Los rusos van a oír hablar de Rada Russkij durante las próximas semanas. La gurú de la moda anunció a mediados de diciembre su decisión de competir contra Putin como independiente en las próximas elecciones presidenciales en Rusia y tiene a su favor que es una de las más extravagantes candidatas que pelean por ser seleccionadas para la final de marzo. Parte de la prensa de su país la describe como una adicta a la imagen y a la magia, obsesionada con la fama y la cirugía estética. Ella prefiere presentarse ante EL ESPAÑOL | Porfolio como la propietaria y presidenta de un holding de venta de cosméticos naturales, lo que en realidad es.
Comercializa maquillajes, pero no puerta a puerta como una distribuidora de barrio, sino a lo grande y tirando de Internet y Telegram, donde regularmente suele aparecer, con un aspecto muy sofisticado o vestida de bruja, para hablar de los milagros de sus productos.
En una de sus apariciones más recientes, viste un gorrito rojo de pitufo donde puede leerse "parásitos" en ruso. Lo cierto es que, a sus 38 años, no le ha ido nada mal a esta asiática de los Urales nacida en Ekaterimburgo.
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"Creo que mi experiencia como dueña de una compañía tiene mucho más que ver con mis habilidades directivas y con mi condición de emprendedora que con la belleza y la cosmética", nos corrige cuando le preguntamos si piensa utilizar sus habilidades de pitonisa y asesora de imagen para embellecer a los miembros de la Duma. “Durante muchos años adquirí experiencia en las redes sociales llevando a cabo proyectos importantes relacionados con la protección animal, la ecoagenda y la restauración de monumentos históricos. Ahora es el momento de aplicar mis ideas en todo el país”.
La vendedora de cosméticos
Está resultando complicado que se tome en serio en Rusia a alguien que, como Harry Potter, dispone en su empresa de un departamento de magia para eliminar competidores, así que, inevitablemente, la gente se pregunta qué hace esta mujer postulándose a la presidencia. Según nos dice un disidente oculto en España, "llevar las tonterías de Rada Russkij a las primeras planas forma parte del guión del Kremlin, porque ha sido financiada y dirigida por Moscú para hacer parecer a Putin menos patético durante la carrera electoral".
Los medios de su país la describen como "niña" y otros apelativos condescendientes, cuando no abiertamente insultantes y machistas. También se ha dicho de ella que toda su campaña es una operación de marketing para aumentar las cifras de ventas de cosméticos. Tal vez haya algo de eso, pero en el fondo, solo es una más de los floreros-candidato con los que el césar ruso trata de maquillar su futura victoria con un ungüento de fake de democracia.
“El físico de Putin es bastante mejorable. Tal vez tenga usted algo en mente”, le espetamos a Rada. “Creo que la imagen de nuestro presidente en particular, al igual que la de otros presidentes, es demasiado formal, lo que le desconecta de la gente”, nos concede tratando de zafarse. “Yo diría que en otras partes del mundo tienen líderes más cálidos y cercanos. Pero Putin sigue siendo en Rusia un símbolo de estabilidad y la estabilidad, en cualquier país, es algo excelente”.
No importa lo que les preguntes a los candidatos preseleccionados por la comisión electoral central de Rusia para desafiar a Putin. Se diría que todos veneran al dictador al que supuestamente deberían disputar el cargo. Incluso cuando pretenden decir algo que se sale del guión pactado, hay que leer entre las líneas de su miedo.
Con todo, Rada se despide dejando caer en ese mismo tono subrepticio un par de perlas sobre el significado de la guerra. Es una lección de manual de cómo expresar un atisbo de crítica en una dictadura sanguinaria. "Es que yo creo que los conflictos son el resultado de que los países no aborden sus problemas internos", se atreve a asegurar. “Como no saben dotarse de cuanto necesitan, sienten la necesidad de competir con alguien y de quitarles algo. Digamos que la política interna es como la autoestima. Si la tienes alta, no sientes el impulso de demostrar nada (a su vecino ucraniano, se sobreentiende aquí)”.
Lo que sus afirmaciones insinúan es que el modo en el que el déspota del Kremlin se ha golpeado el torso como un orangután para declarar la guerra a sus "hermanos" es solo una proyección más de la masculinidad colectiva tóxica y acomplejada de los rusos. En una de las fotos más populares de la empresaria se le ve con unas medias decoradas con la bandera americana y Putin aprisionado entre sus piernas. De momento, la toleran y sigue recogiendo firmas. Aunque sea la más díscola de los candidatos menos serios, es más inocua que el agua.
Si no fuera tan espeluznante el modo en que Putin y los suyos torturan, asesinan y liquidan a cualquiera que les desafíe, algunos de los aspirantes que compiten con el zar arrancarían una carcajada. En lugar de arremeter contra la camarilla que ha secuestrado el poder, los arropan con sus declaraciones cariñosas. Alrededor de treinta se inscribieron y once han pasado a la siguiente ronda.
A la gente decente no se la espera en el playoff final. Es un hecho que cualquiera que finalmente forme parte de la lista de los hombres y mujeres bendecidos por la comisión electoral central de Rusia deben cumplir un requisito principal: no incomodar al emperador; hacer suyas sus patrañas y, a poder ser, ser lo suficientemente extravagante para que Putin se perfile como la única alternativa seria del freak show.
Si alguien representa una amenaza para el inquilino del Kremlin, es descabalgada de la carrera electoral como la periodista Yekaterina Duntsova o encarcelado como el antiguo comandante en jefe de las tropas prorrusas del Donetsk, Igor Girkin, quien adelantó al dictador por la derecha ultra jugando a ser Prighozin y ahora está aislado en una mazmorra de Lefortovo con muchos barrotes y ninguna lima.
Desde el jueves sabemos a través de su abogado Alexander Molojov que se le ha impedido concurrir a los comicios. Y eso, por no hablar de los Navalny, los Kará-Murza, los Ilya Yashin (hay 215 presos políticos ahora mismo) o los disidentes que han tenido que huir y que llevan una vida casi clandestina en todo Occidente para no ser asesinados por los envenenadores del FSB.
Durante las semanas en que EL ESPAÑOL | Porfolio ha estado entrevistando candidatos, hemos acumulado más de cincuenta folios de respuestas a nuestras preguntas —el equivalente de un periódico de 40 páginas— y ninguno de los aprobados, a excepción de la vendedora de cosméticos y de Boris Nadezdhin (Duntsova y Girkin no cuentan porque van a quedarse fuera), ha insinuado nada que cuestione remotamente al presidente. Todos se derriten por los huesos de su zar... Si un perro merodeara cerca de ellos olería su temor.
¿Qué sentido tiene entonces concurrir a esas elecciones amañadas de antemano si hasta la clarividente búlgara Baba Vanga hubiera sido capaz de predecir que Putin va a ganar nuevamente con una mayoría apabullante? Varios de los candidatos ni siquiera ocultan que solo aspiran a hacerse un nombre en la política con vistas a conseguir en el futuro las migajas que de cuando en cuando derrama el Kremlin sobre la muchedumbre de burócratas y politicastros. Aceptan su papel de comparsas con un admirable estoicismo porque esperan a cambio una prebenda o se están posicionando para cuando Putin caiga.
El verde ultra de derechas
“El mero hecho de haber sido incluido en la lista de líderes potencialmente elegibles para el puesto más alto del gobierno en la potencia más grande del planeta ya es un gran logro”, nos confiesa Anatoly Batashev.
¿La potencia más grande del planeta? El bloguero se presenta como activista verde y liberal, pero es una especie de ecopardo más tradicionalista y ultra que Pedro el Grande o el patriarca Cirilo, con cuya curia fraterniza. En todas las fotos electorales y de Instagram suele aparecer con la boca cerrada o mordiéndose los labios, pero no debido a su moderación verbal, sino a que le falta un diente incisivo, lo que confirma tácitamente que, como dice, su campaña está lastrada por la falta de financiación.
El bloguero ha sido ya preseleccionado, pero, de acuerdo a la ley electoral rusa y su retorcida aplicación discrecional, ahora debe conseguir 300.000 firmas "en todo el vasto país" si desea llegar a la final. Le hacemos ocho preguntas y tan solo el borrador de sus respuestas nos ocupa doce páginas. Es muy de agradecer su elocuencia, pero solo hay un problema: la cháchara del candidato independiente se torna un frufrú retórico vacío cuando se le implora que juzgue a su gobierno.
Todas sus palabras han sido repensadas para agradar al zar de Rusia, a quien no solo no se encara, sino al que rinde la clase de pleitesía que se dispensa a los tiranos. Ahora Batashev está sudando tinta en el intento de pasar a la siguiente ronda. "Mi equipo y yo estamos trabajando duro para estar en la lista corta y recolectar firmas", nos cuenta.
"Es invierno y estamos a 25 grados bajo cero. En algunas regiones, por debajo de 40. Lo único que les pido a esos heroicos voluntarios que me ayudan es que estén bien abrigados y que no se resfríen. Recoger firmas es el trabajo más duro. Rezo para que podamos. No hablaré de las posibilidades", apunta.
Batashev tiene 48 años. Nació en Vladivostok en una familia de periodistas. En todas las entrevistas suele sacar a colación que, cuando era colegial, participó en la primera temporada de la Olimpiada de televisión Niños inteligentes y niñas inteligentes. "Hoy soy una de las principales figuras medioambientales de Rusia. Soy muy erudito. Estudié brillantemente en la universidad más prestigiosa de Rusia. Quería ser diplomático, pero la vida me llevó primero al periodismo, luego al ámbito social y finalmente al activismo medioambiental".
No es la primera vez que concurre a unas elecciones. Ahora dice que su nueva agenda no es solo medioambiental. Quiere inculcar también el patriotismo entre los niños y preservar la cultura rusa. De patriotismo él va sobrado. "Llevo muchos años siguiendo de cerca la situación en Ucrania. Lo que ocurrió en 2014, cuando aviones militares ucranianos dispararon misiles contra el aeropuerto de Donetsk y luego contra un montón de objetivos civiles es surrealista", nos dice cuando nos interesamos por la agresión a Ucrania.
"El incendio provocado y la muerte de manifestantes prorrusos en la Casa de los Sindicatos de Odesa es un horror", continúa imparable. “¿Y cuántas decenas de miles de prorrusos han desaparecido y han sido sometidos a torturas? Por supuesto, sigo de cerca también la situación de la operación especial. Hay muchos vídeos de cómo los ucranianos disparan contra los rusos que se han rendido; de cómo golpean brutalmente a los que han entregado las armas y de cómo son brutalmente maltratados. Los políticos ucranianos mienten: inventan todo tipo de cuentos sobre orcos terribles. No entiendo cómo la UE puede apoyar a un régimen neofascista”.
Es llamativo el modo en que este verde ruso describe al presidente al que en teoría debería desbancar: "Lo que pasa con Putin es que es un político fuerte, inteligente y con visión de futuro; muchos confían en él. Las pensiones y los salarios de los empleados estatales durante la época de Putin se pagan a tiempo. Las ciudades han mejorado. La industria se ha reactivado. Rusia no tiene deudas. Hay que recordar que asumió la gestión de una Rusia devastada tras el colapso de la URSS y una terrible crisis económica. [...] Ahora está en buena forma. La gente lo ve todo: todo está bien en la economía y en la economía nacional. Parece que hay una guerra, pero se están construyendo carreteras y se están mejorando las ciudades”.
Pero si todo está tan bien en la Tierra de Oz bajo la égida de Putin, ¿por qué desea reemplazarle? La respuesta es que ninguno de los candidatos sueña con hacerle sombra porque saben que el sistema ha sido diseñado para que el dictador se perpetúe en el poder hasta que muera o lo asesinen. ¿Quién necesita aliados políticos teniendo a esta clase de adversarios?
Un ortodoxo homófobo
Lo más espeluznante es que concurrir a los comicios sin ahorrar halagos a un oponente con el que todos desearían fundirse en un abrazo parece algo infeccioso. Le preguntamos al candidato Sergei Baburin por las razones de la popularidad de Putin y nos responde que "su apoyo comenzó a aumentar en 2020 cuando se modificó la Constitución para fortalecer el papel de las tradiciones y los valores espirituales y morales, consagrando la protección del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer".
Lo que pasa, prosigue, "es que se aseguró la continuidad de la historia rusa, incluso desde la Unión Soviética. El comienzo de la Operación Militar Especial y la desnazificación de Ucrania fueron percibidos por nuestro pueblo multinacional como la prueba de que Rusia había comenzado finalmente a defenderse, de modo que no hay duda de que las elecciones de marzo van a ser un claro referendo sobre la confianza en Putin”. Ya no nos quedan dudas: la oposición del presidente actual es un chiste en cirílico.
A diferencia de los dos candidatos independientes anteriores, Sergei Nikolaevich Baburin (nacido el 31 de enero de 1959 en Semipalatinsk) es un viejo y veterano político que se desempeñó ya en su juventud como diputado del pueblo de la Federación de Rusia. Luego fue congresista en la Duma o parlamento estatal durante otras tres convocatorias.
En los próximos comicios ha sido nominado por el partido que lidera, Unión Popular Rusa, una formación ultratradicionalista e imperialista "que defiende la ortodoxia como base de la vida espiritual y moral de Rusia y de su pueblo y considera a Iglesia Ortodoxa como la principal guardiana de los fundamentos de la vida de la nación". Y aún a pesar de ello, Baburin no tuvo inconveniente en dar comienzo a su campaña visitando una estatua del genocida José Stalin.
"El 15 de agosto de 2023, en Velikiye Luki, tuve la oportunidad de presidir la ceremonia de inauguración del monumento al Generalísimo, al que honrábamos precisamente como vencedor del hitlerismo en Europa”, nos confirma.
"Por si no lo sabían, este es el primer monumento a Stalin que se le dedica en los últimos 60 años. Pero eso no es nostalgia del estalinismo. Mi abuelo fue reprimido en 1937 y el abuelo de mi esposa recibió un disparo en 1938. Nuestro homenaje a Stalin solo proyecta nuestra admiración por el hombre que dirigió la defensa frente a Alemania y que ganó esa terrible guerra", prosigue.
"El respeto a Stalin es el respeto a todos nuestros antepasados, que preservaron la civilización rusa mediante su voluntad y sus hazañas armadas. No es casualidad que, como candidato a la presidencia de Rusia, comenzara también mi campaña electoral con un viaje a San Petersburgo para contemplar las reliquias del Santo Príncipe Alejandro Nevski y con una visita al monumento a Stalin", continúa.
En opinión de este ex rector de la Universidad de Economía de Rusia, “en Ucrania no hay una guerra entre Rusia y Ucrania, ni siquiera una guerra entre Rusia, la OTAN y Estados Unidos. Hay una batalla entre los pueblos que defienden los valores tradicionales (representados por Rusia) y el Occidente desalmado y homosexual en el que la Unión Europea se está convirtiendo”.
Su formación política, Unión Popular de Rusia, creó en 2022 un batallón independiente que, según Baburin, "lleva más de un año combatiendo contra los nazis". Ahora se preparan para crear otro más, lo que da una idea del modo en que este candidato se involucra en el conflicto.
"Me gustaría decirles a los lectores españoles una cosa importante. En los años 90, hice mucho para fortalecer el entendimiento mutuo y la confianza entre Rusia y Europa. No fue Rusia quien la destruyó. Los políticos europeos engañaron no solo a Putin, sino también a mí. Si hoy Europa rompe todos los vínculos con Rusia, sería doloroso y ofensivo pero sobrevivirá. No se sorprenda de que Rusia no destruya sus barreras. Simplemente irá hacia el este”, añade.
Gran maestre de la Logia Masónica
Exactamente igual que el resto de los candidatos, el masón Andrei Vladimirovich Bogdanov, nacido el 27 de enero de 1970, nos admite sin complejos que ni siquiera sueña con alcanzar la presidencia. “Lo cierto es que ninguno de los que participan actualmente en la campaña electoral podrá competir con el gobierno actual”, asegura. “Yo estoy lejos de sufrir delirios de grandeza y de esperar que mi popularidad en 2024 pueda acercarse a la de Vladimir Vladimirovich Putin. Mi participación en las elecciones es solo el primer paso para aumentar aún más mi influencia política entre la población rusa”.
Uno de los aspectos singulares de este candidato es que ha sido durante muchos años el gran maestre de la Gran Logia de Rusia. Claro que él intuye que eso está lejos de ayudarle. "Ser el gran maestre no supone ninguna ventaja para la campaña electoral", sospecha.
"Por el contrario, la masonería estuvo ausente en Rusia durante 170 años, hasta 1992. Como resultado, durante mucho tiempo nuestros ciudadanos no podían entender qué es y muchos estaban atrapados en prejuicios antimasónicos", dice.
Narra que "en los últimos 10 a 15 años, se han producido cambios en la conciencia de las masas en Rusia y un número cada vez mayor de rusos ha comenzado a tener información objetiva sobre nuestra hermandad. Mis compatriotas, aunque no todos, se han dado cuenta de que la masonería regular presupone una fe obligatoria en Dios y una lealtad a la autoridad legalmente existente”.
La autoridad terrena legalmente existente es la de Putin, a quien tampoco Bogdanov cuestiona, aunque es algo más tibio a la hora de armar el casus belli de la agresión a Ucrania. "La Operación Militar Especial es un momento difícil de nuestra historia moderna porque está muriendo gente tanto de Rusia como de Ucrania", continúa.
"A los lectores españoles les resulta difícil darse cuenta de esto, pero casi todos los ciudadanos rusos tienen familiares y amigos que son ciudadanos de Ucrania y viven allí. Esto también se aplica a mí personalmente. E, igualmente, un porcentaje muy grande de ucranianos tiene familiares en Rusia. Básicamente, esto es una guerra civil. Y apenas hace falta explicar a los españoles lo trágico y doloroso que es algo así”, afirma.
Preguntado por "sus primos ucranianos", el masón responde que no todos ellos son verdaderos nazis. "Diría aún más: la mayoría de los ucranianos están lejos del nazismo. Pero sucedió que el nazismo logró tomar la iniciativa. Los galones con símbolos nazis están muy extendidos entre el personal militar ucraniano. Una de las brigadas de las Fuerzas Armadas de Ucrania recibió el nombre de Edelweiss, que anteriormente era utilizado por una división de la Alemania nazi", apunta.
Además, añade: "El tribunal ucraniano decidió que los símbolos de la división SS Galicia no pueden prohibirse en Ucrania. Los criminales nazis de la Segunda Guerra Mundial han sido declarados héroes de Ucrania. Y estos ejemplos se pueden dar infinitamente. Me parece que en España, y en Occidente en general, prefieren no prestar atención a estas manifestaciones".
La periodista valiente, represaliada
Entonces, ¿es que no existe alguna voz entre los candidatos autoproclamados que condene abiertamente ese conflicto o que al menos abogue por poner término a los desvaríos de Putin? Sí, algunos candidatos como el opositor moderado Boris Nadezhdin se han postulado para presidentes llamándose a sí mismo candidatos pacifistas.
Y otras independientes como la ya mencionada periodista Ekaterina Duntsova, de 40 años y madre de tres hijos, han disentido igualmente con la posición del Kremlin. El resultado es que, según nos anticipaba el viernes Ekaterina, la comisión electoral central ha desaprobado su candidatura por errores en la tramitación de sus papeles, uno de esos ardides predecibles con los que los funcionarios de Putin le despejan el camino.
Hasta que la han echado, Duntsova se presentaba como la opción más alejada de la política tradicional rusa. Ahora ya no tiene nada que vender, aunque fuera la más digna de los candidatos que EL ESPAÑOL | Porfolio ha entrevistado (o justamente por ello).
"Casi 200.000 personas registradas en nuestra base de datos estaban listas para firmar mi apoyo", nos aclara la reportera. "Les hemos pedido a nuestros seguidores que se los entreguen a Boris Nadezhdin".
Que Duntsova sí que se haya atrevido a desafiar al Kremlin tampoco la convertía en una contendiente corrosiva. Si así fuera, estaría ya en la cárcel. "Lo que pasa es que vivo en Rusia, así que tengo que elegir cuidadosamente mis palabras. En lugar de decir que estoy en contra de algo, afirmo que soy partidaria de la paz y de las reformas democráticas", nos dice. Otra clase magistral de cómo manejarse entre los procelosos elementos de una timba autoritaria.
Le preguntamos si teme por su suerte y si no cree que acabará, como Navalny, con los huesos en presidio. “Es una pregunta interesante”, nos espeta.
“Pero yo diría que no empezarán con esto, sino, por ejemplo, con declararme agente extranjera. Claro que, francamente, no veo ninguna razón para iniciar acciones administrativas o penales contra mí, ya que actuamos dentro del marco legal y nuestra retórica no es agresiva ni difundimos ideas radicales. Si me toman en serio es algo que deberían esclarecer los círculos de los gobernantes. Yo diría que toman en serio a todos los candidatos por la paz", explica.
La sitación actual, según Duntsova, "es tal que en las urnas pueden aparecer aspirantes que no son representantes de la propia oposición, pero que expresan algunas ideas cercanas a los ciudadanos que no están de acuerdo con el rumbo actual. Para las autoridades es beneficioso que estos candidatos sean personajes extravagantes o personas muy mayores y políticamente inactivas. Este es exactamente el tipo de gobierno que quiere presentar la oposición a la sociedad y desde luego, es más seguro para ellos que tolerar a gente como yo".
Duntsova prefiere no pronunciarse directamente acerca de si es partidaria de terminar la guerra porque no es beneficiosa para Rusia o porque es injusta con Ucrania. "Lo que sí quiero decir es que en el siglo XXI resulta inaceptable resolver los problemas con la ayuda de la fuerza militar. Por otro lado, hoy Ucrania se niega a llevar a cabo negociaciones de paz con Putin, de modo que la retirada unilateral de las tropas es imposible (o mejor dicho, irracional) y mi participación en las elecciones tenía como objetivo, entre otras cosas, reanudar el diálogo e iniciar negociaciones de paz".
Prosigue exponiendo que, "por supuesto, la sociedad rusa está cansada de que todos los recursos del país se destinen a una 'Operación Militar Especial' que lo impregna todo. Lo que está sucediendo es que la gente se divide, surgen conflictos dentro de las familias y comunidades y el pueblo empieza a ver enemigos en todas partes. Esto se ve facilitado por la propaganda difundida a través de los medios de comunicación federales. El país se ve arrastrado a su propio conflicto interno".
Sus respuestas son un soplo de aire fresco en el erial de verborrea estéril del resto de los candidatos, lo que explica por qué ha sido proscrita. Quien conoce desde dentro la distopía de Putin es consciente del coraje que exige responder desde Rusia a un periodista occidental (marcado por el FSB) del modo en que Duntsova lo ha hecho.
Naturalmente, no es ajena al temor de que le pueda pasar algo. "No se ha utilizado todavía la violencia contra mí, pero es imposible no tener miedo. Vemos lo que sucede a nuestro alrededor y cómo se encarcela a la gente simplemente por expresar sus opiniones y vemos igualmente cómo las condiciones de detención en los lugares de privación de libertad son particularmente crueles para los presos políticos".
A Dimitri Reskov, secretario de prensa del presidente ruso, también le hemos cursado una solicitud de entrevista a Putin, pero seguimos aguardando su respuesta.