Aquello era horrible (risas). Tenía calvas por todos lados. Tuve que arreglárselo. Al final, le expliqué tres o cuatro cosas y ahora es tan bueno como yo. Olalla también le da muy bien. El mayor no, se hizo ingeniero industrial. Pablo ahora está en Juan Flórez con su propio negocio, totalmente independiente. Quizá hoy puedo decir que cualquiera de mis hijos corta el pelo mejor que yo. Al fin y al cabo, somos escultores del cabello. Cortar el pelo, lo corta cualquiera. Lo que nosotros hacemos es arte.