Las mujeres de familias hidalgas y burguesas tuvieron un papel importante en la sociedad compostelana de la Edad Media. Así lo revela una investigación de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), dirigida por la doctora en Historia Medieval, María Luz Ríos.
El estudio analiza el papel social de las mujeres de las familias más relevantes de Santiago y muestra cómo sus roles "son parecidos a los de las mujeres de familias ricas y nobles de otros puntos de Galicia". María Luz Ríos destaca que estas mujeres eran conscientes de su elevado estatus, que exhibían a través de sólidas relaciones sociales, de las donas -adornos y joyas-, de sus vestiduras o de lis lugares en los que vivían o se enterraban.
Otro de los aspectos que señala la investigación es su interés por las personas menos favorecidas, a las que incluían en sus testamentos y a las que intentaban ayudar con "obras de asistencia social o fundaciones religiosas como iglesias o monasterios". Con estas acciones aseguraban preservar "su memoria y su linaje" así como "buscar su salvación espiritual".
También se destacan casos concretos como el de Mayor Aras, que financió obras públicas relacionadas con la conducción de aguas y que benefició a la ciudadanía pero también a sus propiedades, ya que tenía huertas fuera de las murallas compostelanas que se beneficiaban del riego.
La doctora de la USC, María Luz Ríos, señala que a partir del siglo XIII el poder de estas mujeres empezó a disminuir con la implantación del derecho romano, que introdujo normas no equitativas en la distribución de las herencias y que permitía establecer una mejora para uno de los herederos, normalmente el varón. Aún así, hubo casos como el de Sancha Martín de Tudela, que estableció la mejora sobre su hija María.
Otro de los aspectos que se demuestra es la importancia de la mujer compostelana en el sistema de asistencia social de la ciudad medieval. Desde el siglo XII, las mujeres gozaron de importancia a la hora de atender las necesidades de la población más desfavorecida. "Las mujeres gestionan establecimientos como el Hospital Mayor, situado entre San Martín Pinario y la Acibechería", como fue el caso de Elvira Pego, sobre el año 1480.
En la segunda parte del volumen, la investigadora de la USC presenta historias de mujeres concretas como Teresa Sánchez de Ulloa, mujer del cambiador Pedro Vidal, ya que los matrimonio estratégicos entre burguesía y hidalguía los eximía de pagar impuestos. Otra de las figuras que resalta es Leonor González, quien levantó una capilla en el cementerio de Santiago en la Quintana de Pazos y cuyo tímpano se conserva en el Museo de la Catedral; o Marina Fernández de Tudela, que fundó un hospital para pobres en Santiago, en Santa Cristina da Pena, en 1333.