Hoy en día elementos de nuestra vida diaria que antaño eran habituales en la calle se han vuelto poco más que objetos o locales de culto porque escasean y un ejemplo muy claro son por ejemplo las cabinas telefónicas y los videoclubs. De estos últimos llegó a haber decenas en A Coruña hace años pero a día de hoy, en 2020, apenas quedan tres supervivientes. Los propietarios de estos tres locales son conscientes de que el negocio no es del todo rentable pero continúan al frente por lo romántico de la profesión y por su admiración por el buen cine, algo que desean transmitir a esa escasa clientela fiel que aún sigue alquilando películas.
Todos coinciden en que la pandemia ha sido un golpe duro a sus videoclubs, un contratiempo al que también se han unido la piratería, la crisis económica y la aparición de grandes plataformas audiovisuales como Netflix, HBO, Filmin o Amazon Prime, entre otras. A pesar de todo no tiran la toalla y están reinventándose continuamente, ya sea con innovadores servicios de envíos de películas a domicilios de toda España, con talleres de cine u ofertas de varias películas por un módico precio que ni se acerca a la calidad de los títulos que el cliente tiene la suerte de llevarse.
En concreto, en A Coruña siguen abiertos en Monte Alto Aínda DVD (calle Parque, 6), en Os Mallos Atlántico Vídeo (calle Francisco Catoira, 18) y en Monte das Moas System Vídeo (calle Alicante, 5). Entre los centenares de títulos que acumulan en sus estanterías tienen grandes clásicos del cine de hace décadas que en las plataformas no aparecen y que abandonaron las grandes pantallas hace tiempo, además de los sabios consejos de los responsables de cada local, que intentan conocer al cliente y adaptar sus recomendaciones a la inquietudes que manifiestan.
Aínda DVD: Apuesta por el cine europeo, de autor e independiente
Jamie es un canadiense afincado en A Coruña que llegó al mundo de los videoclubs inicialmente como un apasionado del cine y luego por necesidad, pero no económica, sino vital, ya que cuando cerró el ultimo videoclub en la zona de Monte Alto hace unos años sintió como un vacío porque alquilaba películas casi diariamente y decidió lanzarse él mismo a la aventura.
Esta locura improvisada dura ya seis años aproximadamente y el responsable de Aínda DVD comenta que "la única forma de sobrevivir hoy en día es pagar muy poco por el local y tener un sistema de negocio íntimo y particular con muchos títulos diferentes y no varias copias de la misma película". "Cuando empecé no había tanta incidencia de plataformas como Netflix o HBO pero lo que sí proliferaba eran las descargas de material auodiovisual. El coronavirus ha hecho mucho daño a este mundillo", lamenta.
Jamie opina que las plataformas que ahora están tan de moda sobre todo entre los jóvenes "no son el mejor sitio para ver películas" y él apuesta en su negocio por tener títulos antiguas que no se verán nunca en esos soportes, además de filmes de cine europeo, de autor, independiente o familiar."La mayoría de la gente que viene al videoclub busca una buena película, no sólo la última que sale en el cine y esas películas no están en Netflix ni en HBO", dice, a lo que añade que en total acumula 675 socios aproximadamente de los que activos serán unos 300.
Aínda DVD tiene 15.000 películas en catálogo y cuenta con una página web en la que los clientes pueden mirar las películas disponibles en el establecimiento, algo poco habitual en el sector. Igual de innovador es el servicio que han estrenado recientemente, que consiste en el envío de películas a domicilio a cualquier punto de España mediante correo postal y los talleres de cine para jóvenes que comenzaron el año pasado y en los que enseñan a los niños los entresijos de las historias que ven en la gran pantalla.
Jamie es consciente de que su negocio tiene un tiempo de vida limitado que por el momento desconoce y tiene la teoría de que en un momento dado las películas que se estrenen en los cines irán directamente a las plataformas de contenido audiovisual de pago sin crearse ningún producto físico como los DVD. "No sabemos el tiempo que vamos a poder sobrevivir por eso hacemos los talleres y otras cosas para aumentar ingresos. Sólo alquilando DVD en los próximos dos años el negocio no podría continuar", reconoce con cierta tristeza.
Atlántico Vídeo: Clientela fiel y familiar y más de 5.000 títulos
El coruñés Ángel García se jubiló hace unas semanas y ahora todo el peso del videoclub ha recaído sobre su hijo, Rubén García y su mujer, Marina Castro (la cara visible que conocen todos los clientes). El establecimiento comenzó a funcionar en 1985 y hay muchas cosas que han cambiado desde entonces. García asegura que "tiene todo lo bueno que ha salido en el cine desde que el negocio abrió sus puertas y un almacén con 5.000 títulos a parte de los que tiene en tienda". Todo lo que antaño estaba en formato Blu-ray ahora son DVD y García es consciente de que la tienda no es rentable en este momento pero tampoco considera que las plataformas de contenidos audiovisuales lo sean "porque han perdido mucho dinero y hay una burbuja creada entre ellas que va a acabar reventando".
García cuenta que el videoclub tiene "clientela fiel de toda la vida", es decir, gente que empezó a ir gracias a sus padres y que ha extendido a su tradición a sus hijos pero explica que "videoclub y negocio son dos palabras que no casan hoy en día". "En los últimos tres meses habrán venido alrededor de 400 personas al menos una vez. El local está en propiedad, no hay muchos gastos, trabajaba con mi mujer y mi hijo y de esta manera vamos aguantando y capeando el temporal", cuenta, a lo que añade que posiblemente el 80% de los negocios fuera de la hostelería o la alimentación están en una situación similar a la suya "no del todo cómoda por la falta de rentabilidad de la tienda en estos tiempos".
"El consumidor del videoclub y el que va al cine es el mismo, se complementan la visitas al cine con las visitas al videoclub. En A Coruña hay títulos que no se llegan a estrenar o que pasan pocos días en cartelera entonces hasta ahora es con lo que estamos jugando", afirma. En este ámbito considera que está influyendo mucho el coronavirus "porque se están paralizando muchos estrenos de películas comerciales", lamenta. "Es un peligro no tener títulos, pasamos de tener 40 por mes a 20 aproximadamente por la situación actual. Complementamos los títulos con venta de snacks y todo esto me coge con 20 años e igual hubiese buscado alternativas en otro sitio", opina.
García rememora sus inicios al frente del videoclub y echa la vista atrás a tiempos complicados, sobre todo cuando aparecieron canales como Antena 3 y Telecinco o Canal Plus. "De la noche a la mañana aparecieron todos al mismo tiempo y no tenían programación propia, la única manera que tenían de rellenar la parrilla era con películas mañana, tarde y noche. Eso fue una crisis bestial para el vídeo con caídas de ingresos de un mes para otro del 90% y alrededor del año 93 empezaron a desaparecer videoclubs por esta razón", asegura.
Según el coruñés, en 1995 "la situación empezó a repuntar" y en esa época surgieron los VHS, que en el 98 dejaron paso al DVD. "El DVD era de una calidad superior al VHS y la gente que hacía años que no veía al videoclub comenzó a regresar a la vez y aparecieron videoclubs hasta debajo de las piedras, en Coruña puedo llegar a haber en ese momento hasta 70 locales de este tipo", detalla. El responsable de Atlántico Vídeo confirma que los videoclubs que eran sólo cajeros o no tenían tienda física detrás "desaparecieron rápido" y concreta que "en los siguientes años la caída fue un goteo" y que "ahora están en una muerte lenta con el futuro de alquilar físicamente muy contado",
"Para los comercios de barrio no hay relevo, no hay quien nos reemplace a los que tenemos este tipo de negocios ahora y muchos locales tienen las horas contadas. Mientras la gente no se de cuenta de que la única manera de mantener la economía es darle un billete a una tienda y no comprando por internet, ese dinero sólo está sembrando pobreza", apunta.
System Vídeo: Últimas novedades del cine y alquileres a dos euros
"La situación está floja, la gente ha perdido el hábito y otra tiene mucho miedo de venir físicamente y se nota", afirma el responsable del videoclub System Video, José Rama, desde el otro lado del mostrador de su negocio y rodeado de centenares de títulos que invaden toda la tienda. Reconoce que la rentabilidad que le aporta mantener la puerta abierta del local "es relativa" y si la afluencia ya había bajado antes de la pandemia, tras el coronavirus asegura que "mucho más".
"La gente que sea un poco selectiva sobre lo que ve o baja al cine o viene al videoclub porque en las plataformas no están las novedades tan rápido y si están son caras. Yo alquilo todas las películas a dos euros pero veo que la gente joven ya no tiene tiempo de venir porque muchos se dedican casi por entero a las redes sociales", comenta. Uno de los aspectos que más le preocupa a Rama es que "ya no tiene películas para darles a los clientes fieles (alrededor de medio centenar)" debido a que durante la pandemia no hubo estrenos y eso trajo como consecuencia que no se generasen nuevos contenidos que estos cinéfilos pudiesen ver.
"Todos te demandan la misma película que normalmente es la última que sale en el cine, siempre te preguntan por las novedades y muchas veces no la tienes. También puede venir algún chico joven que pide Titanic porque la anuncian en la televisión y le parece buena pero no es lo habitual", asegura. En cuanto a títulos en el videoclub afirma que existen unos 4.000 y opta por estrategias como el 3×2 o varias películas por el asequible precio de cinco euros para seguir tirando del negocio.
"A largo plazo no auguro mucho futuro a los videoclubs, terminaremos cerrando porque cada vez esta todo mas difícil, te invade la piratería y las plataformas y las películas antes de la crisis sanitaria cada vez se estrenaban mas rápido. Yo llevo 32 años al frente del videoclub y la gente que venía al principio cada vez se hace más mayor, no sale y deja de venir al videoclub", dice apenado mientras admite que complementa los ingresos a su vez con un par de máquinas de vending.
"Los que quedamos somos los románticos, los que hemos crecido con el negocio", admite a la vez que se declara un apasionado de la comedia francesa e inglesa "y la expresividad de sus actores que son buenos porque casi todos vienen del teatro".