El Monte do Gozo, el Pedroso, el Gaiás, la Almáciga… Santiago está rodeado de montes, algunos de ellos integrados en la ciudad, otros que ofrecen una vista desde la lejanía. De este segundo grupo, ninguno ofrece una vista tan despejada de sus alrededores como el Monte Viso.
No es el monte más conocido de los que rodean la ciudad, pero sí uno de los más queridos por los picheleiros y escenario de un clásico de la música popular.
El Viso se sitúa al este de la ciudad y se eleva a 397 metros de altura, de modo que se encuentra por encima del Monte Gaiás, localizado en su falda, y a medio camino entre el Pico Sacro y la ciudad.
Aunque el ascenso hasta lo alto del Monte Viso ofrece un reto mayor que, por ejemplo, el del Monte Pedroso, se puede realizar sin demasiadas dificultades y desde varios puntos.
Una vez en lo alto, lo que más destaca de su cima es que, frente al caso del Monte do Gozo o del propio Pedroso, está totalmente despejada, con la única excepción de un vértice geodésico.
La ausencia de estructuras y la propia configuración de la cumbre, totalmente despejada por todos sus costados, permiten disfrutar de una vista de 360 grados de Santiago y de sus alrededores.
De este modo, a un lado se puede observar en un primer término la Cidade da Cultura sobre el Monte Gaiás, así como el diseño urbano del Barrio de Fontiñas o edificaciones de gran tamaño como el Multiusos Fontes do Sar o el Estadio Vero Boquete de San Lázaro. Más lejos, la silueta de la Catedral de Santiago se eleva en medio de la ciudad, con el Monte Pedroso enmarcando la imagen.
Por otra parte se puede contemplar todo el terreno comprendido entre el Monte do Gozo y el Pico Sacro, con el viaducto ferroviario de O Eixo cerca de allí.
Para alcanzar el Monte Viso desde Santiago es necesario cruzar la AP-9 por algún paso inferior: su trazado lo separó tanto de la ciudad como de la aldea de O Viso, a la que da nombre.
Más allá de este pequeño inconveniente fácilmente sorteable, el ascenso al Monte Viso es uno de los más recomendables para los vecinos de la capital gallega, que pueden conquistar su cima sin necesidad de abandonar el término municipal y, desde allí, pueden disfrutar de unas vistas espectaculares.