Muchos colegios han establecido este viernes y este lunes como festivos para que sus alumnos disfruten de la llamada Semana Blanca. Las estaciones de esquí de toda España y Andorra están hasta la bandera de los amantes de los deportes de invierno, cuya temporada empieza a remontar, pues había resultado desastrosa en su etapa navideña por falta de nieve. Entre los muchos aficionados a deslizarse por las pistas se encuentra el actual jefe del Estado, Felipe VI, quien el pasado fin de semana disfrutó con un grupo de amigos de unas jornadas de esquí en Baqueira Beret, en el Valle de Arán del Pirineo catalán.
El Monarca habría aprovechado que ese viernes no tenía ningún acto en su agenda para escaparse a las montañas para practicar un deporte que lleva haciendo desde que era niño, y al que eran muy aficionados sus padres, los Reyes Eméritos y sus dos hermanas, las Infantas Elena y Cristina. Sin embargo, su matrimonio con Letizia ha provocado que, como le ocurre con la vela, el Rey practique menos esquí porque a ella no le apasiona. Aun así, eso no impide que Felipe VI se escape con sus amigos -como hizo el pasado fin de semana a Baqueira Beret y hace un mes a Sierra Nevada, en Granada- o con sus dos hijas, Leonor y Sofía, que sí practican el deporte y que suelen hacerlo en las pistas europeas de Los Alpes italianos o austriacos, donde pueden pasar más desapercibidas.
Los fotógrafos, no obstante, pudieron tomar imágenes del jefe del Estado disfrutando de la nieve y del buen tiempo enfundado en un traje clásico de esquí, de chaqueta y pantalones de la firma Descente. Éste es una marca bastante lujosa y sus conjuntos rondan los 2.000 euros, aunque parece claro que el Rey ha amortizado ese gasto con sus viajes para disfrutar de este deporte.
Sin embargo, lo que parecía un fin de semana con amigos disfrutando de su pasión por el descenso de las pistas se ha visto envuelto en la polémica. ¿La razón? Una semana antes su excuñado, Iñaki Urdangarin y su nueva novia, Ainhoa Armentia, pasaron el fin de semana en el mismo lugar, alojándose en la casa de la urbanización La Pleta, que tiene a su disposición la Familia Real. "Sí, es verdad que estuvieron en la casa y que durmieron allí una noche. Iñaki y su novia acudieron a recoger el resto de su material de esquiar que todavía tenía allí. Para los Urdangarin la casa de Baqueira era parada obligatoria unas dos veces al año, así que tenía cosas allí. Sabían que el Rey tenía prevista una visita en breve y él no quería que se encontrará allí sus cosas, así que estuvieron muy poco. Llegaron el sábado y se fueron el domingo", relata a EL ESPAÑOL | Porfolio una amiga de la Infanta Cristina.
"Pese a ello, doña Cristina sabía perfectamente que iban. Su exmarido se lo había comentado y todos eran conscientes, así que ahora no tiene mucho sentido que alguien diga que Zarzuela está molesta por la visita del exjugador de balonmano y su novia porque ya lo sabían", termina la misma fuente.
Baqueira, un filón gracias a la Familia Real
El caso es que la Familia Real tiene a su disposición desde hace muchos años una casa en una de las urbanizaciones más lujosas de toda la estación de esquí catalana. Si los Borbón y Grecia recuerdan sus veranos de la infancia en la isla de Mallorca, sus Nocheviejas de la infancia las han pasado en la montaña aranesa. Tras pasar la Navidad en Zarzuela, donde compartían la Nochebuena con toda la familia, se iban hasta Baqueira Beret para disfrutar del esquí, porque todos, empezando por Juan Carlos y Sofía, son aficionados. La intención del antiguo jefe del Estado era, además de pasar unos días de nieve, promocionar esta zona del Pirineo catalán para convertirlo en un referente mundial de este deporte.
Fue a principios de los años 70, más concretamente en 1974, cuando la Familia Real, en un viaje privado, probó por primera vez las pistas de la estación. Su amor por esta zona llegó hasta el punto de que el 7 de diciembre de 1982, doña Sofía se hizo la famosa foto de la Reina inaugurando el primer telesilla de la estación, que había llegado con mucha polémica y que, tras siete años de negociación con los ecologistas, se había conseguido instalar.
Los empresarios de la zona pronto se dieron cuenta del reclamo que ejercía la presencia de la Familia Real sobre el turismo en la zona. Por ello, consideraron que merecía la pena invertir y en los años 80 decidieron ceder uno de los lujosos chalés de la urbanización La Pleta para el uso y disfrute de los Borbón y Grecia. Una casa ideal de montaña donde pasar sus vacaciones para esquiar. "Se trataba de que tuvieran un lugar para ir cuando quisieran, como si fuera su propia casa. Pero lo cierto es que es una cesión, una propiedad privada que se les cede para cuando quieran", cuenta una persona cercana a la familia.
La casa está construida con la estética típica del Valle de Arán, tiene tres pisos y unos 200 metros cuadrados. La estación de esquí se encarga de todos sus gastos, tanto de alimentación como de limpieza, e incluso, si les hace falta, les facilitan un coche para recorrer el kilómetro que separa el chalé de la entrada al primer remonte de las pistas. Con la boda de las dos Infantas, la residencia se quedó un poco pequeña y aprovechando que habían salido unas goteras en uno de los tejados, hicieron una reforma para ampliar la vivienda y que entraran todos. Todos los gastos los volvieron a pagar el mismo grupo de empresarios que les cedieron el uso de la casa.
La casa de los 'líos'
Además de los Urdangarin, el que más partido le ha sacado a la casa en el Pirineo catalán ha sido Juan Carlos. Durante sus años de jefe del Estado, estaba dentro de sus paredes desde el 26 de diciembre hasta pasada la Nochevieja. Tanto es así que son varias las ocasiones en las que despachaba desde el despacho que tiene en el chalé, donde recibió varias veces al entonces presidente del Gobierno, Felipe González.
También fue memorable aquella visita de Jordi Pujol a La Pleta en 1988. El entonces presidente de la Generalitat quiso felicitar el año nuevo a los Reyes Juan Carlos y Sofía. El jefe del Estado y su hijo, en aquel momento Príncipe Felipe, estuvieron reunidos con Pujol durante más de una hora. A la salida de la reunión el político catalán declaraba ante la prensa: "Ha sido como un encuentro entre amigos que se desean feliz año". Aquellas navidades también se encontraban allí Constantino y Ana María de Grecia.
Para el Emérito, además, la casa de Baqueira también era un buen lugar para escaparse con sus conquistas y pasó muchos fines de semana románticos con Marta Gayá y con Corinna. No obstante, según ha contado ella misma en sus memorias en formato de pódcast -publicadas a finales del año pasado bajo el nombre Corinna y el rey- preferían los Alpes austriacos para pasar más desapercibidos entre los vips europeos que también iban a disfrutar del esquí.
Esquí en familia
Durante los años felices que vivieron los Borbón y Grecia en La Pleta, el plan de vacaciones era muy sencillo. La idea era esquiar a primera hora de la mañana, sin parar, hasta primera hora de la tarde. Luego cenaban todos juntos dentro de la residencia. Era algo muy habitual ver a Constantino de Grecia, a su esposa y a alguno de sus hijos uniéndose al plan familiar.
Pero con la llegada de los nuevos miembros de la familia la cosa fue cambiando porque, por ejemplo, a Jaime de Marichalar nunca le gustó esquiar y prefería quedarse tranquilamente en casa o Urdangarin salía a correr antes de ir a las pistas, por lo que no salía del chalé a la vez que el resto de la tropa. La ruptura total del plan La Pleta llegó con la entrada de Letizia. La actual Reina no fue capaz de cogerle el gusto al tema de deslizarse por las pistas, por lo que no quería ir a Baqueira cuando tocaba. Las pocas veces que acudió, se quedaba en tierra con el exduque de Lugo, lo que hizo que entre ambos se fraguara una buena amistad.
Para las hermanas del Rey se trata de un lugar muy especial. Una vez divorciada, la Infanta Elena y su hermana cogieron la costumbre de viajar al Valle de Arán en verano para pasar unos días haciendo senderismo por el Pirineo. Asimismo, se acostumbraron a quedarse en La Pleta en Navidad hasta que pasará la festividad de los Reyes Magos el 6 de enero. De esa manera, la duquesa de Lugo no pasaba sola esta fiesta cuando a sus hijos, Felipe y Victoria, estaban con su padre, Jaime de Marichalar, un hecho que le partía el corazón a la hermana mayor del Rey.
"Ahora mismo nadie la usa de forma constante. Atrás quedaron las Navidades en las que la presencia de la Familia Real animaba a todos los turistas a visitar Baqueira. Ya casi no se les ve por aquí, parece que los Reyes han cambiado las pistas del Pirineo por las de Austria y Canadá porque, como nos comentan cuando preguntamos a gente cercana a la casa, allí tienen algo que buscan y ansían en sus vacaciones: intimidad", revela con tristeza uno de los empresarios dueños de la estación y anfitriones de la casa de La Pleta.