A Revolta das pedradas, cuando las gallegas lucharon contra el hambre
La historia -todavía muy desconocida- de cómo cientos de mujeres de la comarca de Ferrol desafiaron al gobierno español en plena Primera Guerra Mundial.
30 mayo, 2021 06:00La Gran Guerra o Primera Guerra Mundial fue un evento a gran escala que enfrentó a todas las potencias industriales y económicas de la época. Se estima que desde 1914 a 1918 fallecieron unos 30 millones de personas debido a las batallas, pero también debido a los éxodos y las hambrunas. Durante la Primera Guerra Mundial España permaneció neutral, pero el conflicto se convirtió en un negocio a costa de sus propios ciudadanos. Convertida en la despensa de la guerra, se desabasteció el mercado interno, provocando el aumento de precios de productos tan básicos como el pan, el carbón o el aceite. En Galicia, en la comarca de Ferrol, el hambre hizo estallar a miles de mujeres, que se rebelaron contra los que se estaban enriqueciendo mientras ellas y sus familias no tenían ni para pan. Así fue como durante once días de disturbios, “A revolta das pedradas” obligó a declarar el estado de guerra y puso en jaque a España y a su Gobierno.
El 1 de agosto de 1914 el mundo acababa de entrar en guerra. "En toda Europa se apagan ahora las luces y puede suceder que jamás volvamos a verlas encendidas”, manifestaba el Ministro de Exteriores británico, Edward Grey. Un mes antes, un nacionalista serbio había asesinado en Sarajevo al heredero de la corona austrohúngara, el archiduque Francisco Fernando, comenzando el primer conflicto global de la historia.
Y allí estaba España mientras tanto, a lo suyo. El 7 de agosto de 1914, la Gaceta de Madrid publicaba un Real Decreto por el que el Gobierno ordenaba la más estricta neutralidad. España estaba lejos de los principales campos de batalla y carecía de motivos y recursos para entrar en el conflicto. El rey Alfonso XIII también estuvo de acuerdo en ese papel.
Y nadie echó a nuestro país de menos. Al contrario, España sería la gran despensa de los países beligerantes que necesitaban alimentos, armas, uniformes, metal o carbón. Además, la competencia extranjera despareció del mapa, lo que generó un crecimiento notable de la producción española a la que se le abrían nuevos mercados, hasta tal punto éramos punteros que incluso un modelo español de pistola llegó a ser arma reglamentaria del Ejército francés.
Sin embargo la inflación se disparó mientras los salarios no crecían, lo que acabó provocando el desabastecimiento interno del país debido a la falta de productos de primera necesidad. El Gobierno, en vez de combatir la situación, trasladó la recaudación de impuestos al consumo a Ayuntamientos y Diputaciones, unos impuestos muy elevados además de injustos y discriminatorios. Además, se permitió que los conocidos como “acaparadores” amasaran fortunas debido a que acumulaban productos básicos para aumentar su precio artificialmente a costa del hambre de los más pobres. Un día de trabajo ya no era suficiente para comprar una docena de huevos, harina o pan.
Todos estos condicionantes crearon la tormenta perfecta para que en marzo de 1918, en la comarca de Ferrol, campesinas, obreras y amas de casa junto a sus hijos se plantaran y, durante once días, salieran a la calle para luchar contra el hambre.
Trabajadoras de la fábrica de textil de Neda de la que ya hablamos aquí fueron las primeras en denunciar a las autoridades lo que estaba ocurriendo y, ante su pasividad, se dirigieron a las tiendas de los acaparadores, donde fueron recibidas a tiros. Tras el primer altercado se organizó una comisión de mujeres que, como medida de presión, cortaron el suministro de alimentos a la ciudad de Ferrol. Además trataron de organizar una reunión con el Gobernador, pero éste nunca llegó a recibirlas.
Debido a ello las mujeres cortaron todos los accesos a la ciudad, el puerto y la estación de tren, se convocó un paro general en los Astilleros y el Arsenal (grandes motores de la comarca) y se produjeron manifestaciones con miles de participantes que serían dispersadas a tiros por la policía y en donde morían un niño y un adolescente. El ejército se despliega por la noche en la ciudad. Las mujeres paran trenes con comida para asaltarlos y repartir su carga entre los más necesitados.
El día 13 de marzo se celebra en Sedes, Narón, la Feria del Trece, donde las mujeres siguen peleando por su derecho a no morir de hambre. En la Feria se presentan unidades del ejército al que se da orden de disparar a las manifestantes. Ese día se produjo una matanza, con siete muertos y cientos de heridos.
Al día siguiente 6.000 personas se dirigieron a Sedes a homenajear a las víctimas con una corona de flores. Por el camino asaltan de nuevo los trenes con comida que eran escoltados por tropas del ejército. Cientos de mujeres se tumban en las vías para detenerlos.
El 15 de marzo el Gobierno declara el Estado de Guerra y la Comarca de Ferrol quedaba aislada del mundo. La revuelta era aplastada y el 18 de marzo las tropas comenzarían a retirarse de las calles. Poco tiempo después la Gran Guerra finalizaba y todo volvía a la “normalidad”.
Un mes después se produjo un cambio de Gobierno en España, por el que se concedió una amnistía general en la que no se incluyó a las personas encarceladas por haber participado en esta rebelión. Eso sí, varios alcaldes y autoridades de la comarca de Ferrol se vieron obligados a dimitir de sus cargos.
En honor a las víctimas de aquellos aciagos días se levantaría en 1933 en Sedes un monumento que sería destruido durante la Guerra Civil. A pesar de la importancia de estos once días, su recuerdo fue silenciado, ocultado y cayó en el olvido. La historia oficial enterró esta importante rebelión hasta que a finales de siglo se recuperó su memoria.
Aquella sublevación fue histórica, ya que tan solo ocho meses más tarde, gracias a los acontecimientos de aquellos días, en la primera asamblea del movimiento nacionalista gallego, se reconocía la igualdad de derechos entre hombre y mujeres, un reconocimiento inaudito para la época.
En el año 2018 se erigió en Sedes, Narón, un nuevo monolito en honor a las víctimas de aquella salvaje represión que sufrieron amas de casa, obreras, campesinas y madres que solo querían no morir de hambre. Esta fue su historia. Una historia que debe ser contada, para que nunca jamás se olvide.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
Referencias:
- es.wikipedia.org
- elpais.com
- praza.gal
- igualdade.naron.es
- diariodeferrol.com
- mujerespanyrosas.com
- eldiariofeminista.info
- eldiario.es
- sansadurnino.gal
- nosdiario.gal
- muinhodovento.gal
- Marzo, 1918, Revolta Popular