Valencia vive un horror desde que este martes una DANA descargase toda su furia en el Mediterráneo. Al menos 92 personas han muerto y otras tantas están desaparecidas. Las autoridades no descartan que el número crezca en las próximas horas. Galicia ya ha tendido su mano a la Comunitat Valenciana y los gestos de cariño y apoyo de toda España llegan al sureste peninsular. La desgracia ha tomado por sorpresa al país y el miedo se ha instalado en todo el territorio. Las comunidades autónomas se hacen una misma pregunta. ¿Es posible que una DANA como la de Valencia afecte a mi comunidad?
En Galicia es "muy improbable" registrar una gota fría como la de Valencia. Las DANAS llegan al noroeste peninsular, pero hay elementos que evitan que adquieran magnitudes destructivas. El delegado de la Aemet en Galicia, Francisco Infante, hace una "llamada a la calma" y explica que en la comunidad "no se dan las condiciones para que se produzcan este tipo de fenómenos".
¿Por qué no llegará una DANA como la de Valencia a Galicia?
Las Depresiones Aisladas a Niveles Altos (DANAS) son borrascas que, tras quedar aisladas de la circulación general, producen grandes perturbaciones atmosféricas y precipitaciones de gran intensidad. La gota fría puede registrarse tanto en el noroeste como en el sureste peninsular, pero su capacidad destructora viene condicionada por tres parámetros: la temperatura del agua, la calidez del aire y la orografía.
"La magnitud destructiva de la DANA es mayor si tiene más energía", resume Infante. Generalmente, dicho poder lo obtienen de las aguas cálidas, motivo por el que es habitual que la gravedad de las gotas frías sea mayor en el Mediterráneo que en el Atlántico.
"Las DANAS son más dañinas cuando el centro de la borrasca se sitúa sobre el Golfo de Cádiz porque el flujo de aire circula desde el Mediterráneo al interior de la Península Ibérica"
El segundo condicionante que enumera Francisco Infante es la calidez del aire. De nuevo, "si el aire es lo suficientemente cálido, la DANA puede absorber más humedad, lo que puede traducirse en más precipitaciones".
La orografía es la última gran baza que usan las Depresiones Aisladas a Niveles Altos para aumentar su fuerza. "Son más dañinas cuando el centro de la borrasca se sitúa sobre el Golfo de Cádiz porque el flujo de aire circula desde el Mediterráneo al interior de la Península Ibérica", explica Infante. Para cuando el flujo de aire cargado de humedad se desplaza al interior de Levante —conocida por su elevación orográfica—, la altitud "actúa como disparador de la tormenta", dejando tras de sí grandes precipitaciones.
Tormentas y borrascas, el talón de Aquiles de Galicia
Valencia y el Mediterráneo en general son zonas habituadas a las DANAS, si bien no de la magnitud de la registrada esta semana. El cambio climático es un elemento clave porque "actúa como un amplificador de los fenómenos meteorológicos severos". Galicia, por lo tanto, también se enfrenta a situaciones extremas y de mayor impacto y frecuencia.
Imagen del huracán Kate
Los temporales asociados a las borrascas atlánticas son el talón de Aquiles del noroeste español. Son escenarios habituales en los inviernos gallegos, pero su intensidad podría verse multiplicada por 10 en los próximos años debido al cambio climático.
"Pueden traer consigo precipitaciones intensas, vientos importantes y un estado del mar muy complicado, produciendo así daños muy muy importantes", apunta el delegado de la Aemet en Galicia. Ejemplos recientes son el huracán Isaac o el huracán Kirk, que dejó más de un millar de incidencias en Galicia en pocas horas.
¿Es posible que lleguen huracanes a Galicia?
En el largo plazo también hay una incógnita abierta: ¿podría producirse un huracán en Galicia? Francisco Infante reconoce que "comienza a ser preocupante" el aumento de la temperatura del mar en Galicia. Los organismos meteorológicos estiman que, cuando la temperatura de la superficie del agua es igual o mayor a 27 grados, es probable la formación y afectación de huracanes en el terreno. Galicia todavía está lejos de ese escenario, pero en el largo plazo podría ser un peligro asociado al cambio climático.
"Los huracanes que se forman en la zona tropical están desplazándose más al norte de lo que es habitual. Alguno de estos tipos, como pasó con el huracán Isaac, sí que nos podrían afectar como borrascas profundas", adelanta Infante. "Con el tiempo, si la temperatura del mar sigue subiendo, podríamos tener problemas en el futuro", alerta.