Los radares pedagógicos instalados hace unos meses por el Concello de A Coruña seguirán sin activarse, por el momento. "No es el objetivo del Ayuntamiento sancionar, sino reducir la velocidad", ha recordado esta mañana la alcaldesa, Inés Rey, ante las preguntas de los medios.
En las próximas semanas, el Consistorio analizará los últimos datos recogidos por los radares y, en función de lo que indiquen, comenzarán a sancionar o, por el contrario, seguirán sin activarse. "Si vemos que la velocidad no ha bajado, nos plantearemos ya activarlos como radares sancionadores", explicaba Rey a los medios.
Sin embargo, esta no sería la decisión favorita de la regidora. "Multar es el último recurso", decía, a la vez que defendía la concienciación ciudadana como mejor recurso para garantizar "la seguridad vial" en las calles de A Coruña.
En total son 7 los dispositivos que integra esta red, si bien no todos ellos cuentan con un radar real. En la mayoría de casos tan solo cuentan con la estructura, pero no con el mecanismo necesario para medir la velocidad. Es una red de radares móviles, tan solo dos de ellos multarían.
Los radares están ubicados en la Tercera Ronda, la avenida Finisterre o Alfonso Molina, entre otras zonas. Los registros municipales han llegado a localizar picos de hasta 122 km/h. En las próximas semanas se revisarán de nuevo los datos y, en caso de comenzar a multar, el Concello informará con antelación.
La ciudad dispone de un total de 10 radares pedagógicos repartidos en diferentes zonas de la ciudad, tres de ellos donde el tráfico de vehículos es intenso (avenida de Alfonso Molina, Pedro Barrié de la Maza y avenida de la Habana), mientras que los otros siete restantes están instalados en zonas próximas a centros escolares, como la Estrada dos Fortes, Juan Flórez y avenida de Sardiñeira.