El puzle va tomando forma y los acusados por el asesinato de Samuel Luiz cada vez están más cerca de obtener su castigo. En las últimas tres semanas decenas de testigos pasaron por la Audiencia Provincial de A Coruña para contar su versión. Después de tres años, la memoria falla. Algunos no recordaban al detalle lo que habían visto la noche en la que asesinaron a Samuel Luiz, el joven auxiliar de enfermería de 24 años que murió presa de un grupo de desalmados.
Por suerte, la Policía Nacional reservaba desde entonces cada uno de los relatos que contaron los 54 testigos que acudieron a las dependencias policiales en las horas posteriores a la paliza mortal. Incluidas las versiones de los cinco acusados. Después de recabar toda la información en imágenes, declaraciones, pruebas peritales y demás, detuvieron a las cinco personas que ocupan el banquillo de los acusados en este juicio: Alejandro Míguez, Alejandro Freire, Kaio Amaral, Diego Montaña y Katy Silva.
Todas esas pruebas se expusieron a lo largo de esta semana en la sede judicial. En primer lugar, declaró el que fue jefe de la investigación los primeros cuatro meses del caso que calificó el crimen como un acto "brutal, inhumano y atroz". Y a este le siguieron los policías encargados del visionado de imágenes. Gracias a los fotogramas recogidos en la cámara de tráfico de la plaza de Portugal, se pudo demostrar que "todos participaron de una u otra forma para dar muerte a Samuel".
Después de situar en la escena del crimen a cada uno de los procesados, los testigos policiales pudieron afirmar que "nadie quería sacar a nadie de ahí", lo que se traduce en una "unidad de acción". Asimismo, se puede ver a través de otras cámaras de la zona cómo los cinco acusados ven caer a Samuel desplomado en el suelo y huyen por sitios diferentes.
Cinco juicios en uno
Teniendo en cuenta que en este juicio se juzga el grado de participación de cada uno de los acusados, según las pruebas aportadas por la Policía Nacional, esto es lo que hicieron Kaio Amaral, Diego Montaña, Alejandro Míguez, Alejandro Freire y Katy Silva la noche en la que mataron a Samuel Luiz.
Diego Montaña
La primera persona que señala la policía en sus declaraciones es a Diego Montaña. Se le acusa de iniciar la pelea y abalanzarse sobre Samuel al grito de: "Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón". "Es quien le da los primeros puñetazos y se le ve continuar la agresión en toda la secuencia de la paliza", confirman agentes de la Policía Nacional encargados del caso. Las cámaras lo graban acompañado de Katy Silva, la que era entonces su pareja, dentro y fuera del local de ocio nocturno de donde lo echaron por su conducta violenta.
Kaio Amaral
Kaio Amaral se presentó voluntariamente en dependencias policiales el lunes 5 de julio de 2021, aunque con una versión exculpatoria en la que delató a sus entonces amigos. Aunque en las cámaras no se ve cómo roba el móvil de Samuel, en su declaración confesó que se lo había llevado, pero afirmando que no sabía de quién era, que tan solo "se lo había encontrado". En las imágenes se le ve corriendo detrás de Samuel y se le graba entrando y saliendo del núcleo de la pelea. En una de las grabaciones se ve como coge carrerilla con la pierna para pegar una patada, aunque no queda reflejado el impacto.
Alejandro Freire (Yumba)
Alejandro Freire, más conocido como Yumba, es el autor de la técnica del "mataleón". En las imágenes se observa cómo "coge a Samuel por la espalda, lo agarra por el cuello y lo tira al suelo". Es el segundo en sumarse a la pelea. Se le ve caer en un momento dado cuando aparecen los senegaleses y lo intentan separar para que no continúe pegando, pero se reincorpora y "no deja de agredir hasta que Samuel cae desplomado". Yumba es el segundo en acudir a comisaría con intenciones exculparse, pero "en este caso, teníamos datos como para proceder a su detención, no podíamos tomarlo como prueba testifical", indicó el jefe instructor.
Katy Silva
La policía mostró las imágenes en las que Katy Silva "apartó a Lina, la amiga de Samuel, para evitar que esta pudiese auxiliarlo". Los dos primeros agentes que llegaron a la escena del crimen a los pocos minutos de que Samuel cayera desplomado en el suelo confirmaron que Lina les había contado que una chica "la empujó". Aunque en los fotogramas se observa como la acusada "intentó parar" a Diego Montaña cuando se abalanzó sobre Samuel, no vuelve a intentar intervenir, por el contrario, les "sujetó las cazadoras de Diego y Yumba (Alejandro Freire) mientras estos golpeaban", sin "intentar parar la paliza".
Alejandro Míguez
Según los datos recogidos en la investigación a Alejandro Míguez nadie lo vio pegar a Samuel Luiz, no hay fotogramas que lo impliquen y tampoco hay rastro de ADN de la víctima en su ropa. En la secuencia del vídeo facilitado se le ve corriendo detrás de Kaio en la persecución a Samuel. Ahí "entra en el núcleo de la agresión, donde sale despedido", sitúan los testigos policiales. Según un amigo con el que habló el procesado después de la agresión, este le dijo que "no pudo hacer nada porque lo agarró un negro", por lo que la policía pudo concretar que Míguez había mantenido un "forcejeo" con Magatte, uno de los senegaleses que trataron de auxiliar a Samuel.
El desgarrador testimonio del padre
Al juicio por el crimen de Samuel Luiz fueron llamados testigos presenciales, así como personas que conocían al joven fallecido. Nadie lo conocía más que su padre, Maxsoud Luiz. Este pasado lunes, testificó la persona que lo vio nacer y lo vio marchar. Su relato fue clave para recordar quién era el estudiante auxiliar de enfermería que perdió la vida en la madrugada del 3 de julio de 2021.
"Lo que hicieron con mi hijo fue odio, ni a un perro se le deja tirado en la cuneta", rompía a llorar en su declaración Maxsoud Luiz. Fue la primera persona a la que llamaron desde el hospital. Lo último que vio de Samuel fue su rostro irreconocible tras la brutal paliza que recibió minutos antes. "Mi hijo era una persona con valores. Era un ejemplo de educación dentro y fuera de mi casa", contaba Maxsoud ante el jurado. Pero no solo eso, también era su "mejor amigo".
"Nos lo contábamos todo. Una vez le pregunté por su condición, pero él me dijo: 'Papá, no es el momento'", la familia intuía la orientación sexual de Samuel y la respetaba. Sin embargo, siempre se quiso desvincular de la figura que se atribuyó a su hijo dentro del colectivo LGTBIQ+ tras el crimen. "No vendo a mi hijo, que nadie hable por mi familia", quiso dejar claro.