Desvelada la identidad del propietario del boleto de la Primitiva en A Coruña 11 años después

El documental El misterio del boleto millonario de RTVE desveló ayer la identidad del propietario del boleto de la Primitiva de A Coruña que lleva sin dueño desde 2012. La Policía Nacional efectuó una minuciosa investigación que cerró en 2021 y tras la que determinó que José Luis Alonso había sido la persona que selló el boleto el 26 de junio en la administración del Carrefour de Alfonso Molina.

El responsable de la administración de San Agustín, Manuel Reija, comprobó esta Primitiva y otros tres boletos el 2 de julio de 2012. La persona que los había sellado, sin embargo, se marchó con 3,5 euros de uno de ellos pero sin los 4,7 millones que habían tocado en la Primitiva. Desde entonces, unas 270 personas han asegurado ser las propietarias del dinero.

Dos policías se dedicaron en exclusiva al caso durante dos años, según desvela el documental, un trabajo por el que fueron reconocidos. Y es que tras indagar lo que había ocurrido con el lotero, que aseguró que se había encontrado el boleto sobre el mostrador, y los pasos del posible dueño de la Primitiva, los agentes concluyeron que el propietario era José Luis Alonso, fallecido en 2014.

La Policía sabía que el dueño del premio había jugado cuatro boletos, dos de los cuales se correspondían con una combinación que el hombre sellaba de forma habitual y manual. Los agentes comprobaron que los números habían sido sellados sobre todo en A Coruña, pero también en Palma de Mallorca, Fuerteventura, Málaga y Pontevedra, por lo que concluyeron que su propietario era un coruñés que viajaba.

Las horas y los días en los que acudía a las administraciones, además, parecían indicar que en principio se trataba de una persona con mucho tiempo, un jubilado que iba con el Imserso. La información disponible apuntaba a José Luis Alonso como propietario del boleto. El hombre falleció en enero de 2014, pero los agentes interrogaron a su viuda en febrero de 2021.

Precisamente, ese fue el año en el que la Policía dio por cerrada la investigación con la certeza de que había identificado al propietario de la Primitiva premiada con 4,7 millones de euros, según el documental. Los responsables de las administraciones de lotería de Monte Alto lo recuerdan, pero no así Antonio y Mercedes, responsables del negocio donde fue sellado el boleto premiado, quienes solo dicen que les resulta conocido.

El lotero que encontró el boleto, a juicio

El lotero que comprobó los boletos del propietario de la Primitiva, Manuel Reija, aseguró que se lo había encontrado encima del mostrador el día 2 y el 3 acudió a la Delegación Provincial de Loterías de A Coruña para entregárselo al delegado, que era su hermano. En septiembre de ese mismo año, puso una reclamación para cobrar el dinero al no haberse localizado al legítimo dueño.

Manuel Reija, sin embargo, no llegó a percibir los 4,7 millones de euros, ni siquiera la parte que le correspondería legalmente, ya que el caso llegó a los juzgados. Tanto él como su hermano irán a juicio por este caso, acusados de apropiación indebida y estafa y después de que en 2020 la Policía dijese que no podían ser los propietarios. Manuel Reija, sin embargo, asegura tener la conciencia limpia y dormir tranquilo, pese a que en su momento llegó a recibir amenazas incluso en su domicilio.

El Concello da Coruña inició en septiembre de 2013 un "expediente de hallazgo" para buscar al ganador del boleto premiado. Justo antes de que esto ocurriese, Manuel Ferreiro reclamó el boleto (fue la única persona que lo hizo antes de esa fecha), pero falleció antes de que se determinarse su legítimo dueño y ahora es su familia la que defiende que fue Ferreiro el que lo selló.

La tercera persona a quien la Policía dio credibilidad fue José María Vidal. Este hombre que padecía problemas cardíacos aseguró que no tomaría la medicación si no se atendía su demanda y, tres meses después de dejar de tomar el sintrom, falleció. Vidal, Ferreiro y Alonso, a quien se ha identificado como el propietario del boleto premiado, están enterrados en San Amaro, lugar desde el que el periodista Xaquín López pone punto y final al documental.