A la luz de las velas: así fue el encierro simbólico en la sala Filomatic de A Coruña
Esta popular sala de música se sumó a un acto convocado a nivel nacional con el objetivo de reclamar apoyo para la hostelería nocturna
24 septiembre, 2020 19:08Tras llevar meses sin actividad, la luz de la Filomatic estaba cortada cuando Lorenzo Barro, gerente de esta conocida sala de música de la calle San José de A Coruña, accedió al interior junto al resto de la plantilla para llevar a cabo un encierro simbólico con el que buscaban denunciar la situación de abandono que padece la hostelería nocturna por parte del Gobierno.
La Filomatic se sumó así a un acto convocado a nivel nacional, y que se repitió en más locales de la ciudad coruñesa bajo el lema ‘Insomnio. Nos habéis quitado el sueño’. Este colectivo de empresarios lleva 6 meses "sin apenas actividad" y están "con el agua al cuello", comenta Barro.
"Estamos desesperados. Lo de abrir hasta la 1 de la madrugada no nos vale a la mayoría de negocios, porque no estamos adaptados para trabajar en horario diurno", asegura Lorenzo, quien dice que la problemática de este sector de la hostelería se remonta a antes de la pandemia. ¿La causa? La falta de personas jóvenes, que es mayoritariamente el público que acude habitualmente a estos locales de ocio.
"Llevo 30 años en esto. Hace 25 años era un buen negocio, ahora no", asegura Lorenzo, quien apuesta porque desde las administraciones se concedan ayudas a los propietarios de este sector, uno de los grandes afectados por la pandemia, que estén interesados en diversificar y abrir un proyecto en otro ámbito diferente.
Mientras esperan una respuesta convincente por parte del Gobierno que permita la viabilidad de sus negocios, estos hosteleros seguirán manifestándose y lo harán, si cabe, con protestas de mayor relevancia. Por el momento, la última ha sido este encierro que, en el caso de la Filomatic, duró 12 horas, de 19.00 a 07.00 horas.
Durante estas horas, la plantilla de la Filomatic volvió a verse las caras aunque en un contexto bien diferente al que están acostumbrados. La mayoría del tiempo la pasaron de charla; aunque también intentaron echar alguna cabezada, pero fue difícil.
La comida no les faltó. De ello se encargaron los locales de la zona, quienes le acercaron un rica cena para que el encierro se les hiciese más llevadero.