Blanquiazul, Joma, Adidas, Feiraco, Dreamcast, Rox, Leyma, Umbro… Muchos ya sabrán de lo que estoy hablando. Cada camiseta del Dépor es un mundo. En sus 114 años de historia han sido muchos los jugadores que la han lucido con orgullo en campos de toda Europa.
Muchas se han ido perdiendo, escondidas en cajones o en cajas de ropa. Algunas de las más antiguas que se conservan se pudieron ver en la exposición que el club y el Concello tenían en el Kiosko Alfonso. Sin embargo, hay un coruñés que guarda en su armario auténticos tesoros de la historia del club.
A Luis Arístegui le llamaba mucho la atención una cosa de pequeño. "Yo nací en el 1987 y viví la mejor época del Dépor. Recuerdo ver a mis jugadores preferidos con camisetas de manga larga, que no las encontrabas en las tiendas", recuerda. Con 16 años, "en cuanto tuve algo de dinero", decidió empezar a comprar esas equipaciones que tanto lo marcaron.
"Empecé comprando poco a poco, mediante subastas en Ebay y páginas especializadas. Fui haciendo contactos, intercambiando camisetas con coleccionistas de otros equipos", cuenta Luis. Ahora posee casi un centenar de camisetas que son historia del Deportivo. "Somos tres los grandes coleccionistas del Dépor: Nico, de Argentina; Fernando, de Madrid, y yo", cuenta.
Prendas de Bebeto, Makaay, Djalminha, Tristán ocupan gran parte de su armario. En la cocina de su casa, sobre la mesa, un paquete delata una última adquisición. "Es una camiseta de Valerón de la temporada 2000/2001. Es la dorada que usó en un derbi contra el Celta", cuenta. ¿Su procedencia? Un secreto bien guardado: "No puedo decir siempre a quien le compro, porque son jugadores, familiares o personas de su entorno".
Grandes rarezas
En el armario de Luis hay camisetas históricas como la edición de manga corta que Sergio González hubiese llevado en la final de Copa del Rey. Pero también hay grandes rarezas y diseños y estampas olvidadas.
Es el caso de la camiseta de la presentación de Bebeto. Aquel día en Riazor, el crack brasileño lució el número 4 en su equipación en lugar de su característico 11. "Se la compré al doctor de la selección brasileña y ahora mismo está expuesta en el salón de la fama de México, en Pachuca", cuenta Luis.
También cuenta con ediciones totalmente descatalogadas de los años 80, cuando las grandes marcas como Umbro todavía no vestían al Dépor. "En aquella época era difícil vestir la equipación oficial. En las tiendas no las había y a las que vendían había que coserles el escudo. Tuve que comprárselas directamente a los jugadores, que tampoco se quedaban con muchas", cuenta.
De hecho, de aquellos años es la camiseta por la que más ha tenido que pagar Luis. Se trata de una equipación alternativa en azul de la temporada 1986/1987. "La del año que nací", destaca. Una auténtica rareza para la que ha tenido que desembolsar más de 1.000 euros.
El futbolista cambia el precio
Lo habitual es que una camiseta no llegue a esa cantidad. "Llega un momento en que es mucho dinero invertido. Puedes pagar 100 o 800 euros. Depende del nombre que venga en la camiseta. Una de Mauro Silva o Diego Tristán va a costar más", dice Luis.
La media, según calcula, estará en unos 120 euros. En ocasiones son los propios futbolistas quienes acuden a Luis en busca de consejos. "Algún jugador de renombre me contactó porque no tenía camisetas de su época y quería una para su hijo. También un ex del Dépor que fue internacional en el mundial de Estados Unidos de 1992 me escribió para que le tasase las camisetas que tenía de aquel campeonato. Terminé comprándoselas", cuenta.
Un ídolo y una marca
Luis tiene claro qué camisetas de su armario son las más especiales. "Mauro Silva me parece un referente por todo lo que significó para el Dépor, tanto dentro como fuera del campo", cuenta.
Guarda con especial cariño tres equipaciones blanquiazules que le firmó el mediocentro brasileño. Una de ellas, con la que se consiguió la Liga, es para él el mejor modelo de la historia del club. "Las de Adidas son las más bonitas estéticamente, y también por calidad. Las actuales si te duran seis lavados, gracias. Eran otros tiempos y se cuidaba todo mucho más", afirma. De aquella época tiene una de Manteca Martínez que compró solo porque su mujer se apellida igual.
Pese a tal despliegue de nostalgia blanquiazul a través de camisetas originales, el Deportivo nunca contactó con él. "No hago esto por los reconocimientos, lo hago porque me gusta. Lo bonito sería que la gente pudiese verlas, haciendo una exposición", cuenta.