Esta es la historia de las Carmelitas Descalzas, que abandonan Santiago tras tres siglos
Las cinco carmelitas que vivían en el convento han tenido que dejar paso a una nueva comunidad, los Carmelitas Contemplativos, por la falta de religiosas
21 marzo, 2024 05:00Santiago es una ciudad donde, históricamente, la religión siempre ha estado muy presente. Tanto que, pese a su tamaño, Compostela cuenta con más de 40 templos. Esto se debe a la influencia del Camino de Santiago, pero también al alto porcentaje de personas católicas que hay en la ciudad.
Según datos de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, en 2020 el 85,9% de la población de Santiago era católica: estaba bautizada. Un porcentaje que sólo ha disminuido un 14% respecto a 1950, cuando el porcentaje era casi del 100%, aunque sí se trata del más bajo en los últimos 74 años.
La mayor parte de los compostelanos están bautizados y muchos son practicantes. La Iglesia de las Carmelitas Descalzas es uno de los muchos lugares de culto abiertos a diario. Sin embargo, esta se encuentra inmersa en un proceso de transformación importante, pues sus monjas han tenido que abandonar el convento por falta de religiosas.
Desde hace unas semanas Santiago no cuenta con la presencia de la Orden de las Carmelita Descalzas, aunque estas ya forman parte de la historia de la ciudad. Hemos querido conocer su origen en España y, sobre todo, en Compostela.
Quiénes son las Carmelitas Descalzas
Las Carmelitas Descalzas llegaron a España, a Ávila, en el siglo XVI, cuando la monja Teresa de Jesús (Santa Teresa de Ávila) y el sacerdote Juan de Yepes (San Juan de la Cruz) fundaron la Orden de los Carmelitas Descalzos. El atributo "descalzos" hacía referencia a que llevaban sandalias en lugar de zapatos como símbolo de una vida simple.
Esta orden nació del deseo de Santa Teresa de reformar la Orden Carmelita, en la que ingresó con 20 años y que, sentía, debía ser más austera y contemplativa. Esto la llevó a unirse a San Juan para fundar, en 1562, el primer convento de Carmelitas Descalzas en Ávila.
La vida en los conventos de Carmelitas Descalzas está marcada por la oración, la penitencia y el trabajo manual. Son monjas de clausura que se dedican a la contemplación y al servicio a Dios, y están obligadas a mantener siempre un clima de silencio y oración. Estas mismas labores se mantienen en la actualidad, pues la Orden sigue vigente en todo el mundo, continuando el legado de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
Y es que, a pesar de que en un inicio las Carmelitas Descalzas gozaron de poca aceptación dentro de la Iglesia y de la sociedad en general, estas fueron creciendo y expandiéndose por España y el resto del mundo.
¿Cómo llegaron y se asentaron en Santiago ?
A Santiago no llegaron hasta mediados del siglo XVIII, cuando la madre María Antonia de Jesús fundó, en el cruce de las calles de Os Loureiros y Santa Clara, la Iglesia y Convento de las Carmelitas Descalzas. Este fue el primero de la Orden en toda Galicia.
Siguiendo la llamada Regla de Santa Teresa, la actividad llevada a cabo en la Iglesia y Convento de las Carmelitas Descalzas es un testimonio vivo de la historia de la Orden en tierras gallegas, donde han expandido la fe católica fundando enclaves carmelitas en otros lugares como A Coruña, Padrón o Pontevedra. Además, esta es una de las paradas imprescindibles para los peregrinos que llegan a Santiago.
Desde su llegada, las Carmelitas Descalzas han sido parte importante de la sociedad durante casi tres siglos. Sin embargo, la falta de vocación religiosa actual ha hecho que 2024 sea el año en el que separan su camino de la ciudad. De las 21 carmelitas que podían habitar el convento, tan sólo 5 lo hacían.
Por ello, hace unos meses decidieron comunicar a los arzobispos de Santiago y a los superiores del Carmelo Descalzo a nivel provincial y general su intención de abandonar Compostela tras solicitar a otros monasterios de diversos países que alguna hermana carmelita reforzase la comunidad sin éxito.
El futuro de la Iglesia y el Convento de las Carmelitas
El 9 de marzo una abarrotada iglesia del Carmen acogió la despedida a la comunidad de Carmelitas Descalzas de Santiago. En el acto estuvieron tanto el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, como el arzobispo emérito, Julián Barrio. El adiós se oficializó con la entrega de llaves por parte de la madre Ana a una nueva comunidad que llega desde Colombia para mantener abierto el templo.
Las Carmelitas no querían abandonar la ciudad sin antes asegurarse de que la actividad de la Iglesia seguiría en marcha y de que en el Monasterio seguiría habiendo vida religiosa. Por ello, los Carmelitas Contemplativos han sido los elegidos para coger este testigo, mientras ellas se marchan a otros conventos esparcidos por el mundo a continuar su labor.
Pese a que la fe sigue estando muy presente en la sociedad, lo cierto es que cada vez hay menos vocación religiosa entre los jóvenes. Esto hace que muchas iglesias y órdenes de toda España estén teniendo problemas para mantener los mínimos de monjas y curas que exige el Vaticano por templo.
En el caso de la Orden de las Carmelitas Descalzas la crisis de Santiago no es la única. En Málaga, en el convento de Ronda, también busca monjas para poder seguir existiendo en la ciudad.