Las Maruxas son unas galletas de nata de producción ecológica que nacieron hace once años en la Granxa Maruxa de Monterroso (Lugo) y que desde 2016 son elaboradas en San Sadurniño (A Coruña). Confeccionadas de forma artesanal respetando la receta tradicional, las populares Maruxas solo llevan tres ingredientes: nata, azúcar y harina.
Las galletas fueron bautizadas en homenaje no solo a sus orígenes sino también a todas las mujeres de Galicia, donde el nombre de Maruxa es muy común. Esta marca creada por mujeres y con trabajadoras también del sexo femenino, su plantilla llega a triplicarse durante la temporada alta para elaborar un producto hecho siguiendo una receta tradicional de zonas rurales en la que se aprovecha la nata que aparece al hervir la leche.
"Estamos certificadas por el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Galicia y contamos con el sello europeo de agricultura ecológica", explican fuentes de la empresa. La firma gallega constató un cambio de tendencia en el consumidor, que ahora busca más alimentos frescos, de cercanía y ecológicos. "Cada vez, los consumidores son más exigentes. Miran más los productos y las materias primas que se usan, huyen de las materias primas artificiales como colorantes y conservantes y de todo aquello que hace que el producto no solo sea menos natural sino también menos sano", explican fuentes de la empresa.
Materia prima de calidad
Las Maruxas están elaboradas exclusivamente con tres ingredientes: nata, harina y azúcar. La nata cruda utilizada para hacer estas galletas las convierte en únicas y las diferencia de otros productos disponibles en el mercado en los que prima la mantequilla o la nata procesada. La firma gallega obtiene esta materia prima de granjas con explotación en ecológico situadas en la provincia de A Coruña.
La harina está molida en molino de piedra con una práctica tradicional que permite que no se destruya el germen del cereal, por lo que el nutriente se mantiene y la calidad de la materia prima es mucho mayor que en las harinas refinadas. La empresa la adquiere en la zona de Castilla y León, mientras que el azúcar de caña ecológico procede de Brasil.
"En el procesado de los ingredientes no utilizamos ningún proceso mecanizado, se realiza a mano. Las galletas son todas distintas porque no van con moldes, las hacen a mano las mujeres que trabajan con nosotras como reposteras", explican fuentes de la empresa. El único proceso en el que intervienen las máquinas es el amasado, ya que la gran cantidad de ingredientes que se usan para elaborar cada lote implica la utilización de mucha fuerza.
A la venta en tiendas "de toda la vida"
La firma intenta conservar la tradición en el sabor de sus Maruxas, que hace según la demanda del consumidor. Verano y Navidad son las épocas en las que más aumenta la producción, con hasta 200 kilos diarios, mientras que el resto del año la cantidad disminuye. La empresa gallega intenta no almacenar demasiadas: "Aunque la galleta tiene una caducidad larga, de nueve meses, y eso nos permitiría almacenar bastante cantidad e ir distribuyendo, no lo hacemos. Queremos que llegue al cliente en el menor tiempo posible, que se parezca lo máximo posible a hacerlas en casa y tomarlas".
Estas galletas tan especiales están a la venta en diferentes formatos y con varias cantidades de producto para adaptarse a las necesidades del consumidor. "Somos una empresa pequeña, no estamos nada industrializadas. No está reñida la tradición y hacer las galletas de esta manera con darle al cliente un servicio eficaz", explican desde la gerencia de las Maruxas.
Las personas responsables de la marca no trabajan con ningún tipo de distribuidora y mantienen el contacto directo con sus clientes, mayoritariamente tiendas gourmet o pequeños establecimientos de proximidad que seleccionan de forma cuidadosa. Los consumidores pueden encontrar las Maruxas en la frutería o el ultramarinos "de toda la vida" y en espacios como las tiendas del Club del Gourmet de El Corte Inglés, que se ajustan a la filosofía que busca promover la marca gallega.
La acogida de las Maruxas fue muy buena en Galicia y también en el resto de España, donde tiene varios puntos de venta. Los habitantes de Toulouse (Fracia) son los únicos a nivel internacional que pueden adquirir este producto gallego gracias a una emigrante que se puso en contacto con la firma para poder comercializar las galletas de nata en su local. Las responsables de la empresa no descartan su expansión más allá de las fronteras nacionales, pero recuerdan que la disponibilidad de la materia prima limita la capacidad de producción de las Maruxas y que no quieren perder la esencia artesanal de estas galletas tan ricas.
Las Maruxas más especiales
"Llevamos sacando ediciones limitadas desde 2019", explican fuentes de la empresa. Las responsables de la firma están vinculadas al mundo de la cultura y la tradición gallega y pensaron que era una buena idea colaborar con artistas para crear la imagen de sus envases. La primera edición contó con un diseño de Leandro Lamas, que captó la esencia de las Maruxas y el rural de Galicia. La segunda lata de edición limitada fue un homenaje al barrio de Canido (Ferrol) y al movimiento que surgió alrededor de Las Meninas en 2008 de la mano del artista ferrolano Eduardo Hermida.
La galletas de nata se convirtieron este 2021 en patrocinadoras oficiales del Xacobeo. "La lata de este año es una representación del Pórtico de la Gloria de Elga Fernández Lamas. Es una lata redonda que salió en diciembre y que tendremos a la venta durante dos años porque el Xacobeo aumentó hasta el 2022″, explican fuentes de la empresa. El objetivo de la firma con este tipo de iniciativas es reflejar la actualidad, temas arraigados en la cultura de Galicia o que son interesantes para formar parte de estas ediciones que ya tienen su público entre los coleccionistas.