Es hora de retirarse de Mali
Tras el golpe de estado en Níger las tropas españolas desplegadas en Mali corren el riesgo de sufrir un atentado.
Lejos del campo de batalla ucraniano, lo cierto es que el interés nacional de España siempre ha mirado hacia el norte (Europa) para la parte económica, y hacia el sur (África) para la cuestión migratoria y de seguridad.
El Estado Mayor de la Defensa mantiene vigilancia permanente sobre Marruecos, el Sáhara Occidental, Argelia, Mauritania, Mali y Senegal. Una franja que abarca cuatro regiones de África de norte a sur. El Magreb, el Sáhara, el Sahel y África Occidental. A su vez, las dinámicas de dichos países están profundamente afectadas por lo que suceda en Burkina Faso y Níger, países que por tanto también se estudian.
El motivo de esta actividad tiene que ver con que afecta a nuestros intereses de seguridad. La perenne inestabilidad regional favorece la presencia de piratería que afecta a la seguridad marítima de nuestras rutas navales a la vez que estimula el fenómeno del yihadismo. Como demostró el Estado Islámico o Al Qaeda, el control de un territorio por parte de los muyaidines favorece los atentados en Europa. Esto a su vez amenaza a un sector estratégico como el turístico y a las relaciones sociales entre nativos y población migrante.
El segundo factor, relacionado con el anterior, es el de la migración. Protegiendo a los Estados africanos se le estabiliza y se evita jalear el avispero migratorio africano que tiene el potencial de ejercer presión sobre los países del Magreb.
Un tercer motivo tiene que ver con el prestigio y el papel internacional de España. Nuestro país ha consagrado el principio de la acción multilateral como piedra angular de su política exterior. Y en este sentido aspiramos a cumplir con las misiones de la Unión Europea en el Sahel ganando credibilidad ante países como Francia.
En medio de este guirigay podemos decir que España también busca proteger sus plazas en las islas Canarias, las islas Baleares, Ceuta y Melilla para evitar que las olas migratorias y el yihadismo agraven los problemas con el vecino marroquí, y en menor medida con el argelino.
"Nadie parece comprender qué hacen las tropas españolas en Mali una vez Francia y Alemania se han retirado"
Recientemente, el avispero entero se ha agitado con el golpe de estado de Níger. Los golpistas han pedido la retirada de Francia y han solicitado el apoyo de Wagner. Para colmo, Nigeria, la principal potencia de África Occidental, ha propuesto lanzar una invasión del país vecino para aleccionar a los militares golpistas y lanzar un mensaje contra los golpes en la región.
Ante el posicionamiento de Nigeria, las juntas golpistas de Burkina Faso y Mali han afirmado estar dispuestas a enviar sus tropas para ayudar a Níger a soportar la guerra.
Y en medio de esta vorágine está nuestra guarnición de tropas españolas en Mali. Una fuerza que nadie parece comprender muy bien qué hace en el país africano, una vez Francia y Alemania se han retirado (o más bien les han expulsado) del país.
Es cierto que a España le interesa un Mali estable. Y que unas buenas relaciones con el país africano nos permiten obtener influencia en el Sáhara y en el Sahel. Y es cierto que la junta militar tolera el despliegue español (quizás porque saben que somos vecinos de Francia y en consecuencia representamos un contrapeso a París).
"La misión en Mali da la sensación de ser el formulario desechado y olvidado de un despacho, o el folio traspapelado de una burocracia"
Quizás hay algo que se nos escapa. Quizás la estrategia del Ministerio de Defensa y el de Exteriores incluyen planes concretos para Mali. Sin embargo, también es posible que mantener a nuestras fuerzas con la vital misión de patrullar el perímetro de su base y poco más mientras constituyen un objetivo para los yihadistas sea un error.
A veces, la misión en Mali da la sensación de ser el formulario desechado y olvidado de un despacho. El folio traspapelado de una burocracia.
Puesto que hay un riesgo real de que nuestras tropas sufran un atentado, puesto que las principales potencias europeas ya han sacado su petate de Mali y puesto que nadie sabe explicar a qué nos dedicamos exactamente en el país transahariano, convendría que las autoridades políticas y militares se pronuncien respecto a la pertinencia de permanecer en Mali y los objetivos que allí perseguimos.
Peor aún. Si el destino decide jugarnos una mala pasada, acabaríamos adiestrando a un ejército (el maliense) al que su junta militar enviaría a combatir contra Nigeria, uno de nuestros principales suministradores de hidrocarburos.
En definitiva, debemos aclarar lo que queremos para Mali. En caso contrario nos arriesgamos a que se sufra un atentado por objetivos que nadie conocía ni entendía. Y en todo caso, dado que África es vital para España, es fundamental aprovechar correctamente ese instrumento que es el ejército español en aras de poner en práctica una estrategia coherente. Y, sobre todo, servicial al interés nacional. Interés al que una guarnición aislada en medio de Mali difícilmente servirá.
*** Yago Rodríguez es analista militar y geopolítico, y director de The Political Room.