Así era el Puerto de A Coruña cuando los emigrantes gallegos partían a América
En uno de los capítulos de la historia de Galicia que se expone en el Museo Gaiás, está la reconstrucción del puerto de A Coruña en 1950; gracias a la realidad virtual, podemos vivir en carne propia una dura despedida antes de partir a América
18 diciembre, 2019 17:41Hoy es el Día Internacional del Migrante, una fecha con la que Naciones Unidas quiere recordar a las miles de personas que salen de su país de origen buscando un futuro mejor. Entre ellos, los miles de gallegos que en las últimas décadas partieron en lo que se ha llamado "la diáspora gallega".
Hoy es un buen día para fijarnos en una parte del gran proyecto que, bajo la dirección del equipo de ingenieros coruñeses Xoia Software, reconstruye el puerto de A Coruña en 1950 en la exposición Galicia, un relato no mundo, donde precisamente se ahonda en la relación entre nuestra tierra y el resto del mundo a lo largo de la Historia.
Un capítulo que no podía faltar en el recorrido interactivo expuesto en el Museo Gaiás hasta el 12 de abril es el de los emigrantes gallegos. El puerto coruñés fue uno de las principales vías de salida hacia América, destino de miles de gallegos a lo largo de siglo XX y gracias a la realidad virtual podemos revivir cómo era la última visión que tuvieron muchos de nuestros paisanos antes de partir en busca de una nueva vida.
El equipo de PAR (Patrimonio y Arqueología virtual) llevó a cabo la reconstrucción en imágenes, gracias al apoyo del historiador Francisco Alonso Roucido de Estela Arqueoloxía e Patrimonio, que les proporcionó "multitud de imágenes históricas del puerto para llevar a cabo la reconstrucción virtual". Todo ello se transformó en la Experiencia en realidad virtual "Os adeuses".
El equipo de Xoia Software diseñó una experiencia multijugador en el que hasta tres personas pueden interactuar y verse subiendo a bordo, sincronizando sus movimientos reales con los virtuales, haciendo que se pueda "tocar" la barandilla del barco al despedirse de quienes les miran desde la dársena.
El objetivo de todas las personas que llevaron a cabo el proyecto es que podamos ponernos en la piel de un emigrante gallego, que coge su maleta y se sube a un gran barco en el pasará días o semanas, hasta llegar a su destino final: Venezuela, o quizás Argentina.
Lo más duro del momento: la despedida. No había una fecha para el regreso, quizás ni siquiera la certeza de poder hacerlo algún día; ese es el momento exacto y emotivo al que nos traslada en su reconstrucción del puerto en 1950. Hoy todavía son muchos gallegos que, habiendo partido de Galicia hace décadas, sienten morriña y piensan en volver.
Tanto es así, que desde la Consellería de Política Social y la Secretaría de Migración de la Xunta de Galicia, han emitido una declaración que termina así: "Nuestra tierra progresa y avanza, pero no olvida. Y por este motivo, la emigración gallega acaba de ser galardonada con la Medalla del Parlamento de Galicia, y la propia diáspora va a ser incluida en los planes de estudio de la comunidad. Porque para levantar el futuro, conviene tener presente el pasado. Por esto, la nuestra será siempre una tierra de acogida, dispuesta a dar la bienvenida a todos aquellos que deseen caminar hacia delante".