El barrio del Agra del Orzán es uno de los que tienen mayor densidad de población de España y de Europa. Una zona que no llega a medio kilómetro cuadrado en la que viven 29.000 coruñeses. Pero detrás de este barrio hay una historia.
La cuenta el exconcejal Daniel Díaz Grandío en su cuenta de Twitter. El que fuera edil de Mobilidade Sostible con la Marea Atlántica recuerda el germen del Agra del Orzán. Se trata de una zona muy vinculada a personas foráneas. En su origen, era lugar de residencia habitual de vecinos de la Costa da Morte, ya que ofrecía buenas conexiones con las carreteras que conducen a la comarca de Bergantiños.
Fue en 1948 cuando el barrio cambió completamente, cuando se trazaron las calles actuales en el llamado Plan de Alineaciones. En los años sesenta, la llegada de un mayor número de personas a la ciudad, atraídos por el creciente empleo industrial, provocó que el PXOM de 1967 buscase entre sus objetivos dar cabida a esa demanda habitacional.
Otro de los momentos clave del barrio fue la llegada masiva de los coches. Eso provocó la necesidad de reorganizar sus calles para dar cabida a esos vehículos, ante el escaso número de edificios con garaje. Fue entonces cuando se retiraron los molinos de viento del Agra, que el Concello conserva piedra a piedra por si pudiesen volver a instalarse en algún espacio, como ocurrió recientemente con el hórreo de San Roque.
Las necesidades de un barrio
Con todo ello se llega al período más reciente. La peatonalización de la calle Barcelona en los noventa puso al Agra del Orzán en la vanguardia del comercio moderno y a pie de calle. Algo que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XXI.
Sin embargo, el número de habitantes continuó creciendo desde entonces. Lo que al principio eran personas procedentes de la Costa da Morte, ahora es el principal hogar de la comunidad africana y latina de la ciudad. Se puede ver en sus negocios y en sus calles.
En la actualidad, una de las principales demandas de los vecinos, a la que hace referencia Díaz Grandío en Twitter, es la de tener más zonas verdes. El eterno debate sobre el parque del Observatorio o la reciente reforma de la plaza de las Conchiñas centran el debate de los equipamientos públicos del barrio. Un debate que ha permitido a Díaz Grandío repasar la historia de uno de los barrios más poblados de Europa.