Justo Perfecto Rodolfo Ucha Piñeiro (1882-1981) fue un prestigioso arquitecto, especialmente conocido por sus contribuciones a la edificación modernista de Ferrol. Diferentes diseños erigidos en pleno centro de la ciudad llevan su firma, todos ellos fácilmente reconocibles por los ferrolanos y muy susceptibles de aparecer en su imaginario a la hora de hablar del patrimonio urbano local.
Alarife de amplia formación
Formado inicialmente en dibujo lineal por la Escuela de Artes y Oficios de Ferrol y, más adelante, en arquitectura por dos universidades madrileñas, Ucha entra en 1906 como profesor ayudante en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Al poco tiempo, trata de acceder a un puesto municipal de arquitecto para el ayuntamiento de Madrid, pero resulta rechazado. Es entonces cuando retorna a Ferrol en busca de un empleo fijo, que finalmente consigue en 1909 gracias a la adjudicación de una plaza de arquitecto municipal en Armas. Tras su nombramiento, fue encargado por el ayuntamiento a diseñar una casa de verano como obsequio institucional al por entonces presidente del partido liberal José Canalejas, también ferrolano, pero el asesinato de este a manos de un anarquista armado en 1912 truncó rápidamente dicho encargo. No obstante, su primera obra arquitectónica se levantó en la céntrica calle Dolores en 1910, siendo esta el edificio que a día de hoy ocupa el famoso hotel El Suizo.
Una obra emblemática
A esa bella construcción de estilo modernista le siguió la preciada Casa Romero, que llena con su amoratada presencia la entrada al barrio de A Magdalena desde la plaza de Galicia. También resultan representativas otras de sus joyas arquitectónicas, como la Pescadería de Abastos, las casas Pereira, Rodríguez Fernández, Brañas y Antón, el hotel Ideal o el Casino de la calle Real. Todas ellas recuerdan una época pletórica del desarrollo urbano de Ferrol, mientras embellecen sus calles para deleite de sus vecinos y visitantes.
Buena parte de los diseños de Ucha son de uso público, otorgando a cada uno diferentes utilidades. La pescadería de abastos se ha convertido en el mercado municipal por excelencia, donde llegan los productos más frescos de origen mayoritariamente local.
Sello inconfundible
Enmarcado en un casco histórico de gran interés, el legado de Rodolfo Ucha Piñeiro llama la atención sobre el entorno. Sus obras se aprecian distintas al resto, siendo a veces innecesaria una constatación para adivinar prontamente su autoría.
La arquitectura del modernismo rupturista de Ucha alcanzó en los años veinte todos los rincones a los que llegaba la ciudad por aquel entonces. Al lado del parque Reina Sofía se alza la Casa Antón, un llamativo edificio equipado con un puntiagudo torreón y un patio de estilo andaluz a sus pies. Actualmente, la construcción es sede de las Discípulas de Jesús, un colegio religioso de enseñanza primaria y secundaria.
Posteriormente, durante la guerra también se levantaron otras obras diseñadas por él. Los edificios Calvo Formoso, Pita Saavedra, o el de la Caja de Ahorros que capitanea la plaza de España, también fueron creaciones suyas de finales de los años treinta.
El teatro como buque insignia
Pero la fachada del teatro Jofre, remodelada en 1921, es sin duda la obra estrella del maestro Ucha. La más relevante institución cultural de Ferrol está decorada con elementos teatrales en sus columnas, que dotan al edificio de una mayor elegancia y aplomo, a la vez que son indicadoras de su principal función. El edificio se sitúa en un lugar privilegiado: en las inmediaciones de la plaza de Galicia, frente al edificio de Correos y junto a la Casa Romero, también del arquitecto Ucha. Un obelisco que conmemora a los caídos en África preside la plaza, mientras que la puerta del Arsenal y el Cantón de Molíns la enmarcan a tan solo unos pasos del propio Jofre. Es un lugar ideal para dar la bienvenida a los visitantes que entran en Ferrol a través de la avenida de los Irmandiños que procede del puerto.
Actualmente, en el barrio de Caranza se encuentra el Centro Público Integrado de Formación Profesional Rodolfo Ucha Piñeiro, que recuerda el buen nombre del arquitecto que supo distinguir la ciudad con su inconfundible obra.