Cuando terminó el debate de Atresmedia, me puse en el lugar de los asesores de Pedro Sánchez, obligados a decirle que lo había hecho muy bien, que había derrotado a Alberto Núñez Feijóo. Me pregunté si alguno se atrevería a descorchar el mejor whisky de La Moncloa, servir dos vasos y, en el jardín, junto al huerto, al son del clin-clin de los hielos, brindar en la derrota por lo mejor del pasado. En noches como las de ayer, no se necesita un asesor, sino un viejo amigo. Yo me ofrezco, presidente, como Neruda: Amigo, con la tarde haz que se vaya/este inútil y viejo deseo de vencer/ Bebe en mi cántaro si tienes sed”.
Anoche ya pensaba con interés en cómo serían las crónicas de los periódicos que defenderían una victoria del presidente del Gobierno. Pero no las he encontrado. He releído El País con fruición. Pero ni siquiera su editorial clasifica como vencedor a Sánchez. Ni en el 10% de los medios progresistas de este país se habla del socialista como ganador. En Infolibre y eldiario.es aseguran que Feijóo dijo más mentiras que Sánchez, pero no se acuña la idea de una victoria socialista.
Lo más interesante de hoy son los artículos que tradicionalmente menos se leen: los editoriales. Esos textos que reflejan la opinión corporativa de cada periódico. El País habla de un “mal y embarrado cara a cara” que “sustrajo a la ciudadanía las propuestas de gobierno de los candidatos”. Luego concede que Sánchez “perdió la iniciativa en la economía y que fue incapaz de rebatir con argumentos el dibujo catastrofista de Feijóo”.
Una amplísima mayoría de los analistas de El País relatan la derrota de Sánchez. Manuel Jabois, de hecho, habla de “la noche nefasta de Sánchez”. Dice: el presidente “no estuvo rápido ni hábil, rehén de su cara regular maquillada y su pelo extrañamente peinado”. También le recrimina que, al decirle a Feijóo “eso es mentira”, no explicara por qué lo era. Màriam Martínez-Bascuñán apunta: “Vimos un candidato del PP avasallador y un presidente desbordado. Feijóo consiguió transmitir la impresión de tener mayor templanza. Sólo le faltó sacar del bolsillo de su chaqueta un lexatín” para dárselo a Sánchez.
En La Vanguardia, nada sospechosos de antisanchistas, ni de formar parte de ese 90% de medios conservadores, se publica hoy una página con las notas de sus colaboradores. De ocho, siete aseguran que ganó el padre Feijóo. No publican editorial esta mañana, pero sí critican en portada el tono “bronco” del debate.
Al otro lado del río, sabes que te quiero, insomne patrón que toma notas en la madrugada cuando sólo le faltan tres horas para despertarse… Al otro lado del río, los análisis son similares. Todos otorgan la victoria a Feijóo. ¿Que lo habrían intentado hacer incluso habiendo perdido? Pues probablemente.
ABC reseña que Feijóo “frena las opciones de Sánchez de remontar”: “El presidente estuvo fuera de control durante buena parte del cara a cara televisado, y se vio muy superado por un Núñez Feijóo que tomó la iniciativa con contundencia y serenidad”. La Razón diagnostica: “Feijóo noquea a Sánchez. El líder del PP salió al ataque y derrotó a un Sánchez nervioso”. EL ESPAÑOL escribe: “Sánchez pierde su gran ocasión ante un Feijóo combativo pero sereno”. Y cita como clave las “altas expectativas” aireadas por Moncloa en los días previos frente a las “bajas expectativas” diseminadas por el PP. El Mundo dice: “Un Sánchez desbordado pierde el histórico cara a cara con Feijóo. El presidente se mostró nervioso y errático”. El Confidencial: “La victoria en el debate electoral impulsa a Feijóo y desbarata el intento de remontada de Sánchez”.
ALSINA–Una de las cosas que más sorprendió del debate, según se desprende de los periódicos, es la actitud mostrada por Feijóo.
Coinciden dos analistas veteranos, que han vivido mucha política. Lucía Méndez titula su análisis: “La vida te da sorpresas y Feijóo también”. Pedro García Cuartango habla de “los papeles cambiados”. El padre Feijóo fue un cura, pero muy parecido a aquel cura Santa Cruz que tanto fascinó a Baroja. El cura Santa Cruz, como el padre Feijóo anoche, era un sacerdote requeté que pasaba a cuchillo a todo el que se le ponía delante.
La Razón lo explica en su editorial: nadie esperaba que fuera Feijóo quien primero descendiese a ese “campo embarrado” para empezar a ganar desde ahí el debate. El Confidencial apostilla: “Feijóo se descubre como killer”.
Juanma Lamet habla de la estrategia “rope-a-dope”, inventada por Muhammad Ali: “El boxeador se sitúa a propósito en lo que parece ser una posición perdedora, refugiado en las cuerdas, tratando con ello de fraguar en realidad una victoria final. El plan es que parezca que las expectativas de victoria son bajas, incluso negativas, para acabar ejecutando un contraataque en tromba que resulte letal y decante la victoria”.
Varios medios incluso conceden a Feijóo un importante tanto gracias a la performance de sacar un papel y firmarlo para comprometerse a blindar España de los extremos; es decir: el segundo se somete por contrato a facilitar la investidura del ganador en las urnas. El Español elogia que, así, el padre Feijóo visualizó que Sánchez no cree posible vencer en las elecciones.
Es tremendo lo de los periódicos esta mañana. El 90% de los diarios –y me quedo corto, que diría aquel– concluye que Sánchez perdió el debate. Por eso, para compensar, quiero despedirme con otro poeta progresista, Antonio Machado: “Tierra le dieron una tarde horrible/del mes de julio, bajo el sol de fuego. A un paso de la abierta sepultura, había rosas de podridos pétalos, entre geranios de áspera fragancia y roja flor”.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.