Los secretos de los cuerpos de la Catedral: los peregrinos que construyeron Santiago
El investigador Patxi Pérez Ramallo desvela los misterios de la necrópolis del templo compostelano
5 febrero, 2023 06:00¿Quiénes fueron los primeros peregrinos?¿Cómo eran? ¿De dónde venían? ¿Qué comían? Estos son algunos de los misterios a los que 33 cuerpos enterrados en las catacumbas de la Catedral de Santiago podrían dar respuesta. Una investigación dirigida por el historiador y antropólogo forense Patxi Pérez Ramallo ha encontrado que la mitad de estos restos pertenecían a peregrinos y extranjeros.
El investigador, compostelano de siempre, tiene claro cuando “se le encendió la bombilla” para averiguar más sobre estas personas. “Estaba atendiendo a un peregrinos en el Museo de la Catedral, entregando las famosas audioguías que te dan información sobre el edificio. Un peregrino americano llegó y entablamos conversación. Nos llevamos bien, así que al final de la visita le preguntó qué tal. Me dijo que le había gustado mucho pero que no le terminaba de gustar y me extrañó, pensé que había algo mal con la audioguía así que le pregunté. Me dijo que estaba muy bien todo pero no había aprendido nada de los que levantaron a la Catedral”.
Pérez Ramallo, entonces graduado de Historia y ahorrando para hacer un máster en el extranjero, consideró esta idea, recordando que en los años 50 había habido excavaciones en la necrópolis del templo pero que desde los 80 el lugar no se había vuelto a tocar. El compostelano se propuso volver a estudiar estos restos y comenzó una ronda de peticiones, preguntas y trámites para poder hacerlo. Desde entonces recuerda la reticencia, especialmente por parte de antiguos arqueólogos en volver a abrir las tumbas, pero él insistió que se podía hacer más. “Entonces las técnicas que yo iba a aprender en el máster no eran comunes en España”.
Su propósito era claro: saber cuáles de los cuerpos pertenecían a peregrinos, a personas de fuera. El análisis lo hizo a través de pruebas isotópicas y carbono 14 en dientes y costillas. Pero conseguir los elementos para las investigaciones requirió de unos curiosos aliados: los caracoles. Estos invertebrados, que Pérez Ramallo tuvo que recolectar, permiten desvelar todo tipo de secretos sobre los huesos, desde su dieta, la vegetación de orígenes o la característica de la tierra de donde viene.
Con toda esta información, el investigador pudo comenzar a cuadrar las piezas del puzzle y a elaborar los perfiles de cada uno de los cuerpos. Lo que descubrió en los primeros 8 cadáveres lo cambió todo: 6 de los 8 eran de fuera, inmigrantes llegados a Santiago de Compostela durante los siglos IX y X. Los resultados de este estudio los incluyó en Multi-isotopic study of the earliest medieval inhabitants of Santiago de Compostela (Galicia, Spain), que publicó la revista Archaeological and Anthropological Sciences.
Huida del califato y expansión del Camino
“Sobre todo al principio del siglo 9 la primera mitad del 10, encontramos los individuos que venían de Al-Andalus. Podrían ser venían sacerdotes que huían entonces de esa parte y se instalan en el reino de Asturias. Al principio la emigración podía venir de Mérida, de Madrid. Después ves las fuentes que te lo confirman y ves que por ejemplo en Madrid se sublevaron y hubo una lucha y todo tiene sentido”, explica Pérez Ramallo.
En Santiago muchos de estos peregrinos consiguieron una libertad de la que el investigador habla con admiración. “Es una ciudad que se hizo de inmigrantes. Hasta el siglo XII necesitaban población. Si tu eras un siervo en otra parte de España , no eras libre pero si pasabas dos semanas en Santiago y tu señor no te reivindicaba, que según las leyes municipales no podía hacer por que el poder reinante era la Iglesia, pasabas a ser libre podrías crecer, cambiar de cambiar de profesión, construir una nueva vida”.
Pérez Ramallo reconoce parte de su historia personal en estas circunstancias. Sus padres eran de la comarca de O Barbanza y hasta Santiago llegaron también empujados por el trabajo. “Es una ciudad muy pequeña pero cosmopolita. La universidad y el Camino le han marcado el ADN y recibe a todos con los brazos abiertos”.
Ecos de la actualidad compostelana se pueden escuchar en estos restos también. Si ahora los turistas no se olvidan de parar en alguno de los locales del Franco para probar almejas, pulpo y todo tipo de marisco, los del siglo IX también. “Pasaban de tener una dieta de siervo a un mayor poder adquisitivo e incorporar proteínas, marisco, que costaban más dinero”.
Las mujeres también peregrinaban
Quizás uno de los aspectos que más rompan esquemas, por pura creencia popular, es que tanto en el Camino como en la necrópolis compostelana había mujeres peregrinas y no estaban discriminadas, por lo menos en este aspecto de su vida. El investigador considera que este fue uno de los descubrimientos que más le rompió los esquemas y con los que se dio cuenta de los prejuicios con los que investigaba.
“Hemos encontrado que había igualdad en número de mujeres y hombres. Lo que importaba en el entierro en la Catedral era el estatus, pero no el género. Está claro que era una sociedad mucho más patriarcal, con una mujer muy sometida, pero que peregrinaba igual.”
¿La diferencia entre estas caminantes y sus homólogos? El dinero. “Por lo general tenían un estatus social y económico mejor que los hombres. Descubrimos que las mujeres comían mejor, una dieta más rica en proteínas, que eran las que en esa época se lo podían pagar. Las pobres también peregrinaban, pero no a Santiago, sino a pequeñas basílicas”.
Un investigador tiene muy presente sobre todo un cuerpo en concreto que le sorprendió. Una joven de entre 16 y 21 años, con un defecto congénito en la cadera. A ella le encontraron en Navarra, en Santa María de Ujuéz, enterrada con una concha cóncava, no una concha de vieira.
“Te está diciendo o que se acababa dando por rendida o que la pobre había sido engañada, sin haber llegado a Santiago. Los cuerpos te cuentan que por desesperación iba buscando el milagro para su enfermedad. Yo me la imagino tan joven, haciendo esta pedazo aventura a mí por lo menos me parece bonita la historia. Aunque da pena porque al final es un cuerpo de alguien que ya no está vivo, al menos sientes que estás devolviendo un poco a la vida.”
La historia de la joven peregrina quizás sea la mejor muestra de cómo ha avanzado el estudio de la historia con los avances tecnológicos. Antes te tenías que quedar con la versión de las fuentes escritas, las grandes historias de reyes y obispos. Ahora se puede saber imágenes de las personas que no tenían voz en esas páginas.
“Lo que encuentras en las tumbas son unas lajas y una tela sin ningún tipo de objeto más allá que a los que entregaron con la concha de peregrino eso es lo que tienes. Cuando apostamos por estas técnicas decimos vamos a darle voz a esta gente, vamos a cuestionar las fuentes. A mi por ejemplo, el hecho de ver que peregrinaban tal cantidad de personas me sorprendió mucho”.
La figura de Santiago y el misterio del Camino
En sus investigaciones Pérez Ramallo descubrió la profundidad de la reverencia al Apóstol y cómo esta se demostraba, sobre todo, a través del dinero. En la basílica que había construido Alfonso III de Asturias previa a la Catedral “no te podías enterrar nunca directamente en el templo, pero podías hacerlo cerca”.
Entonces se creía que cuanto más cerca de los restos del discípulo de Jesús, más posibilidad había de entrar al reino de los cielos. “En términos coloquiales pensaba yo si resucito y Santiago me ve aquí cerca seguro que me perdona los pecados. Cuánto más cerca de la entrada, como los obispos, pues más amigos”, señala el investigador.
Todo este trabajo ha Pérez Ramallo le ha vuelto aún más fan del Camino, pero confiesa que por ahora, no ha tenido tiempo de hacerlo en condiciones. “He hecho tramos, pero allá donde voy promociono el Camino”. El investigador quiere seguir su trabajo investigando más allá de las fronteras españolas para ver hasta dónde llegaban los misterios de este peregrinaje.
Sobre la posibilidad de analizar las reliquias que son los restos de Santiago Apóstol, duda. "Profesionalmente lo haría pero salga el resultado que salga es una cuestión de fe. Podría pasarnos como la Sábana Santa de Turín y convertirnos en centro de debate eterno".