Chema Ríos, el ginecólogo apasionado de los Beatles y músico en una banda de rock coruñesa
El ginecólogo es un apasionado del mundo audiovisual y parte de la formación musical Los Fabulosos Weekend que acaban de estrenar videoclip. Los protagonistas de la historia de amor y reencuentro son su madre, la santiaguesa, Beatriz Torre y el modelo nonagenario The Spanish King
23 enero, 2022 06:00Chema Ríos llegó al mundo en Laguna del Duero, Valladolid, pero pasó su infancia y juventud en Santiago de Compostela, subiendo y bajando la Rúa de San Pedro para ir hasta el colegio de La Salle y más tarde en los pasillos de la Facultad de Medicina. Este ginecólogo es además un amante de la música y encuentra en los Beatles un gran bálsamo, siendo un gran coleccionista, acercándose a todo tipo de cosas que tengan que ver con ellos. De jovencillo formó parte del grupo pop Los Linces y ahora comparte conjunto musical con el mismísimo Manuel Manquiña en Los Fabulosos Weekend.
Pero las aficiones de Chema no se quedan ahí y es que es todo un apasionado de la fotografía y el mundo audiovisual así que mezclando todo estos ingredientes no es de extrañar que haya producido e interpretado la canción del videoclip en el que aparecen como protagonistas su madre, Beatriz de 90 años y Andrés García-Carro mundialmente conocido como The Spanish King.
Chema, ¿cómo surgió la idea de hacer este videoclip?
En realidad a mi madre le saco muchas fotos en nuestros paseos o en cualquier momento que aprovechamos para hacer cosas juntos pero nunca le había hecho un videoclip. Lo curioso es que cuando se lo propuse parece que casi estaba esperando la ocasión porque me dijo algo así como “ yo encantada, pero como nunca me lo habías dicho….”.
Teníamos este tema, La Carta, de Los Fabulosos Weekend y por la historia que se cuenta nos encajaba a la perfección que los protagonistas pudieran ser Bea y Andrés, porque también queremos darle una vuelta a la idea de que a partir de cierta edad parece que las personas mayores dejan de ser protagonistas…
Explícame un poco mejor eso…
Tengo un gran amigo y colega vuestro de profesión, Xaime Fandiño, que siempre dice que a los mayores, a los ancianos y no tan ancianos, se les acaba relegando a una especie de gueto. Es como si por cumplir determinada edad tuviese que gustarte a narices meterte en un hogar del jubilado a jugar la partida o pasear a mirar las obras. Me niego a eso porque viendo la esperanza de vida que tenemos al fin y al cabo casi nos vamos a pasar un tercio de nuestra vida siendo de la tercera edad.
En este vídeo se narra una historia de amor y reencuentro entre dos personas y concretamente lo protagonizan un hombre y una mujer de casi 90 y 91 años.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Andrés y Beatriz?
Tengo que decir que se portaron fenomenal. Cierto es que Andrés se dedica ahora de forma profesional a hacer de modelo para diferentes proyectos entonces era más de esperar pero de mi madre me sorprendió gratamente lo rápida que era, hacía las cosas a la primera tal y como se lo pedíamos, una maravilla.
En gran medida me hizo mucha ilusión hacer este videoclip para ella porque Bea, mi madre, cuando tenía 15 años era la solista de la iglesia de Parbayón (Santander) y al parecer la gente iba a verla por lo bien que cantaba. Tal debía de ser su éxito que un día llamaron a su madre para que la dejase ir a la radio. Pero mi abuela, pese a que era una mujer muy culta y avanzada, no le dejó ir. Así que de alguna manera con esta experiencia siento que mi madre se quita esa espinita.
Creo que en el resultado se ve que se lo pasaron bien y eso es lo importante, lo que queremos transmitir.
Andrés es un tipo maravilloso, con una mente privilegiada y una cultura y educación exquisita. Menos mal que tuvimos oportunidad de trabajar con él porque ahora está solicitadísimo. Ya tuvimos oportunidad de hacer con el otro videoclip para un tema de Miguel Ríos que quedó genial. Todo esto lo hacemos por afición, sin ningún ánimo de lucro y si se obtiene algún beneficio lo empleamos para algún fin solidario.
Eres médico, fotógrafo, músico… ¿De dónde sacas el tiempo para hacer tantas cosas?
Yo creo que todo el mundo hace muchas cosas pero estas se ven. Además pienso que es más una cuestión de saber gestionarse bien el tiempo que uno tiene. Yo trabajo, tengo tiempo para sacar fotos, para ensayar… ¡Y hasta duermo la siesta!
Me gusta hacer todas esas cosas y organizo mi día a día para que así sea, que tenemos muchas horas.
Con la productora que hemos montado, Adepende, hacemos estas cosas por puro hobby. Ahora le vamos a hacer otro videoclip a Cañita Brava con una canción creada por él que se titula Creación de amor.
Tengo entendido que lo de la fotografía viene desde bien pequeño…
Efectivamente desde que era un crío que día tras día bajaba por la Rúa de San Pedro hasta el colegio donde estudiaba, La Salle. Resulta que en el bajo de la casa donde vivíamos había una peluquería y allí había una máquina de fotos de juguete. Yo la cogía y sacaba fotos imaginarias. Ahí nació esa pasión.
Después con 14 años mis padres me regalaron una Kodak de unas 1.000 pesetas con la que solo podías hacer fotos de día y con buena luz, porque no tenía flash ni nada de eso.
Así que esa cámara se convirtió en mi mejor amigo. Me la llevaba a todas partes y sacaba fotos “clandestinas” en clase. Poco a poco esa afición fue creciendo, hasta ahora. Tengo fotografías bastante curiosas y otras que tienen valor documental de la época de la Transición que quizás algún día terminen en una exposición o algo similar. En 2017 la Editorial Galaxia y el Consorcio de Santiago publicaron un libro con mis fotografías, Santiago Invisible , cuyos beneficios fueron para Médicos sin Fronteras y en el que intenté dar mi mirada de la ciudad compostelana.
Aunque vives en Coruña, cuando uno te escucha hablar de Santiago nota tu amor por la ciudad…
Yo no nací aquí pero si que me siento de aquí, porque es donde pasé los años que más te marcan. La infancia y adolescencia, los años universitarios… Y vengo mucho porque aquí vive mi madre. Nos encanta pasear juntos por las calles compostelanas.
Tengo muchas anécdotas de esos años mozos, por ejemplo, me acabo de acordar ahora de que siendo críos, hacíamos batallas en las que nos tirábamos piedras… Pues resulta que en una de esas, un día en la Rúa do Medio, al salir de clase, me dieron con una piedra en la ceja y la sangre me tapó la visión. Yo creía que había perdido el ojo porque no veía nada, hasta que al llegar a la peluquería del bajo de mi casa me echaron agua y descubrí que era solo una herida que sangraba mucho. Aventuras de niños de aquella época…