El acusado de maltrato a su mujer en O Carballiño (Ourense): "Se cayó contra el machete"
Los hechos ocurrieron en agosto de 2018 en la fábrica donde ambos trabajaban y ella salió de la cocina del lugar con cortes en los antebrazos que sangraban abundantemente además de con la nariz rota y hematomas en la cara
1 octubre, 2020 17:09SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Oct. (EUROPA PRESS) –
El acusado de agredir a su ex mujer con un cuchillo en el lugar de trabajo de ambos en O Carballiño (Ourense), ha declarado que "nunca hubo episodios de violencia" entre ellos, salvo discusiones "normales". A pesar de haber iniciado los trámites de divorcio en la fecha del suceso (agosto de 2018), ha insistido en que seguía manteniendo una "buena relación" con su ex mujer, y que las heridas se las pudo provocar ella misma.
"Pudo ser que ella se cayese contra el machete, en el suelo", dijo el hombre, a la vez que la Fiscalía ha elevado a definitiva su solicitud de prisión para el acusado destacando que la pena debe ser impuesta en su grado máximo. Además deberá abonar 5156,50 euros al Sergas por los gastos de asistencia a la lesionada según lo referido en la vista oral del juicio celebrado esta mañana en la Audiencia Provincial de Ourense, en el que la defensa ha reclamado la libre absolución.
El incriminado ha asegurado que el incidente se produjo en la cocina de la fábrica donde trabajaban en el transcurso de una conversación. "Ella tenía el cuchillo y yo intenté pararla", señaló, para asegurar que las lesiones presentes en el informe forense (nariz rota y hematomas en el rostro) pudieron ser provocados tras golpearse contra una barra. "Pudo ser que al empujarla, para defenderme, se cayese contra una barra de hierro que hay en la cocina", alegó.
La víctima ha manifestado que fue ella quien inició los trámites del divorcio porque "hubo episodios de violencia, aunque nunca física". "Me insultaba todos los días, me llamaba zorra y aseguraba que si me veía con otros hombres me mataría, por eso tenía miedo", ha añadido, para después asegurar que el acusado le atacó con el cuchillo mientras le decía que le "cortaría las orejas".
Los testigos corroboran a la víctima
Los testigos que estuvieron con la víctima y el acusado ese día de agosto del 2018 en la fábrica y que hoy han prestado declaración ante el juez, han coincidido en que el hombre salió sin sangre de la cocina y ella con cortes en antebrazos, que "sangraban abundantemente". Asimismo, una de las compañeras de trabajo de ambos, que fue quien encontró la escena, ha declarado que le pidió que "parase varias veces" porque la "iba a matar" y que en ningún momento él dijo que ella le había atacado o que se tratase de un accidente.
Los policías que acudieron al lugar del suceso señalaron que "el suelo de la cocina estaba lleno de sangre" y que el arma, un cuchillo afilado, se encontró dentro de una caja. Además, los agentes que le tomaron declaración a la víctima en el hospital al que tuvo que ser trasladada, afirmaron que "en ningún momento hizo un relato incongruente, estuvo consciente en todo momento, con síntomas de nerviosismo".
En la sesión de hoy también han intervenido como testigos de la defensa el hijo mayor del acusado y una amiga en común de la ex pareja. El hijo ha negado que hubiese malos tratos en la vivienda que compartieron durante tres años, mientras que la otra declarante señaló que "ambos tenían conductas de celos" pero "nunca le vi golpearla y a ella sí", concluyó.
No huyó de la escena
La defensa ha mantenido su solicitud de libre absolución para su cliente, destacando que, "en todo momento tenía las llaves de su coche y el coche a disposición pero no huyó" y que se mantuvo "tranquilo" porque "había sido un accidente" porque las heridas "pudieron ocasionarse mediante una caída". Además, también se ha acogido a las palabras del atestado de la policía en las que se decía que aparecieron "muestras de ADN de los dos en el mango del cuchillo".
Por su parte, el Ministerio Público, tras la vista oral, ha decidido elevar a definitiva su petición de pena de ocho años de cárcel para el acusado por un delito de malos tratos continuados ya que, "maltrato no es solamente la agresión física, si no el vivir con miedo constante por insultos y amenazas" además de por las lesiones causadas de las que le quedaron secuelas a la víctima. De este modo, la fiscala ha determinado que queda así acreditado que "la declaración de la víctima hace ver que estuvo postrada en pose fetal intentando protegerse del ataque", dando autenticidad a los testimonios y a la acusación.
La defensa de la acusación por su parte, amparándose en lo expuesto, solicitó la pena por tentativa de homicidio "porque si no llega a escuchar los lamentos una compañera no sabemos cuales hubieran sido realmente las intenciones". A parte, expusieron que "piden la expulsión del país, en caso de condena, porque su arraigo era su ex mujer, ni siquiera cuenta con más vida laboral que la realizada en la fábrica", señalaron fuentes del caso, mientras que el asunto ha quedado visto para sentencia.