Ángela Andrada, actriz y guionista de A Coruña, junto con las actrices Sara Sanz, Marga Sanz y Gemma do Carmo, estrenan en el Notodofilm su cortometraje La batalla. Esta obra, que tiene un fuerte componente local, fue rodada en la playa de Las Lapas, justo en el día en que se celebra la Batalla Naval de A Coruña.
El cortometraje aborda temas cruciales como la educación sexual y el consentimiento en el contexto de una relación, ya sea casual o formal. A través de la historia, se plantea la pregunta de hasta qué punto se ha enseñado a las mujeres a anteponer el placer masculino al propio, a veces de forma tan sutil que ni se percibe, incluso en entornos de confianza.
El proyecto tiene un enfoque muy personal. "El corto se rodó un poco a lo guerrilla en una mañana", comenta Ángela. Además, destaca que el equipo de trabajo fue pequeño y multifuncional: "Fue algo muy pequeñito, ocupándonos un poco todas de todo a la hora de producirlo. Fue codirigido por las cuatro, con un guion mío y un montaje de Sara, y con tres personas más en el equipo", explica. Entre ellos, destacan Pablo Viña en sonido, Andrea Morandeira en fotografía y Miguel Calvo como ayudante de dirección.
La historia nació de una conversación que Ángela tuvo con una amiga sobre una experiencia similar a la vivida por la protagonista del cortometraje. "Por desgracia, muchas mujeres podemos sentirnos identificadas con lo que pasa en el corto, porque así está siendo", afirma Ángela. Y no solo ellas, sino también los hombres, quienes, según la guionista, deberían tomar conciencia de estas situaciones. "Estamos recibiendo mensajes de otras chicas que se sienten reflejadas, y creemos que es importante también que lo vean los chicos para que tomen conciencia", explica Andrada.
"Al final, son contextos muy específicos que no se encuadran en una agresión como tal, pero que responden a la falta de educación sexual y cómo se normalizan ciertas situaciones que no deberían normalizarse", añade la guionista.
El corto termina cuando el personaje masculino, Javier, manda un mensaje de audio a la protagonista, sin saber que ella se había sentido incómoda durante su encuentro. "Es un claro ejemplo de la falta de conciencia sobre lo que realmente está sucediendo. Es una de las consecuencias de la educación patriarcal en la que vivimos", señala Ángela.
No se trata solo de no querer algo, sino también de poder expresar de manera activa lo que no me gusta, lo que no me apetece
A nivel personal, la actriz y guionista también reflexiona sobre la importancia de redefinir las dinámicas del consentimiento. "El sexo es muy complejo, pero no deberíamos quedarnos solo con el 'solo sí es sí', sino también defender que el 'no es no'. No se trata solo de no querer algo, sino también de poder expresar de manera activa lo que no me gusta, lo que no me apetece", relata.
La conexión con el mar
La playa de A Coruña no es solo un lugar de rodaje, sino que tiene un valor simbólico dentro del cortometraje. Andrada destaca cómo la ciudad, con su playa en el centro, se convierte en un espacio común donde muchas veces se realizan quedadas y reuniones sociales. "Creo que la playa en Coruña tiene un componente muy social. No solo por las festividades importantes como San Juan o la Batalla Naval, sino porque es común ver a grupos de amigos reuniéndose allí", cuenta Ángela.
"Queríamos recoger ese espíritu, esa conexión de nuestra ciudad con el mar, en el cortometraje", concluye Ángela. Y es que, a través de su mirada y de la historia de La batalla, se busca visibilizar temas relevantes, promover la reflexión sobre el consentimiento y dar voz a experiencias que afectan a muchas mujeres, especialmente en un contexto tan cercano como el de A Coruña.